DamonNo me quería ir de la ciudad, pero si en algo tenía Katherine razón, es que no estábamos seguros aquí. Yo no tenía ningún problema en que Kyle y yo nos enfrentáramos cuando a él se le diera la gana, me había quedado con ganas de acabar con su vida desde la última vez en que lo vi, pero era cierto que tampoco podía tener este tipo de pensamientos y pretender como si eso no le afectara a mi familia, porque sí, Katherine y ese bebé que estábamos esperando eran mi familia y no había nada en este mundo que me hiciera cambiar de opinión. Yo quería estar toda la vida con mi Luna y quería proteger a mi bebé también, y con las predicciones y la cara de susto de que la bruja nos regaló cuando nos comentaba lo peligrosa que iba a ser nuestra relación Katherine, me hacía pisar lo pies en la tierra. Esto ya no se trataba simplemente de un enfrentamiento entre Kyle y yo, esto era algo que conllevaba a mi familia y no podía correr riesgos, menos cuando la vida de Katherine pendía de un hilo.
KatherineEstaba que explotaba de los nervios que me consumían. Estaba que explotaba porque alguien venía detrás de nosotros. Bueno, estaba segura de que Kyle o algún lobo de su manada fue a buscarme a mi departamento y por eso tiraron la puerta abajo para encontrarme, pero ese lobo no me encontraría allí porque yo ya no estaba en ese lugar. Pero todavía seguíamos en el edificio, rumbo a las escaleras, así que, cuando ese hombre lobo terminara de revisar cada una de las habitaciones de mi pequeño departamento y se terminara dando cuenta de que no estaba allí, saldría de mi casa y, lo más probable, es que siguiera el rastro de mi olor hasta las escaleras de emergencia. Estaba segura de que así sería. Y los latidos apresurados y de miedo que traía conmigo, podían llamar mucho la atención. Con Damon empezamos a bajar las escaleras y escuché que alguien venía por el pasillo donde nosotros habíamos pasado para ir hacia las escaleras. Temblé de miedo. —Damon, alguien viene hacia aquí —
Katherine Si algo tenía claro, era que Damon no iba a permitir que ese hombre lobo me tomara y me llevara con él para entregarme a Kyle, pero el miedo seguía instalado dentro de mi cuerpo y no lo podía controlar. Quería parecer más fuerte, pues sabía que todos los hombres lobo que rodeaban la casa para protegerme por órdenes de Damon, me podían escuchar alterada. Y era incómodo. Además, yo no quería parecer una chica débil ante el hombre que venía a buscarme, quería parecer alguien más firme. Pero todo esto era demasiado nuevo para mí como para que yo estuviera tranquila. Estábamos a metros de distancia, pero yo podía olfatear el perfume de ese tipo. Pero... había otro perfume que me llamaba mucho la atención, pero que sabía que, al menos, no era el perfume de las personas que se encontraban cerca de mí. Me asusté más cuando un nombre se me vino a la mente: Kyle. Sí, Kyle... él usaba ese mismo perfume. Sabía que cualquiera de los otros hombres lobo podían estar usando ese perf
Katherine Me encontraba mal, había algo que me generaba muchas náuseas. No tenía sentido que estas náuseas fueran por el bebé que estaba esperando, pues recién había quedado embarazada. Supongo que esto que pasó hizo que se me bajara un poco la presión. Damon se metió en la casa rápidamente y caminó hasta mí y me pidió que me recostara en el sofá para estar más cómoda y tranquila. —Alexa, tráele un vaso de agua a Katherine —ordenó mi novio, mirándome a los ojos. Me observaba con esa mirada que a mí me hacía sentir segura, pues eso hacía que yo viera que le importaba mucho—. ¿Qué sientes, Luna? —No te preocupes. Es solo este malestar por lo que acaba de pasar. Me ha hecho un poco mal. ¿Cómo es eso de que, a medida que pasa el tiempo, la maldición se hace más fuerte? —interrogué. Necesitaba que me dijera la verdad. —Bueno, es que... Eso me afirmaba que, lo que Kyle me dijo, era cierto. —Quiero que me seas sincero, Damon. ¿Por qué dijo eso Kyle? ¿Es cierto? —Sí. —¿Por qué no
Katherine Damon me llevó a un hotel. Bueno, a todos. Pagó habitaciones para todos en el mismo piso, para que estuviésemos más seguros, solo por si acaso. Nos íbamos a quedar dos días allí en el hotel hasta que con Damon encontráramos una mansión que fuese adecuada para todos nosotros. Éramos muchas personas para vivir juntos, así que sí os í necesitábamos una mansión. Tenía previsto ir a la casa de mi madre el día de hoy. La llamé cuando bajamos del avión para decirle que iría a visitarla esta noche con una persona que había conocido, y le confesé que estaba saliendo desde hace meses con un chico muy bueno y muy apuesto. En realidad, no le confesé, sino que le mentí. Mamá me preguntó por qué se lo decía recién el día de hoy, pues durante tanto tiempo le dije que no había encontrado a nadie, y una de esas veces fue hace unos pocos días. Mamá estaba más que sorprendida con la noticia, pero supongo que se encontraba feliz de que su hija encontrara a alguien del cual enamorarse. Pero ma
Katherine Mi madre estaba emocionada de verme frente a ella, así que no contuvo de darme un abrazo fuerte que duró un momento. Damon, a nuestro lado, nos observaba con una sonrisa en el rostro. Y pensar que en poco tiempo le iba a decir que iba a ser abuela... Mamá se separó de mí para ver a Damon y le sonrió amablemente. —Buenas noches, señora, soy Damon, el novio de su hija —se presentó, entregándole las flores. Mi madre estaba encantada, se le notaba a kilómetros. Tomó las flores y las observó con emoción y entusiasmo—. Espero que le gusten las rosas rojas. —¡Me encantan! Es un placen conocerte, Damon. Pasen, la cena estará pronto. Cenaremos en el patio —avisó, toda emocionada. Mamá me jaló del brazo para decirme algo al oído, algo que, era obvio, que Damon iba a escuchar por ser hombre lobo. —Este hombre es demasiado guapo. ¿Dónde lo conseguiste? Me gusta mucho para ti. No dije nada y le sonreí a mi madre, para ir hasta el patio a ver a mis padres y a mis hermanos. Pr
Katherine Ya notaba que mi madre me miraba mucho el vientre siempre que podía, pero cada que yo me daba cuenta de ello, ella giraba la cabeza y se hacía la distraída. Esto ya comenzaba a ser un poco preocupante para mí. No es que fuera algo que ella no tenía que enterarse, porque la semana entrante se lo íbamos a tener que decir para que se fueran preparando para la llegada de su nieto, pero me inquietaba la manera en la que me observaba porque, por más de que yo era una persona adulta y ya me estaba por casar, no sabía del todo cómo es que iba a ser su reacción y la de mi padre. Damon ya me notaba un poco nerviosa, por eso me tomaba de la mano por debajo de la mesa para que me calmara un poco. Él oía los latidos de mi corazón tan acelerados, y yo escuchaba los latidos del suyo tan calmados. Quería tener la compostura que Damon tenía, pero simplemente no podía porque no paraba de rondar por mi cabeza qué reacción tendrían mis padres al saber sobre el bebé que venía en camino. Casi
Katherine Sé que había pasado muy poco tiempo desde que conocí a Damon, pero yo le había contado varias cosas importantes de mi vida a él, pero él no a mí. Le conté sobre lo más básico para que se adentrara en mi vida, para que conociera lo más importante que tenía, como lo eran mis padres, mi familia, pero Damon no había mencionado más que una o dos veces a sus padres. Ni siquiera sabía si ellos estaban dentro del país o qué, si sabían que Damon era un hombre lobo y si él tenía algún otro hermano más. Sentí la necesidad de hacer algunas preguntas para resolver mis dudas. No quería parecer que invadía su privacidad porque esa no era mi intención, pero si íbamos a casarnos tan pronto e íbamos a tener un hijo tan pronto y yo ya formaba parte de su manada (bueno, casi) era momento de que él me dijera, al menos, lo más básico. Lo más fundamental. —Espero que tus padres no me detesten por esto. Ah, y que no piensen que soy una interesada, porque eso puede parecer cuando se enteren de