Olga tenía los nervios de punta, porque, su exnovio, seguía jugando con ellos hablando de ella frente a Maximiliano, pues, aunque en ningún momento ese hombre mencionó su nombre, la forma en que la miraba mientras hablaba de una estafadora, y la manera en cómo se detenía hasta el último momento cuando casi la nombraba, eran demasiado para el estómago y corazón de la azabache de ojos cafés claros.Maximiliano, por su parte, pensó en que era un fastidio hablar con ese hombre, y se lamentaba un poco de haber aceptado tratar con él; sin embargo, no era como que lo fuera a tener encima todos los días, sus reuniones con socios eran esporádicas y, a veces, las podía sustituir con correos electrónicos.Sin embargo, Renato tenía una idea diferente de lo que quería hacer, porque él necesitaba mantenerse demasiado cerca de esa chica si lo que quería hacer era presionarla y vengarse de esa mujer malvada que tanto daño le había hecho porque, sí, a Renato no solo le dolía el dinero, también le habí
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