—Estoy lista para bajar. Con una radiante sonrisa, Ashley termino de arreglar el hermoso velo que decoraba su cabeza, acortando la distancia y situándose frente a su progenitora, que se encontraba con un gesto nervioso y curiosamente inquietante. —¿Qué tienes, mamá? —inquirió Ashley, colocando sus manos sobre los hombros de su madre— Este es el día de mi boda, no quiero que estés triste. —No es nada de eso, cariño. —¿Entonces…? —Se trata sobre Nico, Ash. —¿Qué pasa con Nico? ¿Acaso quiere derribar estas puertas por qué me he tardado mucho? —manifestó Ashley de manera burlona—. Si es así, no debemos hacerle esperar más, me encuentro lista. La madre de Ashley hizo una larga pausa, antes de esbozar en voz baja la causa por la que lucía tan nerviosa. —Nico no va a venir, Ash. En la mente de Ashley no pasaba ningún pensamiento negativo, por lo que siguió tomando las cosas con relativa calma. —¿Cómo que no va a venir? —ella levantó la cabeza al reloj pegado a la pared—. Debe de est
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