Nerea mantuvo sus ojos sobre Marena, lista para arrebatarle a Alba de ser necesario.Era consciente que estaba a la defensiva, pero cómo no estarlo, cuando las dos únicas ocasiones en las que se había encontrado con la madre de Piero, la había tratado como si quisiera deshacerse de ella. Su trato le desagradaba, pero se había hecho a la idea de que no había nada que pudiera hacer para agradar a la mujer. Sin embargo, la historia con Alba era diferente, no iba a dejar que la dulce pequeña pasara un mal momento.—¿Cuánto tiempo tiene? —preguntó la madre de Piero.—Alrededor de tres semanas.—Es… hermosa.Se relajó al escucharla decir aquello. Por primera vez, desde que había llegado, Marena no parecía a punto de saltar a la yugular de alguien. Al parecer, la reina de hielo tenía un corazón después de todo.Jamás la había visto interactuar con el hijo de Adriano, así que cuando Piero le dijo que era buena con Leandro, había tenido sus dudas.—Lo sé. —El orgullo estaba impregnado en las p
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