Selena entró con una mueca al nuevo lugar en donde iba a vivir y trabajar en partes iguales. -Espero que le guste, está un poco sucio por el tiempo que no se ha usado, pero de seguro podrá ponerlo en marcha dentro de muy poco- la persona que la había recogido a mitad del camino, un hombre de mediana edad le dijo con una sonrisa, aunque a la joven no le hacía mucha gracia aquello. -Sí, jeje- dijo con ironía. Después de llegar al pueblo guiada por aquel hombre la habían llevado a una caseta de doble planta en la otra esquina. No era un pueblo enorme, pero si albergaba bastantes personas y viviendas. Tenía una tienda, un bar, una discoteca algo rústica, un pequeño centro médico y otras instalaciones. Vaya, al menos no era el fin del mundo después de todo. El lugar donde había llegado era el antiguo centro veterinario que por palabras de aquel hombre el anterior doctor había terminado… huyendo con solo un maletín con miedo a ser comida de las fieras de los alrededores. Por lo que había
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