Justo como la noche anterior, ella intentó acercarse a mí para atacarme, pero una fuerza sobrenatural la detuvo en seco en el aire. Es que, si no lo estuviera viendo con mis propios ojos, ni yo mismo lo creería. Esa loca había quedado congelada, totalmente rígida mientras sus ojos pasaban de ser rojos a unos negros. Parecía una marioneta que colgaba de alguna cuerda y que era manipulada por alguien. De repente, cayó al suelo con mucha fuerza y se hizo un ovillo en el suelo, sujetándose la cabeza mientras gruñía. —Lo siento, mi señora, pero estas fueron las ordenes que dejó mi Lord. —¡Maldita sea, acaba con esto! —Pasará en un momento, en cuanto se tranquilice. Me quedé en completo silencio, tratando de asimilar lo que acababa de pasar. No sé qué sean estas personas, pero normales, está muy en claro que no lo son.La hada que, en efecto terminó siendo bruja, se acercó a ella y le lanzó varias palabras en un idioma que desconocía por completo, mientras ella se retorcía y su cuerpo s
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