Katherine —¿Tu manada podrá ocuparse de distraer a las personas? —preguntó Kayla mientras terminaba de colocar las velas que trajo en su bolso en distintas partes de la habitación. —Sí, Clayton se encargará de todo. Podrás trabajar tranquila. No te preocupes, Kayla. Prendió un sahumerio y empezó a caminar por el cuarto, haciendo cosas raras con sus manos. —Estoy armonizando la habitación. Ese demonio dejó muy bajas energías —me miró a mí, como si hubiera leído mis pensamientos. —¿Te llevará mucho? —Damon miraba cada una de las acciones de Kayla, asegurándose de que todo estuviera en orden. Damon no iba a bajar la guardia en ningún momento después de lo que sucedió hace un rato atrás por miedo a que algo malo me pasara. —Al menos una hora. Tengo que entrar en la mente de Katherine y hacer que ella se duerma mediante una hipnosis, para saber dónde está parte de la energía de Katherine en este momento. A juzgar por cómo la siento a ella, algo le está consumiendo su energía, así
Damon —¿Con el demonio? ¿Qué? ¿Un lugar oscuro? —preguntó Katherine, asustada. La verdad es que yo también me asusté un poco, porque no quería que Katherine sufriera en lo más mínimo cuando estuviera en esa especie de trance que Kayla iba a hacer. Mucho menos con ese demonio. Es decir, no podía ni siquiera imaginarme que Katherine tuviera que enfrentarse sola a un demonio en ese lugar en el que despertaría. —Nada te pasará mientras estés allí. Bueno, eso era lo que yo iba a preguntarle a Kayla. Necesitaba que me dijera eso, que nada malo iba a pasarle a ella mientras estuviera en trance. Pero la idea de que ella enfrentara sola todo eso era bastante incómodo. Pensé en pedirle a Kayla que me dejara entrar en trance con Katherine, pero sabía que no era la mejor idea, ya que Kayla tenía que centrarse por completo en Katherine y yo solo sería un estorbo y una consumición de energía para Kayla si llegaba a meterme dentro del trance. Me gustara o no, Katherine tenía que hacerlo sol
Katherine No sé en dónde rayos me encontraba. Solo sentía mucha soledad y no podía ver nada de lo que me rodeaba. Estaba en una completa oscuridad que me ponía los pelos de punta. Me preguntaba en qué momento saldría algo de entre la oscuridad a atacarme. Estaba muy asustada y lo único que yo quería hacer era correr hacia algún lugar en donde hubiera luz. Pero ¿a dónde podía correr? No veía nada. Hacía mucho frío en ese lugar. Era como si yo estuviera metida dentro de una heladera o un refrigerados. Mi cuerpo temblaba, pero no sabía si se debía al frío o al miedo que me invadía. Lo único que quería hacer era descansar en un lugar seguro, pues no sé si era por el estrés, pero me sentía muy cansada, como si algo drenara mi energía. Fue en ese momento en el que recordé lo que Kayla me había dicho al respecto. Mi energía estaba siendo consumida e iba a empezar a sentirme mal porque un demonio me estaba robando eso: mi energía. ¿Qué se suponía que tenía que hacer ahora? ¿Hacia dónde
Katherine El frío se intensificó, el miedo también, y el dolor igual. Era como si esa fuerza intentara aplastarme de alguna manera. Kayla no me advirtió que esto me iba a pasar. Tal vez ella no sabía que justamente esto me iba a pasar, pero ella sí sabía que yo iba a sufrir. ¿Mi cuerpo físico también lo estaba sintiendo? ¿Mi cuerpo físico también estaba sufriendo este mismo dolor? —No puedo hacerlo, Kayla. Tienes que sacarla de allí. Haz que Katherine se despierte porque está sufriendo. No puedo permitirlo, no puedo dejar que ella esté así —Escuché que dijo Damon. Sentí un poco de alivio cuando pidió que Kayla terminara con esto de una vez por todas. —Damon, no podemos echarnos atrás ahora, tenemos que continuar. Es por el bien de Katherine, ¿recuerdas? Sé que esto es duro para ti, pero en serio necesitas entender que esto es necesario. Sé que no te gusta que ella sufra, pero sí o sí tenemos que hacer esto para que ese demonio deje de acecharla. ¿O acaso quieres que te cuente las
Katherine El dolor se agudizaba. Estaba recorriendo todo mi maldito cuerpo y yo no podía hacer nada para que se detuviera. Solo podía gritar y removerme en mi lugar con desesperación, pero no podía hacer nada más que eso y era desesperante. Lo único que había en mí ahora mismo era odio constante por no ser capaz de liberarme de ese demonio. Escuchaba que Kayla estaba diciendo algunas palabras extrañas otra vez. Grité su nombre para que me ayudara, pero ella no me prestaba atención. Sé que ella me podía escuchar, pero Kayla estaba centrada en hacer ese maldito hechizo. Repito, sé que esto era una forma para eliminar al demonio poco a poco, para que yo pudiera recuperar mi energía, pero, por Dios, me tenían que haber dicho la verdad, así yo estaba preparada mentalmente para todo esto. Si ahora sentía dolor, este dolor tan horrible, ¿qué me esperaba en mi cuerpo físico cuando me despertaran del trance? Porque yo escuché lo que Kayla le dijo a Damon sobre que sentiría dolor. Según ella,
Damon Kayla no me dejaba decir una sola palabra y eso era terriblemente duro porque escuchaba cómo mi novia gritaba del dolor y yo no podía hacer nada más al respecto. Tenía que sostener su cuerpo como podía y taparle la boca a la misma vez para que no hablara fuerte y nadie escuchara lo que estaba pasando aquí dentro. En un momento, con Kayla nos asustamos porque vimos que la pueta del cuarto se abrió un poco, pero era Clayton, quien se acercó a nosotros a preguntarnos qué estaba pasando aquí dentro. Dijo que afuera no se escuchaba nada, al menos no los humanos, pero que él se estaba sintiendo tenso porque sí podía percibir las quejas dolorosas de Katherine. Odiaba esto. Lo juro. No podía soportar estar así por mucho tiempo, no cuando escuchaba que Katherine lloraba de esa manera tan desesperada. Ella aseguraba que le dolía, pero realmente, con Kayla no sabíamos bien qué era lo que le estaban haciendo. Me asusté cuando noté que a Katherine le sangraba la nariz, pero Kayla me dijo
Katherine Una fuerza me absorbió. El sentimiento fue muy extraño, pues un cosquilleo fuerte me invadió por completo. El dolor desapareció por un momento y una luz radiante hizo que achinara mis ojos. Dejé de ver toda esa oscuridad y la luz tenue, dejé de ver al demonio, dejé de ver mi sangre manchándome, dejé de ver mis heridas y me perdí en esa luz. Tengo que admitir que, el primer pensamiento que se me vino a la mente fue que de tan pocas fuerzas que me quedaban, yo había muerto. Sentí angustia, miedo, ganas de ver a mi familia, incluso a Damon, a pesar de que estaba furiosa con él. Pero me levanté de un tirón de la cama. Bueno, me senté en la cama, pues sabía que no me podía levantar de la cama con lo débil que me encontraba. Después de todo eso horrible que tuve que vivir, las imágenes llegaron a mi mente como si estuviera viviendo el momento otra vez. Sentí una angustia mucho más grande de la que ya tenía, y me toqué el cuerpo, buscando algún rastro de heridas en mi piel. Sent
Damon Katherine me había destrozado con cada una de sus palabras. No me podía creer que ella ya no quería casarse conmigo. La Katherine que conocí una vez, no era la persona que tenía frente a mí ahora. Eran personas completamente distintas y eso era doloroso y una pena. Amaba con todas mis fuerzas a la mujer que tenía en frente de mí y no quería que me dejara, no quería terminar mi relación amorosa con ella. No me podía imaginar una vida sin ella, porque desde el día en que supe que era mi Luna, planeé que tuviéramos una vida juntos, con nuestro bebé. Pero ahora ella ya no quería ser parte de eso y no había nada que me destrozara más. Mi primer instinto era enojarme con Katherine, pero mi parte racional me decía que me calmara, pues Katherine estaba traumada y por eso es que actuaba así. Katherine no quería decir todas las cosas que decía, pero el enojo y la rabia la controlaban. En sus ojos se podía ver el terror que tenía. No estoy muy seguro de qué fue lo que le pasó a Katherin