33. VENGANZA
Leviña al levantarse al otro día, está rodeada de cajas con sus cosas de la mudanza. Mira con desdén alrededor, el apartamento es lujoso, nada que ver con la casa de Andrés, pero es muy bueno. Va directo al bar y se sirve una copa, se la toma de un golpe, volviendo a llenarla, cuando ve aparecer a su hija. Sigue bebiendo sin dejar de ver cómo se mueve por la casa.—Es lindo mamá, no será como la casa de papá, pero es muy moderna y muy bien equipada, ni en sueños podríamos hacernos de una casa como esta. Al menos no nos dejó en la calle como mi verdadero padre.—No te ilusiones Valeria, en cuanto los deudores de tu padre se enteren que esto es mío, vendrán a quitármelo.—No podrán porque está a nombre de papá.—¡Deja de decirle así! ¡No es tu padre, nunca lo quiso ser! —Grita molesta tomando otro trago—, siempre te regañó porque lo llamaras así con la excusa de que tienes tu padre vivo, ¡así que deja de hacerlo!—No, le seguiré diciendo así el resto de mi vida. Es verdad que nunca me ac
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