Katherine La mujer me tendió las hierbas para que las llevara a casa. Damon y yo caminamos hasta la salida de la habitación tomados de la mano, y la mujer nos guio hasta la salida después de darnos las indicaciones de cómo es que debíamos usar las hierbas mágicas. De hecho, luego del hechizo de una hora, me hizo tomar un té de hierbas que preparó allí mismo, y la verdad, tuve que hacer un gran esfuerzo para no terminar vomitando. Y con esto de que estaba embarazada, el sabor y las náuseas eran todavía peor. Para colmo, iba a tener que tomar esas hierbas dos veces al día. —¿Qué pasa cuando se terminen las hierbas? —pregunté. Era una una pregunta que tenía desde hace un rato, y no quería irme de su casa sin saber la respuesta. —Tendrás que venir a buscar más. Además, no te vendría mal seguir reforzando la protección que te he hecho hoy, y podríamos añadir una nueva limpieza energética para dentro de dos o tres semanas. Limpiarte fue un poco agotador, pues estabas muy cargada con la
Katherine Mi madre había insistido por un buen rato que fuéramos con Damon a su casa a cenar el viernes por la noche. La idea era ir a cenar con ellos la semana entrante, pero supongo que esto de dar la noticia del embarazo iba a tener que adelantarse un poco. No me sentía muy preparada para ello, tenía miedo de la reacción de mis padres, más allá de que yo fuera grande y por más de que todo esto estuviera bajo mi control, pues no sabía muy bien cómo se lo iban a tomar. Sabía que la primera pregunta que me harían sería respecto a la universidad y luego sobre el matrimonio, así que ya tenía que ir haciéndome a la idea de que esto iba a pasar mucho más pronto de lo que pensé. Y es que no le pude decir que no a mi madre, no con toda la insistencia que estaba metiendo para que fuéramos a cenar el viernes por la noche. Además, mi padre también me pidió que fuéramos, me dijo que quería verme otra vez, que me extrañaba mucho y que quería que pasáramos más tiempo juntos. Eso me generaba un
Katherine Tenía una bola de nervios en el medio del estómago. No quería salir del auto porque no estaba segura de lo que me iba a encontrar cuando cruzara la puerta de la casa de mis padres y les dijera que estaba por tener un bebé. Iba a ser demasiado obvio que el casamiento con Damon venía de esto, del embarazo, y no por el verdadero amor. Sí, nosotros nos queríamos, pero no llevábamos cinco meses conociéndonos con Damon como les dijimos a mis padres. Apenas llevábamos unos días de habernos visto la cara y ya teníamos una boda en camino y un bebé a la espera de nacer. Era una completa locura. A mis padres no les dije nada de esta nueva relación, incluso siempre les dije que no tenía a nadie en mente, a nadie a la vista, que nadie estaba interesado románticamente en mí, y un día simplemente decido mudarme a mi ciudad natal otra vez y traigo a un hombre conmigo, con el cual voy a tener una noche de bodas y un hijo. Mis padres no eran tontos, ellos iban a atar cabos y se iban a dar c
Katherine —¿Qué tienes para contarme, Katherine? —me preguntó mi padre. Lo miré y me sentí muy nerviosa. Miré a Damon y miré nuevamente a mi padre. Dios mío, me iba a dar algo de tantos nervios que traía dentro de mi cuerpo. —No hay mucho contar, papá. —¿Sabes algo de la universidad? —Empieza dentro de dos semanas —dijo Damon—. Ya hemos entregado los papeles correspondientes y hablado con el rector de la Universidad y aceptan a Katherine. Así que comenzará pronto. Podrá retomar los estudios sin ningún tipo de problema. Bueno, supongo que sí había algo interesante para contar. Espero que mi padre tuviera esto en cuenta en el momento en el que dijéramos que estaba embarazada. —Eso es buenísimo, Katherine. Todo está marchando bien, por lo que veo. —Sí... —sonreí. Mi madre se sentó a la mesa después de servir la comida. Hablamos de todo un poco. O, bueno, ellos fueron los que hablaron, porque yo casi no dije nada. Afortunadamente, Damon era muy bueno para hablar y para e
Katherine Se notaba que mi madre no estaba convencida con lo que Damon le estaba diciendo. O, tal vez, sí quería creerle, pero su sentido sobreprotector de madre no le permitía confiar completamente en nosotros. Papá se cruzó de brazos, también muy incómodo. Quería que la tierra me tragara en este momento, quería salir corriendo de esta situación tan tensa, pero ya era demasiado tarde como para hacerlo. Deberíamos habernos ido sin decirles nada, esa habría sido la mejor de las opciones, pero Damon no quiso. Y aquí las consecuencias. Parte de mí tuvo el impulso de culpar a Damon sobre esto, pero sería inútil que me enojara con Damon, porque él no tenía la culpa de nada. Él solo había querido hacer las cosas de manera correcta, y eso era muy respetable. Damon tenía razón al decir que la reacción de mis padres iba a ser exactamente igual ahora y después, así que no tenía sentido el que se lo quisiera ocultar. Además, mientras más tiempo pasara, mamá tendría más preguntas y me reclamar
Katherine No era tan fácil como presentarles a sus padres a los míos, porque ni siquiera yo los conocía. Todavía tenía que pasar por ese tema yo sola, antes de presentarles a mis padres a mis suegros. Y es que no pensaba sentarme a la mesa con mis padres y los de Damon, sin antes haber tenido una cena previa con ellos. Sería muy incómodo. Sentí muchas náuseas de repente. Creo que la comida me había caído mal, o fue el momento y los nervios los que hicieron que se me revolviera el estómago de esta manera. Me levanté de la mesa rápidamente, porque esto no eran simplemente náuseas, eran ganas de vomitar. Todos me miraron. Me tapé la boca. —¿Te sientes bien, Katherine? —Damon se levantó de la mesa para verme el rostro—. Estás muy pálida. —Creo que voy a vomitar —dije, y salí casi a las corridas hacia las escaleras y subí con rapidez. Me metí en el baño y ni siquiera tuve tiempo de cerrar la puerta, porque me senté en el suelo, frente al inodoro, y vomité. Esto era producto de t
Katherine No tardé mucho en quedarme completamente dormida cuando Derek me abrazó y me dijo que todo estaba bien entre nosotros. Sentía que estaba descansando, hasta que empecé a tener un sueño bastante raro en el que casi no podía moverme. Estaba en un bosque, sentada bajo un árbol, esperando a que Damon viniera por mí. Estaba un poco asustada por estar allí sola, en medio de la oscuridad y empecé a sentir mareos bastantes fuertes. Quería moverme con normalidad, pero no podía hacerlo, era como si algo muy pesado estuviese sosteniéndome para que no pudiera tener movilidad. La noche estaba terrible, con un clima que daba miedo. Tuve miedo de que Kyle apareciera y me hiciera algo. El miedo abundaba más y más a medida que el tiempo pasaba, porque Damon no llegaba a buscarme. ¿Qué era lo que yo hacía aquí? ¿Por qué estaba yo sola en el medio del bosque en una noche así? ¿Cómo es que me atreví a quedarme en el bosque yo sola cuando estaba siendo perseguida por un hombre lobo que Eme que
Damon El dolor que Katherine tenía en el abdomen me dejaba realmente muy preocupado. Esto no podía ser bueno, no por cómo ella se quejaba y lloraba del insoportable dolor. Lo primero que se me pasó por la cabeza fue nuestro bebé, que estaba en peligro. Recuerdo que la bruja que vimos en mi ciudad dijo que este bebé nacería y que no podríamos impedirlo, así que quería aferrarme a ello y pensar que todo estaba bien con el bebé. Pero este dolor seguía sin ser normal y eso significaba que Katherine tenía algo dentro de ella que no estaba bien. Katherine terminó desmayándose de repente apenas empezamos a conducir. La moví para que se despertara, pero no había caso. Llamé a uno de los miembros de mi manada en el que más confiaba y le dije lo que estaba pasando y quedamos en vernos en el hospital. Cuando llegué al hospital, bajé a Katherine entre mis brazos y la llevé hasta la entrada del hospital. Había mucha gente en la sala de espera, pero las enfermeras notaron que lo mío realmente