Paul.—¡Le he dicho que tomé sus cosas y se vaya! —grité logrando llamar la atención de Ximena quien se encontraba en su habitación.Los ojos de Marcel, quien era la ama de casa de esta semana estaban sobre los míos y a cada segundo que pasaba podía ver como se llenaban de lágrimas.—Pero señor…Cualquiera en estos momentos diría que era el hombre más malvado del mundo por despedir a la tercera chica en esta semana, pero lo que no sabían era por qué lo estaba haciendo.—Papi —Ximena salió de su habitación y llegó hasta el pasillo en donde me encontraba con Marcel.—Ve a habitación muñeca.Sus hermosos ojos verdes dieron a Marcel quien ya estaba llorando y luego a los míos y sin decir nada dio media vuelta y camino hacia su habitación.—Pido una disculpa Señor White, yo...—Por favor, Marcel, no lo hagas más difícil —la interrumpí.Llevé una de mis manos a mi nuca, solté un largo suspiro y decidí caminar hacia las escaleras para ir a la planta baja y como no, al pie de la escalera ya s
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