Damon Clayton, mi beta, otro de los más fuertes y con quien mejor me llevaba, entró a la habitación con Kayla, pero él sabía que no podía quedarse con nosotros por mucho tiempo. Pero decidí romper las reglas del hospital por un momento, sin importarme si había o no consecuencias después. Tenía que hablar con él para advertirle de lo que estaba sucediendo, y para que no confiaran en nadie. Lo que pasó en la habitación me había abierto los ojos. Ninguno de nosotros estaba a salvo en ninguna parte. Teníamos que tener ojos en la espalda todo el tiempo si no queríamos salir lastimados. Kayla me regaló una pequeña sonrisa. Parecía estar de mejor humor que la otra vez, y esta sí se sentía como la Kayla que conocí la otra vez. Nada que ver a comparación de la otra persona a la que vi hace rato. Me preguntaba cómo es que Kayla se iba a tomar que hayan usado su imagen para hacernos daño a nosotros. Kayla y Clayton miraron a un costado, cuando notaron algunas cosas de enfermería tiradas en
Katherine Desde el momento en el que Kayla llegó a la habitación y entró, notó que algo no andaba bien y comenzó a revisar el lugar. Parecía muy concentrada en ello, como si pudiera sentir que algo no andaba bien aquí. Era preocupante cómo fruncía su semblante y cómo sacudía su cuerpo, como si intentara liberarse de las malas energías. En un momento me miró, se me quedó viendo fijo, y eso me dejó algo incómoda, así que quise preguntarle por qué me miraba así, pero Damon me detuvo y me dijo que no dijera nada. Kayla empezó a hablar de lo que era esa cosa que vimos. No era un fantasma, no era Kayla. Era un demonio. Resulta que ahora también me tenía que hacer a la idea de que los demonios existían. Para ser sincera, siempre mantuve la idea del infierno y el cielo, pero porque me criaron así, con esas creencias, pero creo que nunca le tomé una verdadera importancia en mi vida. Era un poco fuerte saber con certeza que los demonios sí existían y que hace un rato yo vi uno. Casi caí
Katherine —¿Tu manada podrá ocuparse de distraer a las personas? —preguntó Kayla mientras terminaba de colocar las velas que trajo en su bolso en distintas partes de la habitación. —Sí, Clayton se encargará de todo. Podrás trabajar tranquila. No te preocupes, Kayla. Prendió un sahumerio y empezó a caminar por el cuarto, haciendo cosas raras con sus manos. —Estoy armonizando la habitación. Ese demonio dejó muy bajas energías —me miró a mí, como si hubiera leído mis pensamientos. —¿Te llevará mucho? —Damon miraba cada una de las acciones de Kayla, asegurándose de que todo estuviera en orden. Damon no iba a bajar la guardia en ningún momento después de lo que sucedió hace un rato atrás por miedo a que algo malo me pasara. —Al menos una hora. Tengo que entrar en la mente de Katherine y hacer que ella se duerma mediante una hipnosis, para saber dónde está parte de la energía de Katherine en este momento. A juzgar por cómo la siento a ella, algo le está consumiendo su energía, así
Damon —¿Con el demonio? ¿Qué? ¿Un lugar oscuro? —preguntó Katherine, asustada. La verdad es que yo también me asusté un poco, porque no quería que Katherine sufriera en lo más mínimo cuando estuviera en esa especie de trance que Kayla iba a hacer. Mucho menos con ese demonio. Es decir, no podía ni siquiera imaginarme que Katherine tuviera que enfrentarse sola a un demonio en ese lugar en el que despertaría. —Nada te pasará mientras estés allí. Bueno, eso era lo que yo iba a preguntarle a Kayla. Necesitaba que me dijera eso, que nada malo iba a pasarle a ella mientras estuviera en trance. Pero la idea de que ella enfrentara sola todo eso era bastante incómodo. Pensé en pedirle a Kayla que me dejara entrar en trance con Katherine, pero sabía que no era la mejor idea, ya que Kayla tenía que centrarse por completo en Katherine y yo solo sería un estorbo y una consumición de energía para Kayla si llegaba a meterme dentro del trance. Me gustara o no, Katherine tenía que hacerlo sol
Katherine No sé en dónde rayos me encontraba. Solo sentía mucha soledad y no podía ver nada de lo que me rodeaba. Estaba en una completa oscuridad que me ponía los pelos de punta. Me preguntaba en qué momento saldría algo de entre la oscuridad a atacarme. Estaba muy asustada y lo único que yo quería hacer era correr hacia algún lugar en donde hubiera luz. Pero ¿a dónde podía correr? No veía nada. Hacía mucho frío en ese lugar. Era como si yo estuviera metida dentro de una heladera o un refrigerados. Mi cuerpo temblaba, pero no sabía si se debía al frío o al miedo que me invadía. Lo único que quería hacer era descansar en un lugar seguro, pues no sé si era por el estrés, pero me sentía muy cansada, como si algo drenara mi energía. Fue en ese momento en el que recordé lo que Kayla me había dicho al respecto. Mi energía estaba siendo consumida e iba a empezar a sentirme mal porque un demonio me estaba robando eso: mi energía. ¿Qué se suponía que tenía que hacer ahora? ¿Hacia dónde
Katherine El frío se intensificó, el miedo también, y el dolor igual. Era como si esa fuerza intentara aplastarme de alguna manera. Kayla no me advirtió que esto me iba a pasar. Tal vez ella no sabía que justamente esto me iba a pasar, pero ella sí sabía que yo iba a sufrir. ¿Mi cuerpo físico también lo estaba sintiendo? ¿Mi cuerpo físico también estaba sufriendo este mismo dolor? —No puedo hacerlo, Kayla. Tienes que sacarla de allí. Haz que Katherine se despierte porque está sufriendo. No puedo permitirlo, no puedo dejar que ella esté así —Escuché que dijo Damon. Sentí un poco de alivio cuando pidió que Kayla terminara con esto de una vez por todas. —Damon, no podemos echarnos atrás ahora, tenemos que continuar. Es por el bien de Katherine, ¿recuerdas? Sé que esto es duro para ti, pero en serio necesitas entender que esto es necesario. Sé que no te gusta que ella sufra, pero sí o sí tenemos que hacer esto para que ese demonio deje de acecharla. ¿O acaso quieres que te cuente las
Katherine El dolor se agudizaba. Estaba recorriendo todo mi maldito cuerpo y yo no podía hacer nada para que se detuviera. Solo podía gritar y removerme en mi lugar con desesperación, pero no podía hacer nada más que eso y era desesperante. Lo único que había en mí ahora mismo era odio constante por no ser capaz de liberarme de ese demonio. Escuchaba que Kayla estaba diciendo algunas palabras extrañas otra vez. Grité su nombre para que me ayudara, pero ella no me prestaba atención. Sé que ella me podía escuchar, pero Kayla estaba centrada en hacer ese maldito hechizo. Repito, sé que esto era una forma para eliminar al demonio poco a poco, para que yo pudiera recuperar mi energía, pero, por Dios, me tenían que haber dicho la verdad, así yo estaba preparada mentalmente para todo esto. Si ahora sentía dolor, este dolor tan horrible, ¿qué me esperaba en mi cuerpo físico cuando me despertaran del trance? Porque yo escuché lo que Kayla le dijo a Damon sobre que sentiría dolor. Según ella,
Damon Kayla no me dejaba decir una sola palabra y eso era terriblemente duro porque escuchaba cómo mi novia gritaba del dolor y yo no podía hacer nada más al respecto. Tenía que sostener su cuerpo como podía y taparle la boca a la misma vez para que no hablara fuerte y nadie escuchara lo que estaba pasando aquí dentro. En un momento, con Kayla nos asustamos porque vimos que la pueta del cuarto se abrió un poco, pero era Clayton, quien se acercó a nosotros a preguntarnos qué estaba pasando aquí dentro. Dijo que afuera no se escuchaba nada, al menos no los humanos, pero que él se estaba sintiendo tenso porque sí podía percibir las quejas dolorosas de Katherine. Odiaba esto. Lo juro. No podía soportar estar así por mucho tiempo, no cuando escuchaba que Katherine lloraba de esa manera tan desesperada. Ella aseguraba que le dolía, pero realmente, con Kayla no sabíamos bien qué era lo que le estaban haciendo. Me asusté cuando noté que a Katherine le sangraba la nariz, pero Kayla me dijo