Seguí a Alfred hasta un coche de lujo. Pensé que pasaríamos de largo cuando sacó el mando y abrió el coche. Me quedé quieta y muy sorprendida, no esperaba que tuvieran ese tipo de coches. Alfred se giró hacia mí y soltó una carcajada.
— ¿Nunca habías visto un coche?— Uno tan caro, no.— Entonces será todo un placer darte tu primer paseo en el. — dijo de forma burlesca. Pasaron unos segundos en los que no me moví — ¿Pasa algo?— No, nada... es sólo que me da miedo mancharlo. Mantener esa tapicería limpia debe costar una fortuna. — dije con timidez.— Normalmente no está tan limpio, no te preocupes. — dijo riéndose — Lo hemos preparado especialmente para ti. Aunque si te resulta incómodo, podemos llamar a un taxi... pero eso no se incluye en el curso y el instituto tendría que pagarlo.— ¿Qué? ¡No, no! Ahora mismo me subo. — dije alarmada y corrí hacia el asiento trasero. Lo último que necesitaba era hacer un cargo al instituto que tendrían que pagar todos los padres. La vuelta a la normalidad sería un infierno mayor de lo que ya era.— ¿No pensarás dejar esa súper mochila en el asiento trasero, verdad? Puede que no siempre esté tan limpio, pero la tapicería es nueva y me gustaría que durase.— Alfred alzó una ceja.— ¡Ay! ¡Lo siento mucho! Ahora mismo la dejo en el maletero. — dije y me dirigí al maletero.Tardamos una hora en llegar a la cabaña, pero se me hizo muy corta. El coche era, sin lugar a dudas, el más cómodo en el que había montado (y seguramente, en el que montaría toda mi vida). Alfred de vez en cuando me hacía alguna que otra pregunta, la mayoría relacionadas con mi supervivencia.— Ya hemos llegado.Bajé del coche y cogí la mochila. Tuve que esperar unos segundos hasta que Alfred abrió la cabaña. Aunque no sabía que debía de esperar, estaba segura de que en ningún momento hubiera imaginado la realidad. Literalmente, se podía decir que era una cabaña de lujo. Cuadros elegantes, alfombras... un suelo rústico de madera que parecía nuevo (al igual que las paredes). También había una pequeña cocina que tenía de todo, incluso robots de cocina y una freidora de aire con muchos complementos. También vi un par de robots de limpieza en el suelo.— ¿No se supone que voy a hacer un curso de supervivencia? — pregunté girándome hacia Alfred y enarcando una ceja — ¿Acaso la supervivencia está en aprender a usar un robot de cocina?El aludido soltó una sonora carcajada.— Digamos que nos sorprendieron tus resultados y...— Espera, ¿vistéis mis resultados? — pregunté muy sorprendida.— Claro. ¿Cómo esperabas que supiéramos qué teníamos que enseñarte en el curso? Touché, tenía razón.— Lo que te estaba diciendo, es que después de ver tus resultados, decidimos que no podíamos enseñarte mucho. Aunque gracias a la charla en el coche y de verte en persona, entiendo muchas más cosas. Te enseñaremos a leer la naturaleza, a ver y seguir un rastro, a localizar posibles refugios etcétera. Para esas cosas, no necesitas una cabaña pequeña o con poca utilería.— ¿De verdad que sabéis cómo se puede hacer un rastreo? — pregunté con los ojos abiertos como platos.— Claro que sí. Si no supiéramos hacer un rastreo, ¿qué clase de profesores de supervivencia seríamos?Espera un momento... ha dicho... ¿que ellos eran profesores? ¿Él me iba a dar clase? No estaba segura de si podría concentrarme lo suficiente en las clases.— ¿Y quién me dará las clases? — pregunté con inocencia.— Yo y Paúl. — respondió Alfred.— El burro delante para que no se espante... — murmuré en un tono prácticamente inaudible.— Disculpa, ¿dijiste algo? Me pareció ver movimiento en tus labios... — dijo Alfred con un tono que daba a entender que me había escuchado perfectamente: decidí que aquello me lo tenía que haber imaginado porque era imposible que lo hubiera escuchado, incluso si tuviera un súper oído como yo.— No, no dije nada. Disculpa.— Como te decía, Paúl es uno de los chicos que viste antes.Así que dos chicos sexys y calientes iban a darme clases de supervivencia."Genial... justo lo que me faltaba. Debo aprender supervivencia con dos distracciones monumentalmente ardientes. ¿Por qué pensaría que ésto sería fácil?" pensé de forma burlesca."A mi no me mires, yo no puedo ayudarte. No deben saber que existo, y siempre que te hablo te alteras y me tratas como si fuera algo malo. Así que sólo observaré sin molestarte, porque dudo mucho que seas capaz de hacer ésto con normalidad si te hablo con frecuencia" — dijo Sahira.— Oh, entiendo. ¿Entonces a qué hora empezamos?— Mañana a las 6 de la mañana. Sé puntual.— ¿Tan pronto? — m****a, se me escapó. Debería tener más cuidado con lo que decía.— ¿Te parece pronto? Entonces será a las 5 de la mañana.— ¿Qué? ¡No, no, eso no..!— ¿Prefieres a las 4? — me interrumpió Alfred.— ¡No, no! ¡A las 6 está genial! — dije apresuradamente.— Dije a las 5. Tendrás que estar lista y preparada en la puerta de la cabaña. No llegues tarde y ponte ropa cómoda.— Sí, claro... ahí estaré. — Dije dándome por vencida.— Me parece perfecto. Entonces, para lo que queda de día de hoy... Puedes quedarte descansando si quieres, en el baño hay una bañera con hidromasaje y spa. También puedes ir a la ciudad a dar una vuelta, Lucas puede llevarte — levantó el pulgar hacia su espalda al chico mayor que había venido con nosotros: como no había dicho nada, me había olvidado de su presencia.— Será un placer, Alfred. — dijo con una sonrisa y haciendo una casi imperceptible reverencia con la cabeza provocando una carcajada del jefe.— También puedes quedarte en el bosque, si lo prefieres. Algo me dice que te sientes más cómoda allí. — repentinamente se puso serio y su voz.se volvió autoritaria — Si vas al bosque, tendrás que esperar a que Lucas contacte con varios guardias y ellos tendrán que acompañarte. Sin discusión. Últimamente el bosque es muy peligroso, así que debemos extremar la seguridad. ¿Entendido?— Sí, entendido Alfred.— Perfecto. Entonces una vez aclarado todo, ésta es la llave de tu cabaña. Disfruta del día. — se dirigió hacia la puerta de salida — Lucas, quédate fuera de la cabaña, en la puerta, por si Mar necesita algo. No dudes en comunicarme cualquier necesidad que ella tenga.— Por supuesto señor.Ambos salieron por la puerta y suspiré de alivio. Al menos estaría unas horas alejada de ese hombre.Me dirigí al baño pensando en darme el mejor baño del mundo y después, ver la televisión.Comentario de la autora:¡Hola a todos! ♥️Muchas gracias por seguir leyéndome. Estaré encantada de leer todos vuestros comentarios ♥️El sexto capítulo está en progreso, espero terminarlo para el viernes o el sábado y poder publicarlo ♥️. Si veo que tengo tiempo de escribir más capítulos, os informaré y seguramente los publique en menos tiempo. Por el momento... ¿qué os está pareciendo? ¡Os quiero a todos! 🫶Un maldito y estruendoso ruido perforó mis tímpanos de forma repentina, sobresaltándome en la cama.— ¿Pero qué diabl..?No pude terminar la frase porque algo se había abalanzado sobre mí, inmovilizándome... y al segundo siguiente, sentí algo frío y afilado en mi garganta."¿Luchamos? Si mueres no me sirves de nada" escuché decir a mi locura con una clara sed de pelea. "Puedo matarlo para que las dos vivamos".No pude llegar a dar una respuesta, porque sentí, de forma repentina, esa oleada de adrenalina que sentía cuando Sahira entraba en batalla. Así que no me lo pensé y dejé que ella actuase: agarré con las dos manos el brazo que sujetaba el cuchillo, me agaché y me giré en un movimiento tan rápido que a mi captor no le dió tiempo de reaccionar. Una vez había escapado de su abrazo letal, levanté la rodilla para golpearlo en los huevos... por fortuna, mi captor intuyó lo que iba a hacer y me soltó mientras se alejaba, dejando mi rodilla durante un par de segundos en el aire. — Buen
Pasaron dos años desde aquella excursión. Mi vida no había cambiado mucho: Seguían apareciendo pintadas en mi taquilla y seguía sufriendo acoso físico y verbal. Tampoco tenía nuevos amigos y mi relación con Laida era la misma. Supongo que tendría que alegrarme de eso, ya que habían dejado de acosarla. Le pregunté cómo, pero lo único que me dijo fue que le había dado una patada en las pelotas a su principal acosador. Por desgracia para mi, eso no era una opción. Lo único que había cambiado un poco era mi relación con mi locura: estando en Mariesh, descubrí que no buscaba siempre sangre y violencia. Eso hizo que me sintiera un poco más cómoda y ya no tenía miedo cuando me hablaba. Aunque desde que habíamos vuelto, seguía siendo muy violenta y sanguinaria. Creí que era porque el pueblo le hacía daño, así que decidí abandonarlo e irme a estudiar muy lejos cuando cumpliese los 18 años. Sin embargo, me sorprendí cuando me dijo que no quería alejarse mucho del lugar así que no tenía muy clar
Terminé de vestirme. Decidí ponerme una ropa cómoda, así que llevaba un pantalón de chándal, una sudadera y unas tenis, todo completamente negro. Si tenía que evitar a las personas, la ropa oscura era la mejor que se podía llevar de noche.Fui a coger mi bolso y me quedé dubitativa: Si de casualidad lo que decía Sahira era cierto... ¿me serviría de algo el móvil? ¿Podría siquiera llevármelo? Era una buena pregunta. Al final, decidí dejar el teléfono en casa aunque sabía que era peligroso salir de casa sin teléfono. Así que me fui al armario y busqué mi joyero: lo abrí y saqué un reloj sumergible. Al menos, sabría la hora. Cerré el armario y bajé por las escaleras e iba a salir de casa cuando la voz de mi padre me sobresaltó.— ¿A dónde vas, cariño? — Hola papá... voy a salir a dar una vuelta.— ¿A estas horas?— Sí... Sahira está muy inquieta y creo que será bueno que me dé un poco el aire. — odiaba mentir a mis padres, pero... técnicamente, no estaba mintiendo. — ¿Quieres que te aco
Abrí mis ojos y me quedé sin palabras: en el agua cristalina , podía ver el reflejo de una loba preciosa. Tenía el pelaje blanco como la nieve con un ligero brillo que no supe identificar: no sabía si era perlado o plateado. Quizás fuera una mezcla de ambos. Me fijé en mis ojos, ya que nunca había visto unos ojos de un color tan peculiar. Eran de color rosa, pero me recordaban mucho al color de los zafiros rosas pulidos: intenso y con cierta claridad, parecían brillar con luz propia. Eran preciosos y al instante me enamoré de ese color: decidí que, en algún momento de mi vida, tendría que comprar alguna joya con un zafiro rosa. Después de ver lo impresionantes que eran, necesitaba poder ver, siempre que quisiera, ese color. Giré la cabeza para observarme bien y me di cuenta de que tenía ligeras manchas doradas. Me pareció sorprendente y me moví, pero las manchas doradas no brillaron. "Me pregunto si brillarán con la luz del sol, al igual que brilla la parte blanca." — pensé observand
Tuve miedo. Mucho, quizás demasiado. Me escondí detrás de un pequeño árbol del jardín. Lo que yo quería era entrar a casa, subir a mi habitación y vestirme rápido antes de que mis padres me viesen. Ahora eso iba a ser algo muchísimo más complicado. Vi salir a mi padre, con las llaves y una linterna en la mano. Lo hacía siempre que yo no le respondía pero... ¿cómo iba a responderle en este cuerpo? Incluso un gruñido lo asustaría mucho más.— ¿Quién anda ahí? — escuché decir a mi padre, con claridad y firmeza. Ojalá yo tuviera algo de todo eso. Me encogí un poco más."Quédate quieta o nos descubrirá""Lo siento, estoy muy nerviosa.""Lo sé, pero debes controlarte"No nos habíamos dado cuenta de que el movimiento había atraído la atención de mi padre, que se había ido acercando poco a poco después de coger el palo que tenía siempre en la puerta.Mierda. Tenía que quedarme quieta. Esperaba que el pelaje no brillase ahora mismo, no necesitaba darle más pistas. También comencé a respirar má
En algún momento de toda la noche debimos quedarnos dormidos. Cuando me desperté y estiré mi cuerpo, noté que estaba en mi cuerpo humano. No recordaba en qué momento me había transformado de regreso."Sahira, ¿estás despierta?"Un gruñido sonó en mi mente, así que la dejé descansar.Miré a mis padres y los vi durmiendo tranquilamente. Bien, que durmiesen un poco más.Me dirigí al baño y después de hacer mis necesidades diarias, abrí la ducha: con todo lo que sucedió anoche, realmente daba asco. Me lavé bien todo el cuerpo y el pelo, soltando un gemido de placer ante la increíble sensación del agua caliente: incluso me quedé unos minutos extras más sólo para disfrutar. Salí de la ducha, me sequé y fijé la toalla para el pelo. Después, fui a mi habitación. Miré mi armario: la mayoría eran pantalones de chándal, jeans y sudaderas. Suspiré. Ahora que sabía que no estaba loca, quería cambiar de look. "Pero los demás siguen pensando que estás loca y no se creerán tu historia" — murmuró una
Tras mi primera salida con una amiga (me lo pasé muy bien con Laida) los días transcurrieron con bastante calma. En el colegio no volví a saber de Rose lo que superó el récord que había tenido con la excursión a Mariesh, Laida se relacionaba mucho más conmigo y era algo que agradecía mucho. Siguieron apareciendo pintadas en mi taquilla, pero eran menos numerosas. También supe que mi pelea con Rose se había convertido en un secreto a voces (incluso su rostro lleno de mierda). No sabía cómo se habían enterado, hasta hace un par de días.— Bueno, ver a Rose en la mierda era algo que todos deberían conocer. — me dijo Laida, mostrándome una foto de Rose, siendo sujetada por sus amigas, con mi accidental obra de arte en su rostro. — No es que se comporte bien con la gente, de todas formas.— Pero... ¿cómo has conseguido esa foto?— Muy fácil: no pude evitarlo cuando la vi. Sólo he tenido que filtrarla de forma anónima y... ¡walá! ahora ella es el hazmerreír del instituto.— Me la tendrá jur
Estuvimos corriendo cuatro días. Sahira se equivocó de camino y se dió cuenta ocho horas después. "Han pasado demasiados años" fue lo que dijo para justificar su error. Yo no le había dicho nada, así que no entendía porqué necesitaba disculparse.El viaje transcurrió sin grandes problemas aunque nosotras cada vez estábamos más nerviosas. Hacíamos pausas cada tres horas y no nos alejábamos mucho de un pequeño río que habíamos localizado. Descubrí que Sahira sabía cazar y agradecí no poder saborear su comida: sólo por el olor sabía que no era algo que fuera a gustarme. "Ya estamos cerca. Calculo que unas dos horas.""Si no vuelves a perderte.""No pasará."Enseguida vimos un camino de tierra abandonado y destrozado. Mi loba y yo intercambiamos una mirada de incertidumbre. "Creo que lo mejor será avanzar un poco más y hacer un descanso. Tampoco vendría mal cazar algo pero no hay ninguna presa cerca. De todas formas, tampoco es la hora de la comida.""Y mamá metió en nuestra mochila alg