CAPÍTULO 4.

Paul.

Tenía muchas cosas que decir de Dalana y ahora que la conocí un poco más podía decir que el aura que llevaba con ella no era como realmente era. Una parte de mí creyó que no aceptaría el trabajo después de exponerle mis reglas y que necesitaba que técnicamente se mudara al pent-house, pero resulto ser todo lo contrario porque si lo acepto y me había quitado un buen peso de encima al saber que ahora la tenía conmigo y no tenía que preocuparme por esperar que alguna otra chica quisiera el trabajo.

—David puede llevarte a tu departamento a buscar tus cosas necesarias hasta el fin de semana —dije en su dirección.

—Está bien. ¿Me dijiste que no tienes problemas en que trajera a mi gato?

Inmediatamente los ojos de Ximena dieron a Dalana y en menos de un minuto estaba frente a ella saltando de felicidad.

—¿Tienes un gato? Yo quiero un gato, pero papi no me deja tener uno y tú tienes uno, quiero verlo ¿Puedo jugar con él? Di que sí, di que sí —no había tomado ni siquiera aire para hacer tantas preguntas a la vez.

—Sí tengo un gato y tu padre ha dicho que puedo traerlo porque ahora viviré en este lugar —respondió Dalana.

El grito de Ximena hizo que todos en la sala tuviéramos que cerrar los ojos un poco debido al chillido, luego corrió hasta donde me encontraba y rodeó sus brazos en mis piernas.

—Quiero jugar con el gato de Dalana papi, quiero que sea mi amigo y…

—Tranquila pequeña, todo a su tiempo ahora lo principal es que Dalana se mude a la habitación del piso de arriba y…

—¿La habitación que era de Marcel?

Los ojos de Dalana dieron a los míos y luego pasaron a mi pequeña supongo que por el hecho de no saber quién era Marcel, aunque tampoco era que lo necesitaba saber. Ella era una nueva empleada en este lugar y una de las reglas que le pedí era que no se metiera en mis asuntos y técnicamente esto era uno de mis asuntos así que no tenía que preguntar por ella ni saber quién era porque Marcel ya no volvería más.

—Sí cariño, la habitación que era de Marcel —respondí y tomé a mi pequeña en brazos.

—Señorita Dalana cuando guste podemos irnos a su departamento —dijo David llamando la atención de Dalana y ella asintió.

—Traeré lo más esencial hasta el fin de semana —dijo en mi dirección y yo solo asentí.

—Y recuerda traer a tu gato para que juegue conmigo —agregó Ximena y Dalana soltó una risita antes de asentir.

David acompaño a Dalana hasta el ascensor, ambos entraron a este y las puertas fueron cerradas. Vel, Ximena y yo nos quedamos en silencio hasta que Vel hablo sobre el desayuno para mi pequeña.

En ese momento recordé que tenía que trabajar y era de suma importancia que estuviera en la empresa ya que hoy había una reunión sobre la apertura de la nueva empresa en Sídney.

—Cariño, tengo que arreglarme para ir a trabajar, pero te prometo que estaré en casa antes de que el sol se oculte —dije a mi pequeña y ella asintió, aunque no me miro a la cara.

Ya sabía que estaba molesta, pero nada que no arreglara un algodón de azúcar al regresar del trabajo. Salí de la sala en dirección a las escaleras y en menos de unos minutos estaba en mi habitación donde tomé una camisa, un pantalón de vestir y una corbata a juego para vestirme e ir al trabajo.

Unos minutos después ya estaba en el ascensor de camino a mi auto ya que hoy David no podía llevarme porque había acompañado a Dalana a su departamento. Salí a los estacionamientos y cuando estuve dentro de mi auto mi teléfono empezó a sonar con el nombre de Jessica en la pantalla.

Mi actual pareja.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo