Como pude regrese al local, mi cerebro iba en modo automatico mientras mis pies daban tumbos por las calles conocidas a la perfección, la cabeza la tenia hecha un lío, no estaba pensando con claridad, que era lo que había pasado en el bosque, aun no me lo podía creer, me desplome en uno de los sillones del almacén, me sentía muy agitada, apoye los codos en la mesita y me sujete la cabeza con ambas manos en un intento desesperado por calmarme, hice un par de respiraciones y cuando por fin parecía haberme controlado, el corazón me saltaba desbocado. —se hará daño si sigue así señorita— la voz de tamy me llego desde la puerta —debe parar todo esto o ellos acabaran con usted— Levante la cabeza de pronto asustada, que era lo que sabia ella, su expresión estaba serena aunque sus ojos cafés demostraban un atisbo de preocupación. Se acercó y deposito una taza humeante delante de mi, olía maravilloso. —es lavanda, la calmara, vamos tomelo— tomo asiento frente a mi y con una sonrisa me alent
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