Katherine Ya notaba que mi madre me miraba mucho el vientre siempre que podía, pero cada que yo me daba cuenta de ello, ella giraba la cabeza y se hacía la distraída. Esto ya comenzaba a ser un poco preocupante para mí. No es que fuera algo que ella no tenía que enterarse, porque la semana entrante se lo íbamos a tener que decir para que se fueran preparando para la llegada de su nieto, pero me inquietaba la manera en la que me observaba porque, por más de que yo era una persona adulta y ya me estaba por casar, no sabía del todo cómo es que iba a ser su reacción y la de mi padre. Damon ya me notaba un poco nerviosa, por eso me tomaba de la mano por debajo de la mesa para que me calmara un poco. Él oía los latidos de mi corazón tan acelerados, y yo escuchaba los latidos del suyo tan calmados. Quería tener la compostura que Damon tenía, pero simplemente no podía porque no paraba de rondar por mi cabeza qué reacción tendrían mis padres al saber sobre el bebé que venía en camino. Casi
Katherine Sé que había pasado muy poco tiempo desde que conocí a Damon, pero yo le había contado varias cosas importantes de mi vida a él, pero él no a mí. Le conté sobre lo más básico para que se adentrara en mi vida, para que conociera lo más importante que tenía, como lo eran mis padres, mi familia, pero Damon no había mencionado más que una o dos veces a sus padres. Ni siquiera sabía si ellos estaban dentro del país o qué, si sabían que Damon era un hombre lobo y si él tenía algún otro hermano más. Sentí la necesidad de hacer algunas preguntas para resolver mis dudas. No quería parecer que invadía su privacidad porque esa no era mi intención, pero si íbamos a casarnos tan pronto e íbamos a tener un hijo tan pronto y yo ya formaba parte de su manada (bueno, casi) era momento de que él me dijera, al menos, lo más básico. Lo más fundamental. —Espero que tus padres no me detesten por esto. Ah, y que no piensen que soy una interesada, porque eso puede parecer cuando se enteren de
Katherine Me sorprendía que Damon supiera tanto de brujería, pero más me sorprendía lo que me acababa decir respecto a lo que a lo que Kyle estaba haciendo para perseguirme. Tal vez él estaba buscando la forma de averiguar en dónde es que me encontraba, pues ya se había dado cuenta de que Damon, la manada, Alexa y yo, salimos huyendo de la ciudad para estar protegidos. Creo firmemente que la promesa que Kyle nos hizo de perseguirnos hasta conseguir lo que quería, la iba a cumplir al pie de la letra. Estaba angustiada porque no sabía qué nos podía deparar el futuro, pues Kyle podía aparecer en cualquier momento a hacer sus estúpidas locuras. El tema, ahora, es que no solo éramos nosotros los que estaban en peligro aquí, pues mis padres vivían en California, y si Kyle nos encontraba, tal vez iba a querer meterse con mi familia para lastimarme y vengarse de que no quise ir con él cuando me lo pidió. Ese hombre estaba jodidamente loco y sé que era capaz de hacer lo que se le diera la g
Katherine Damon se subió al auto y yo también. Miraba por la ventana y me centraba en el aire fresco que se adentraba por la ventana del auto. Necesitaba despejarme y despertarme un poco, porque sentía que me podía quedar dormida en cualquier momento. Estaba muy cansada como para no quedarme dormida en pleno viaje a la casa de esa bruja que, supuestamente, podía ayudarnos a bloquear el acceso a Kyle a mis sueños. Lo malo es que era un poco lejos de donde nos encontrábamos, así que teníamos un pequeño viaje que hacer para encontrarnos con ella. —¿Te sientes mejor? —Me estoy durmiendo, Damon —sonreí, cansada, parpadeando varias veces. —¿Estás mejor de la descompostura de anoche? —Sí, mucho mejor. Espero que le viaje en auto no me haga mal. —Te compraré algo si lo necesitas. Ya que estamos aquí, solos, y que tenemos un poco de camino por recorrer, me gustaría que habláramos sobre el bebé. —¿De qué quieres hablar? —De que es hora de que vayamos eligiendo nombre, ¿no te parece
Damon Tengo que admitir que me dolió mucho cuando Katherine me dijo yo la estaba usando para tener a un hijo. Apenas soltó las palabras me quedé completamente de sus palabras, pues no me podía creer que ella pensara así de mí. Me quedé procesando la información que acababa de recibir. Mi primer instinto fue enojarme con ella por ofenderme de esa manera, pero calmé enseguida, pues creo que su inseguridad y angustia eran algo demasiado normal y de esperarse. Yo no podía pretender que ella se sintiera segura tan rápido conmigo. Era lo que quería, pero tenía que ver más allá: yo llevaba un buen tiempo dentro de este mundo de hombres lobos y maldiciones, y ella recién acababa de entrar hace apenas unos días. Y, con el embarazo, las dudas, los miedos, y la maldición que traíamos encima nuestro, tenía que comprenderla. Me costaba, pero tenía que comprenderla. Así que me calmé y procuré seguir calmado. La abracé y la reconforté en mis brazos cuando Katherine empezó a llorar con más fuerza.
Katherine Odiaba este mundo sobrenatural. Sus reglas me parecían lo más estúpido que podía existir en el mundo. ¿Por qué inventaron reglas de ese tipo? Era espantoso saber que tú le debías lealtad a alguien, y que, encima tenías que pedirle permiso para hacer algo tan básico en la vida, como lo era enamorarse. Era una completa locura. Yo no quería seguir estas reglas. No me entraba en la cabeza cómo tantos lobos seguían a sus alfas y se inclinaban a ellos como si fuera su amo. Aunque, tengo que admitir que, Kyle, tenía algo que a mí me llamaba la atención. Era algo que estaba en lo más profundo de mí, detrás de todo el miedo que le tenía y que él me producía. Era como un instinto de hacerle caso, o, al menos, eso fue lo que sentía la primera vez que lo vi. Pero mi mente racional era más fuerte que ello. Yo no me podía rebajar a inclinarme a alguien, y mucho menos a Kyle, que estaba completamente loco y que me quería lastimar en todas las oportunidades que tenía a la mano. Y, si en
Katherine ¿Cómo rayos se suponía que yo iba a enfrentar a ese tipo? Sabía que todo esto que estaba viendo no era real, pero se sentía como si lo fuera, y el dolor que tenía por el parto era grande y molesto. ¿Ella quería que lo golpeara? ¿O quería que le dijera algo en específico? No tenía manera de preguntarle a Kayla. Creo que deberíamos haber hablado bien sobre esto antes. —No te tengo miedo —fue lo primero que se me ocurrió decirle a Kyle. ¿Esto servía? No tenía idea de lo que estaba haciendo. Kyle entrecerró los ojos de una manera espeluznante. Sabía que no estaba contento con lo que le acababa de decir, pero yo tenía que tener presente que todo esto era un sueño, nada más. Lo que estaba viendo, no era real. No había forma de que yo estuviera en peligro. Pero estaba tan asustada, que me temblaban las manos del miedo. No importaba mucho si esto era real, la imagen que tenía frente a mí seguía siendo de terror y eso me paralizaba. No sé cómo es que se suponía que iba a tener
Katherine La mujer me tendió las hierbas para que las llevara a casa. Damon y yo caminamos hasta la salida de la habitación tomados de la mano, y la mujer nos guio hasta la salida después de darnos las indicaciones de cómo es que debíamos usar las hierbas mágicas. De hecho, luego del hechizo de una hora, me hizo tomar un té de hierbas que preparó allí mismo, y la verdad, tuve que hacer un gran esfuerzo para no terminar vomitando. Y con esto de que estaba embarazada, el sabor y las náuseas eran todavía peor. Para colmo, iba a tener que tomar esas hierbas dos veces al día. —¿Qué pasa cuando se terminen las hierbas? —pregunté. Era una una pregunta que tenía desde hace un rato, y no quería irme de su casa sin saber la respuesta. —Tendrás que venir a buscar más. Además, no te vendría mal seguir reforzando la protección que te he hecho hoy, y podríamos añadir una nueva limpieza energética para dentro de dos o tres semanas. Limpiarte fue un poco agotador, pues estabas muy cargada con la