Damon El dolor que Katherine tenía en el abdomen me dejaba realmente muy preocupado. Esto no podía ser bueno, no por cómo ella se quejaba y lloraba del insoportable dolor. Lo primero que se me pasó por la cabeza fue nuestro bebé, que estaba en peligro. Recuerdo que la bruja que vimos en mi ciudad dijo que este bebé nacería y que no podríamos impedirlo, así que quería aferrarme a ello y pensar que todo estaba bien con el bebé. Pero este dolor seguía sin ser normal y eso significaba que Katherine tenía algo dentro de ella que no estaba bien. Katherine terminó desmayándose de repente apenas empezamos a conducir. La moví para que se despertara, pero no había caso. Llamé a uno de los miembros de mi manada en el que más confiaba y le dije lo que estaba pasando y quedamos en vernos en el hospital. Cuando llegué al hospital, bajé a Katherine entre mis brazos y la llevé hasta la entrada del hospital. Había mucha gente en la sala de espera, pero las enfermeras notaron que lo mío realmente
Damon No me detuve hasta llegar al doctor. Escuché los pasos apresurados de los padres de Katherine, siguiéndome. Los ojos del doctor se encontraron con los míos y ahí fue cuando el verdadero terror tocó a mi puerta, porque vi que en su bata del trabajo tenía algo de sangre y que su mirada estaba un poco entristecida. Lo primero que pensé fue algo drástico: que Katherine había muerto por algún motivo. El dolor que ese pensamiento me provocó casi hace que pierda el equilibrio. Aquí era realmente consciente del amor que le tenía a esa mujer. No importaba el tiempo que lleváramos conociéndonos, no importaba nada de lo que las personas dijeran de nuestra relación, el amor que le tenía era increíblemente real. Me atrevía a decir que era uno de los amores más reales que podían existir en este mundo. Todo lo que sentía por ella era difícil de describir con palabras, pues las palabras se quedaban cortas para poder expresarlo. Yo le tenía un cariño, un amor, un sentido de protección a ella,
Damon Luego de que terminaran de hacerle unos estudios a Katherine, el doctor nos dio la indicación de que podíamos pasar a ver a mi novia, quien seguía completamente dormida todavía. Los doctores dijeron que le dieron un sedante para tranquilizarla, pues cuando estaban en medio de uno de los estudios, ella tuvo un ataque de nervios por la situación. Me comentaron que Katherine dijo que ya nada le dolía, pero los nervios le jugaron una mala pasada. Todavía no había podido entrar a ver a mi prometida, pues solo podían pasar dos integrantes de la familia a la vez, así que me senté a esperar en la sala de espera. Estaba impaciente por ver a Katherine, quería saber si ya había despertado, quería saber cómo se encontraba. Necesitaba noticias de ella. Mi amigo estaba a mi lado, esperando noticias conmigo. Estaba apoyándome, como un amigo de verdad. No solo era un Beta de mi manada, él también era parte de mi familia, pues yo consideraba parte de mi familia a cada uno de los integrantes q
Damon Necesitaba estar con ella, verla, escuchar que no sentía dolor alguno. Pero al decirle la verdad de lo que creía que estaba pasando con Katherine, hizo que se me partiera el corazón. No podía no sentirme culpable con lo que estaba pasando, porque siento que, de alguna u otra manera, yo era el responsable de que Katherine estuviera atravesando todo esto. No era justo para ella que atravesara este tipo de situaciones. Lo más justo era que Katherine estuviera sana, feliz, segura. Supongo que yo no podía darle mucho de eso. La cuidaba, sí, me encargaba de que estuviese rodeada de lobos todo el tiempo por si Kyle o los de su manada aparecían, pero había algo de lo que no la estaba cuidando, y eso era la maldición. ¿Y si atravesar todo esto era parte de la maldición? ¿Y si ese dolor se repetía otra vez y resultaba ser que no era parte de una brujería, sino que era parte de una maldición? Podía ser cualquier cosa, y yo no paraba de sentirme culpable por esto. Era muy triste que Kath
Damon Le serví un vaso de agua para que se calmara y se me quedó viendo cuando terminó de tomar. —Te ves muy cansada —comenté. —Estoy un poco sedada —respondió. —¿Te sientes mejor? —¿Del dolor? Sí. —¿Y de lo que acaba de suceder entre nosotros? —No tanto por eso. Estoy un poco molesta. No me gustó lo que me dijiste. —Lo siento mucho. Te lo compensaré. Verás que puedes confiar en mí, Katherine. —¿Estás seguro de eso? —Por supuesto —aseguré con firmeza—. Yo te amo, Katherine. Ella me observó cuando le dije que la amaba, como si se sintiera desconfiada de mí. Me imaginaba lo difícil que tenía que esto para ella, el sentirse desconfiada. Me dolía que no confiara en mí, pero supongo que mi mala elección de palabras nos llevó a todo esto. —Yo también. Katherine y yo hablamos muy poco luego de eso. No tardó mucho en quedarse dormida por completo. El cuarto estaba sumido en un completo silencio, y yo me estaba ahogando en mis pensamientos mientras la tomaba de la mano
Katherine Qué increíble es cómo las palabras de la persona a la que más amas con locura en este mundo son las que más te lastiman. A veces, quien más te lastima y daña no es necesariamente alguien que no te quiera, sino alguien quien te quiere y a quien tú mismo también quieres. —Realmente lo siento, Katherine. No puedo no sentirme culpable de todo esto. Siento que soy el responsable que te pasen estas cosas. Tú no te mereces vivir así. No puedo soportar verte sufrir, hoy casi me da un infarto cuando te desmayaste en el auto y tuve que traerte en mis brazos. Sentí mucho miedo de que algo malo pasara. Y temo que estas cosas sigan repitiéndose. —¿Por qué serías responsable de esto que está pasando? Kyle es el responsable de que esto suceda, no tú —le respondí, inquieta ante sus palabras. Le recordé quién era el verdadero responsable de que todo estuviese mal, pero Damon no parecía querer aceptar eso. Se echaba la culpa a él mismo, pero él no era el culpable. Nosotros dos solo nos
Katherine Me tapé la cara para poder llorar un poco más tranquila. En serio, en este punto de la discusión, ni siquiera quería que Damon me viera llorar. Pero que el me dijera que me lo era todo para él y que daría hasta su vida por mí, me hacía sentir un poco más segura. No confiaba tanto en Damon como antes, tengo que admitirlo, pero al menos dijo que no me iba a dejar. De todas maneras, creo que no podía confiarme tanto de sus palabras, por más que Damon me amara mucho. Creo que justamente su amor era el que podía hacer que me dejara para protegerme, pero eso no tenía ningún tipo de sentido, pues las maldiciones y la persecución de Kyle seguirían allí. Nunca se iban a terminar. Ya no podíamos volver el tiempo atrás, por más de que eso quisiéramos. Y, para ser sincera, yo no quería ser una mujer lobo, no quería tener esta vida, pero el conocer a Damon jamás lo cambiaría por nada del mundo, porque él me hacía sentir viva. Yo no quería ser la mujer que lloraba por un hombre. No qu
Damon Kayla no quiso que la despertara. No estaba seguro de qué quería hacer, pero dijo que quería entrar en su mente. No sé para qué, pero supongo que ella sabía lo que tenía que hacer, y si me lo pedía, por algo era. ¿No? Sin embargo, era incómodo para mí que una desconocida se metiera a la mente de mi prometida. Últimamente tenía más claro que nunca que no podía confiar en nadie por cómo estaba la situación, pero Kayla nos había ayudado una vez, así que tenía que darle el beneficio de la duda. —¿Por qué estás desconfiando de mí? —se dio la vuelta ante de entrar en la cabeza de Katherine. —Lo siento, es que es un poco extraño que quieras entrar en la mente de Katherine. ¿Puedo saber qué es lo que intentas hacer con ello? ¿Qué es lo que eso tiene que ver con romper el hechizo que quizá le han hecho para que físicamente sienta todo ese dolor? —pregunté. Cuando me di cuenta, tenía mis brazos cruzados y una leve sospecha de que algo no estaba bien me invadieron. Miré a Kayla con m