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Todos los capítulos de La asistente del Rey: Capítulo 1 - Capítulo 10
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El príncipe de orbes jade
GIANNACuando escuché aquellas palabras, mi mundo dio un vuelco, y el susto me llenó.—¡Gianna, estás despedida! ¡Sal de aquí ahora mismo! —gritó Bruno, el gerente del bar en el que había trabajado por los últimos seis meses.Su grito me removió todo por dentro, y volví a ser esa ni.ña a la que sus padres reprendían a voluntad.Sin embargo… mi salvador, mi príncipe azul, vino a mí al instante.—Entonces, ven y trabaja para mí… no necesitas seguir en este bar cutre de mala muerte.• •Todo comenzó más temprano esa misma tarde, cuando llegué diligente al trabajo justo después de que las clases terminaran. Empecé mis labores tras ponerme el uniforme, y todo fue tal cual una típica noche de jueves.Hasta que él apareció.Lo vi entrar al bar desde el otro lado del local porque, ¡¿cómo no hacerlo?! Era el hombre más alto que había visto en mi vida… medía casi dos metros, o quien sabe si más, y su rostro parecía cincelado por el mejor de los artistas.Yo no era de enamorarme de desconocidos
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Capítulo 1: Trabaja para mí
GIANNASu voz rebotó iracunda por todas partes en el salón, y el silencio sepulcral fue sustituido por susto cuando aquel tipo, furibundo, se me vino encima sin importarle quién estuviera presente.Pero yo no era ninguna estúpida, así que enseguida me armé y, cuando lo tuve en mi rango de acción, le lancé una patada que le dio justo en la entrepierna, y que lo dejó privado frente a todo el mundo.Logan pegó un grito que me hizo hervir la sangre con gusto y, junto a un sonido de dolor general de los presentes, cayó de rodillas al suelo.—¡¿Qué te pa…?! ¡Ah!Se encogió en sí mismo en el suelo, y lo miré desde arriba.—Maldito pervertido, ¡no te atrevas a volver a tocarme, o no te daré una simple patadita, ¿entendiste?! ¡Cerdo asqueroso!Logan se quedó quieto en el suelo pero, justo cuando vi que algunos de mis compañeros de trabajo se acercaban para evaluar la situación, y el jefe para regañarme, lo más seguro, este se levantó de golpe y se me vino encima de una forma inesperada, por lo
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Capítulo 2: Expulsada
GIANNA—¿Rey de Hiraeth? —preguntó alto Logan con desprecio—, ¿qué es eso? ¿Hogwarts? ¿Sacarás una varita y una lechuza aparecerá de la nada? —se burló y soltó la risa.Yo tampoco sabía qué era Hiraeth, ni dónde quedaba; sin embargo, creo que varios en el bar sí, porque enseguida los vi borrar los videos que grababan, e instar a los demás a hacer lo mismo.De repente, el ambiente se tornó oscuro, y algunas personas incluso dejaron el dinero de lo que consumieron sobre sus mesas y se fueron sin terminar de comer o beber, temerosas, huyendo.No entendía por qué actuaban así, porque… ¿Quién era este tipo? ¿Más famoso que la Reina de Gran Bretaña?No obstante, como estaba de mi lado, decidí hablarle bonito. Además, ¿mencioné que era guapo? Lo era.Él no dejó de mirarme ni un segundo, a pesar de lo que el idiota de Logan decía o hacía, y sus ojos suaves me llenaron de una preciosa calidez.—Yo… no sé quién eres, pero… supongo que podemos hablar al respecto, ya que acabo de ser despedida —c
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Capítulo 3: Decide, Gia
GIANNA—¡¿Qué?! Decano Hamilton, ¿de qué habla? ¿Cómo que expulsada? ¡¿Por qué?! ¡¿Qué hice?! Ayer yo…—No se trata de eso, señorita Adelaide. Usted ha sido expulsada tras cometer una falta al honor contra uno de nuestros principales benefactores.»A Título personal, lamento tener que hacer esto, pero esta institución no puede permitirse perder tal patrocinio solo por usted.Fruncí el cejo, indignada, molesta y sorprendida a partes iguales y, de repente, un nombre se me vino a la mente y espeté:—¡Logan Tanner!El Decano Hamilton no dijo nada, pero sus ojos corroboraron mis palabras, y apreté los labios.—¡Por favor!, ¿me van a expulsar porque no me dejé acosar se.xualmente por un cerdo pervertido que cree que puede hacer todo solo porque tiene dinero? ¡¿Es en serio?!La indignación y la pena bañaron el rostro del mayor, que resopló y negó con la cabeza.—Lo siento, señorita Adelaide, pero la decisión es irrevocable. Por favor, deje el campus a la brevedad posible.Quise pelear más, p
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Capítulo 4: Atracción
CAMERONApenas cortar la llamada, sentí unos serenos ojos acusadores sobre mí y, apenas voltear, le di una sonrisa a mi buen Tom, mi mano derecha por todos estos años, que no parecía estar del todo de acuerdo con mi decisión.—¿Pasa algo, Tom?Sin embargo, tan pronto como él pensó en contestar, mi celular volvió a sonar.—¿Hola? ¿Qué pa…?—¿En qué aeropuerto estás?Una sonrisa pintó mis labios.—En el internacional de San Francisco. Estás cerca —dije sin más.—Perfecto, gracias.Ella colgó y yo resoplé.Dejé el celular de lado y mire al fiel jefe de mi Guardia Real.—Entonces, Tom, ¿qué pasa? ¿Tienes algo que decir al respecto?Él respiró hondo y asintió con la cabeza.—Creo que no debería llevar a una persona que desconoce nuestras tradiciones y cultura, sin mencionar su nivel de estudios y que no lo conoce, solo porque quiere desafiar los deseos de su familia, Su Majestad.Eché la cabeza hacia atrás, y no pude evitar fijarme en el resto de mis muchachos, cuyas miradas parecían decir
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Capítulo 5: Firma el contrato
CAMERONElla me miró como si estuviera a punto de gritar «¡Lo sabía!», de seguro pensando que la haría ser mi concubina o algo por el estilo; sin embargo, antes de que pudiera siquiera pronunciar palabra, continué:—La persona que será mi asistente, deberá centrarse en la planificación y el cumplimiento de mi agenda, en el control de cada una de las cosas que deben hacerse para que las actividades se realicen como es debido. Habrá papeleo, por supuesto, pero es más un trabajo de campo.»Ya tengo un equipo que organiza mis viajes y actividades, pero necesito dejar de estar al pendiente de la verificación de cada cosa; además, tendrás que acompañarme a cada uno de los eventos que lo requieran.Una luz de alarma se encendió en ella.—¿Cómo acompañarte?—Como mi pareja —contesté sin más, pues no era nada del otro mundo.—¡¿Qué?! ¡No, no, no! ¡No voy a fingir ser tu pareja! Esto no es una telenovela, y yo no soy la protagonista a la que todo le sale de rechupete.La decepción apareció en s
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Capítulo 6: Perdida en Hiraeth
GIANNA Todo esto era una locura. Después de casi dieciocho horas en un avión, donde vi a Vik tener que trabajar a miles de kilómetros de altura, hablar por videoconferencia con gente que ni sabía quiénes eran, y estudiar las cosas básicas sobre mi nuevo empleo, llegué a la tierra del desastre. Después de que el avión aterrizó, pude ver una alfombra roja desplegada justo frente a las escaleras, y a un grueso grupo de periodistas. —Demonios… —mascullé para mis adentros y resoplé. Unas terribles náuseas me invadieron y, por primera vez, sentí miedo. Sin darme cuenta, alguien se paró a mi lado y dijo: —Definitivamente, lo primero que hay que hacer es comprarte ropa nueva para el trabajo. —Lamento no tener nada adecuado… hasta hace veinte horas era una desempleada y expulsada ciudadana deprimida —mascullé sin darle importancia a las palabras de Vik. Él soltó una risilla y negó con la cabeza. —Cómo sea… es hora de bajar. Te ves decente para los medios, y no tiene sentido tratar de
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Capítulo 7: Llegada al Palacio
GIANNA En medio del trayecto en taxi, me sentí cansada, aliviada y sorprendida a partes iguales. Mirando por la ventanilla del auto, no podía evitar emocionarme siempre que pasaba por un edificio, porque cada uno se veía más hermoso que el otro, con esa arquitectura renacentista marcada, aunque hacia el centro reinasen los rascacielos, en una mezcla perfecta entre lo nuevo y lo antiguo. —Esto es hermoso… qué suerte tengo —dije con voz ilusionada. Delante, el taxista sonrió. —¿Es nueva en la ciudad, señorita? —preguntó con un inglés un poco escueto. Lo miré desde atrás y asentí con la cabeza. —Sí. De hecho… soy nueva en el país, llegué hace más o menos una hora. —Oh… ya veo. Pero, ¿no es extraño que quiera ir a los límites con el Palacio Real? Debería partir a un hotel o algo por el estilo. Negué con la cabeza. —Se suponía que debía ir al Palacio en un autobús a mi llegada, pero… creo que me subí a la van equivocada y terminé frente al Congreso. Suspiré con genuina decepción,
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Capítulo 8: Tan predecible
GIANNA ¿Por qué Jacob pondría esos ojos? La verdad es que yo no sabía nada de esta gente, pero lo ignoré al entrar al gran edificio, y el lujo y la ostentación me dieron una fuerte cachetada en la cara. Patiné por un momento por el piso, que parecía granito, o algo caro, yo que sé. Vik me llevó de la mano por un pasillo a la derecha y, antes de darme cuenta, entramos a una habitación amplia que resultó ser una oficina. Al ver su nombre en un título universitario colgado en una pared al costado, junto a otras cosas que no tuve tiempo para distinguir, supe que era la suya. Él me soltó en el momento en el que llegamos a una pequeña estancia con muebles, muy al estilo de lo que se veía en las películas y series, y quedamos frente a frente. —Lamento que tuvieras unas primeras horas tan escuetas —dijo y miró por el ventanal que daba al jardín lateral. —No te preocupes. Conocí a una buena chica que me ayudó pagando un taxi… cuando cobre mi sueldo le pagaré y la invitaré a cenar, fue muy
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Capítulo 9: Momento de la verdad
GIANNA Después de darme un baño en aquel enorme lugar, todo el cansancio de las pasadas horas me cayó encima; sin embargo, también apareció algo curioso y muy justificado. Tenía hambre. Salí de aquel cuarto usando las ropas que Laila me dio, unos pantalones largos medio anchos y un camisón como de lana que se sentía calentito. Esperaba con ansias mi equipaje para cambiarme la ropa interior, pero, por ahora, tocaba repetir. Vi las escaleras a la última planta, y no pude evitar preguntarme si Vik ya estaría allí, si descansaba o dormía. Caminé por el ancho pasillo con la vista puesta en las paredes hasta llegar a la escaleras y, chismeando para verificar que no viniera nadie, porque me daba miedo encontrar a alguien allí, saqué la cabeza por el descanso. —Bien, está vacío… Bajé a toda prisa, pero, al final, no tenía ni idea de dónde quedaba nada, así que terminé metida por unos pasillos sin salida que me hicieron retroceder de nuevo. Cuando iba de regreso, me topé con un varón de
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