Hoy es el día. En la casa de la familia Vitale, puede respirarse un ambiente feliz y lleno de entusiasmo. En cambio, para mí, es el final de todo. Mi trabajo se ha acabado, y es momento de regresar a la realidad.Respiro profundo y salgo de mi autocompasión cuando escucho las risas.Mis ojos arden ante la visión de Bianca en su vestido de novia, mientras las mujeres alrededor de esta la ayudan a terminar de prepararse.Renzo no subió a la habitación anoche. Al parecer, los hombres decidieron seguir la fiesta y se quedaron en el jardín.Yo creo que fue la excusa perfecta para no lidiar conmigo.¡Ya basta, Sam!—Espera a que tu papá te vea —Gianna junta sus manos y mira a su hija con una expresión de orgullo.—Darío se va a morir —secunda Loreta.—Esperemos que no —dice, está con una sonrisa genuina en su bonito rostro. Su mirada se encuentra con la mía.—Te ves radiante —asiento.—¡Es hora, señoras! —María, anuncia para que todas salgamos.Todas bajamos, y dejamos de última a Bianc
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