Katherine En el preciso momento en el que me desperté, sentí un fuerte dolor de cabeza que estaba matándome por completo. Lo primero que hice fue tomarme de la cabeza, haciendo una mueca de disgusto e incomodidad. Lo segundo que sentí fue un dolor en el brazo derecho, pero no era un dolor fuerte. Era, más bien, una molestia, una especie de cosquilleo extraño que me llamaba mucho la atención. Y, diablos, todos mis sentidos se sentían muy intensificados. Miré mi brazo, curiosa, y fue allí cuando recordé todo lo que había pasado en la noche después de que salí de la Universidad y me fui al bosque a tener un momento de paz, como solía hacer algunas veces cuando me sentía abrumada. Esa especie de monstruo que me perseguía y me atacó entre las sombras y me dejó esa herida en el brazo, la cual empezó a sangrar de inmediato, me dejó petrificada. Pero... ahora que observaba mi piel, yo no tenía ninguna marca de aquella mordida que ese monstruo me dio. ¿Cómo era eso posible? Me sentí muy con
Leer más