Katherine Me tapé la cara para poder llorar un poco más tranquila. En serio, en este punto de la discusión, ni siquiera quería que Damon me viera llorar. Pero que el me dijera que me lo era todo para él y que daría hasta su vida por mí, me hacía sentir un poco más segura. No confiaba tanto en Damon como antes, tengo que admitirlo, pero al menos dijo que no me iba a dejar. De todas maneras, creo que no podía confiarme tanto de sus palabras, por más que Damon me amara mucho. Creo que justamente su amor era el que podía hacer que me dejara para protegerme, pero eso no tenía ningún tipo de sentido, pues las maldiciones y la persecución de Kyle seguirían allí. Nunca se iban a terminar. Ya no podíamos volver el tiempo atrás, por más de que eso quisiéramos. Y, para ser sincera, yo no quería ser una mujer lobo, no quería tener esta vida, pero el conocer a Damon jamás lo cambiaría por nada del mundo, porque él me hacía sentir viva. Yo no quería ser la mujer que lloraba por un hombre. No qu
Damon Kayla no quiso que la despertara. No estaba seguro de qué quería hacer, pero dijo que quería entrar en su mente. No sé para qué, pero supongo que ella sabía lo que tenía que hacer, y si me lo pedía, por algo era. ¿No? Sin embargo, era incómodo para mí que una desconocida se metiera a la mente de mi prometida. Últimamente tenía más claro que nunca que no podía confiar en nadie por cómo estaba la situación, pero Kayla nos había ayudado una vez, así que tenía que darle el beneficio de la duda. —¿Por qué estás desconfiando de mí? —se dio la vuelta ante de entrar en la cabeza de Katherine. —Lo siento, es que es un poco extraño que quieras entrar en la mente de Katherine. ¿Puedo saber qué es lo que intentas hacer con ello? ¿Qué es lo que eso tiene que ver con romper el hechizo que quizá le han hecho para que físicamente sienta todo ese dolor? —pregunté. Cuando me di cuenta, tenía mis brazos cruzados y una leve sospecha de que algo no estaba bien me invadieron. Miré a Kayla con m
Damon —Damon —me llamó Katherine, un poco tímida. Imagino que para ella podía ser un poco abrumante saber y escuchar todo esto cuando recién acababa de despertarse luego de un brusco forcejeo que tuvimos con Kayla. Si fuera un hombre, juro que ya le habría partido la cara. Es que estaba diciendo cosas que no eran para nada ciertas y que podían perjudicar a Katherine de una manera muy fuerte. ¿Por qué? Porque ya hice que ella desconfiara de mí hace unas horas, y con todo lo que estaba diciendo Kayla, Katherine podía llegar a tenerme miedo. No lo podía permitir. De solo imaginarme a Katherine teniéndome miedo hacía que se me estrujara el corazón en el pecho. No quería perderla a Katherine, mucho menos quería perderla por habladurías de una bruja que solo estafaba a las personas. —Tranquila, Katherine —le aseguré para que se quedara tranquila, pero era una tarea un poco complicada para ella en este momento. —Pero Damon... no entiendo qué está pasando —noté la preocupación en el
Katherine Pasó algo muy loco luego de que Damon tomara bruscamente a la persona que teníamos en frente de nosotros. La mujer arrojó a Damon con su magia y lo lanzó en contra de la pared, donde Damon cayó bruscamente al suelo. Me asusté por Damon, porque no quería que nada malo le pasara, y estaba más que claro que esta persona había mentido en todas sus palabras sobre Damon. Quiso que yo dudara, pero terminó siendo descubierta por una llamada. Y lo peor de todo es que yo empecé a sospechar un poco de Damon. Dios mío, me sentía una completa tonta por haberle creído por un instante a esta persona. Sentí miedo de que algo también me pasara a mí y al bebé. Sentí miedo de que Kayla o quien fuera ella me lanzara hacia alguna parte o que me hiciera algún hechizo o algo por el estilo. No era tanto por mí, sino que era por mi bebé. Durante horas estuve muy preocupada por mi bebé, por si estaba o no bien, y volver a tener esa preocupación era muy frustrante e incómodo. Me aterraba la idea de
Damon Me sentía un poco incómodo con todo lo que estaba pasando. No me esperaba nada de lo que pasó. Me tomó muy por sorpresa. Esperaba que la verdadera Kayla tuviera las respuestas necesarias para mis preguntas. Es más, a ella también tenía que preocuparle mucho el hecho de que alguien o algo se hizo pasar por ella. Aquí los tres estábamos saliendo perjudicados, no solo Katherine y yo. Miré mis mensajes con Kayla. Quería ver qué fue lo que mi mente vio cuando miré mi celular hace rato, antes de bajar a buscarla. Pero lo único que tenía de Kayla, era la llamada que me hizo cuando la falsa Kayla estaba frente a Katherine y yo. No había ningún otro mensaje en mi teléfono de ella. Esto quería decir que se metieron a mi mente de alguna u otra manera y me hicieron ver algo que no era. Distorsionaron mi realidad. No podía confiar en nada. Iba a tener que estar plenamente atento de ahora en adelante. Esto tenía que ser obra de algún otro brujo, porque no entendería por qué un fantasma se
Damon Clayton, mi beta, otro de los más fuertes y con quien mejor me llevaba, entró a la habitación con Kayla, pero él sabía que no podía quedarse con nosotros por mucho tiempo. Pero decidí romper las reglas del hospital por un momento, sin importarme si había o no consecuencias después. Tenía que hablar con él para advertirle de lo que estaba sucediendo, y para que no confiaran en nadie. Lo que pasó en la habitación me había abierto los ojos. Ninguno de nosotros estaba a salvo en ninguna parte. Teníamos que tener ojos en la espalda todo el tiempo si no queríamos salir lastimados. Kayla me regaló una pequeña sonrisa. Parecía estar de mejor humor que la otra vez, y esta sí se sentía como la Kayla que conocí la otra vez. Nada que ver a comparación de la otra persona a la que vi hace rato. Me preguntaba cómo es que Kayla se iba a tomar que hayan usado su imagen para hacernos daño a nosotros. Kayla y Clayton miraron a un costado, cuando notaron algunas cosas de enfermería tiradas en
Katherine Desde el momento en el que Kayla llegó a la habitación y entró, notó que algo no andaba bien y comenzó a revisar el lugar. Parecía muy concentrada en ello, como si pudiera sentir que algo no andaba bien aquí. Era preocupante cómo fruncía su semblante y cómo sacudía su cuerpo, como si intentara liberarse de las malas energías. En un momento me miró, se me quedó viendo fijo, y eso me dejó algo incómoda, así que quise preguntarle por qué me miraba así, pero Damon me detuvo y me dijo que no dijera nada. Kayla empezó a hablar de lo que era esa cosa que vimos. No era un fantasma, no era Kayla. Era un demonio. Resulta que ahora también me tenía que hacer a la idea de que los demonios existían. Para ser sincera, siempre mantuve la idea del infierno y el cielo, pero porque me criaron así, con esas creencias, pero creo que nunca le tomé una verdadera importancia en mi vida. Era un poco fuerte saber con certeza que los demonios sí existían y que hace un rato yo vi uno. Casi caí
Katherine —¿Tu manada podrá ocuparse de distraer a las personas? —preguntó Kayla mientras terminaba de colocar las velas que trajo en su bolso en distintas partes de la habitación. —Sí, Clayton se encargará de todo. Podrás trabajar tranquila. No te preocupes, Kayla. Prendió un sahumerio y empezó a caminar por el cuarto, haciendo cosas raras con sus manos. —Estoy armonizando la habitación. Ese demonio dejó muy bajas energías —me miró a mí, como si hubiera leído mis pensamientos. —¿Te llevará mucho? —Damon miraba cada una de las acciones de Kayla, asegurándose de que todo estuviera en orden. Damon no iba a bajar la guardia en ningún momento después de lo que sucedió hace un rato atrás por miedo a que algo malo me pasara. —Al menos una hora. Tengo que entrar en la mente de Katherine y hacer que ella se duerma mediante una hipnosis, para saber dónde está parte de la energía de Katherine en este momento. A juzgar por cómo la siento a ella, algo le está consumiendo su energía, así