Selena entró con una mueca al nuevo lugar en donde iba a vivir y trabajar en partes iguales.
-Espero que le guste, está un poco sucio por el tiempo que no se ha usado, pero de seguro podrá ponerlo en marcha dentro de muy poco- la persona que la había recogido a mitad del camino, un hombre de mediana edad le dijo con una sonrisa, aunque a la joven no le hacía mucha gracia aquello.
-Sí, jeje- dijo con ironía.
Después de llegar al pueblo guiada por aquel hombre la habían llevado a una caseta de doble planta en la otra esquina. No era un pueblo enorme, pero si albergaba bastantes personas y viviendas. Tenía una tienda, un bar, una discoteca algo rústica, un pequeño centro médico y otras instalaciones. Vaya, al menos no era el fin del mundo después de todo.
El lugar donde había llegado era el antiguo centro veterinario que por palabras de aquel hombre el anterior doctor había terminado… huyendo con solo un maletín con miedo a ser comida de las fieras de los alrededores. Por lo que habían solicitado otro veterinario que nunca llegó hasta ella. Abajo era el centro de atención y arriba donde estaba la casa donde viviría y que ella tendría que acondicionar mínimamente.
En eso escuchó un aullido a lo lejos que le hizo mirar por encima del hombro.
-¿Eso es un lobo?- ella preguntó tanto impresionada como dubitativa.
-Oh sí, estamos cerca de una manada de lobos. Una advertencia, no debe salir en las noches y menos fuera de los terrenos del pueblo. Perderá su vida fácilmente si se encuentra con los lobos. Los cazadores de la zona se robaron parte de sus terrenos muchos años antes, pero en estos momentos… están en tregua hasta nuevo aviso. Pero es mejor precaver que lamentar.
Selena asintió con la cabeza que segundos después palpitó con fuerza. Aquellas palabras le llamaron la atención, pero no supo por qué.
-Se encuentra bien- el hombre le preguntó abriendo la puerta cerrada con llave.
Selena hizo una seña de que si intentando que el dolor que pronto desapareció no tuviese interés alguno.
-Oh, no le he preguntado. Cuál es su nombre-
-Selena- le respondió la mujer.
-Vaya, es el nombre de la diosa Luna ¿A sus padres le gustaban los temas relacionados con los lobos? porque de ahí se deriva ese nombre- abrió la puerta y la dejó pasar.
-La verdad no sé- Selena alzó los hombros para quitarle importancia al asunto- Tuve un accidente cuando tenía diez años y no tengo recuerdos de antes que eso. Desperté en un orfanato sin nadie conocido al lado muchos meses después- alzó parte del flequillo que estaba en su frente dejando ver la marca de lo que fue una fea cicatriz- Tenía una herida muy grande en mi cabeza. Los doctores dijeron que era un milagro que solo hubiera sido mi memoria la que se hubiera visto afectada.
Dijo la joven entrando a la instalación y apretando los labios. A pesar del tiempo que había estado cerrada estaba bien condicionada. Y del otro lado se veía una despensa llena de medicamentos que tendría que revisar fecha de caducidad. Si limpiaba bien podría poner aquel lugar a funcionar en pocos días.
Aparte de eso le preocupaba más donde iba a vivir. No se demoró mucho en saberlo cuando subieron una escalera en la zona de atrás a la segunda planta. Aquel piso estaba formado por una sala, una cocina, un pequeño estudio y habitación, pero al menos más grande que el que ella había podido alquilar en la ciudad mientras estudiaba.
No estaba tan mal, aunque de igual forma tendría que limpiar y mucho. El inquilino anterior había dejado los muebles y la mayoría de las cosas. Usar sus pertenencias después de ser abandonadas era válido ¿verdad?
-Bueno, si desea algo puede preguntar a cualquiera del pueblo. Muchos tienen mascotas y además el ganado, y necesitan atención así que es bienvenida. Puede recorrer todo lo que desee y peguntar siempre y cuando lo haga antes de que caiga el sol.
Selena asintió y esperó a que el hombre se fuera antes de soltar un suspiro. Horas de viaje y ni siqueira podría tomar una siesta, debía ponerse a limpiar para al menos esa noche poder dormir en una cama limpia. Dejó sus pertenencias a un lado y buscó las cosas pertinentes. Era cierto que el individuo anterior había huid dejando todo en la casa. Buena suerte para ella.
Selena estuvo arreglando la casa la mayor parte de la tarde, solo parando cuando una vecina le trajo de comer junto a una cesta de dulces y frutas. Pero se había emocionado tanto con la limpieza que después de adelantar lo mínimo para su estancia esa noche, tenía curiosidad por ver lo que había en la clínica abajo.
El cielo para esa hora ya se había vuelto completamente negro y el reloj marcaban las 10 de la noche. Podría revisar que había dos horas antes de ir a dormir para mañana seguir. Mientras antes terminara de condicionar más rápido podría ponerse a trabajar y ganar algo de dinero. Lo necesitaba.
Bajó las escaleras y encendió las luces. Encontró que estás no servían y la única iluminación que había era la del foco fuera de la caza.
-Ya sabía que no todo podría ser realmente bueno esta noche- hizo una mueca- Tendré que dejar esto para mañana- se lamentó. Dado que había escogido la veterinaria como algo que realmente le gustaba, había deseado ver con que disponía y si tenía que mandar a pedir algo. Sin embargo, sus planes fueron tronchados. Se giró para subir de vuelta cuando escuchó un sonido bastante fuerte fuera de la clínica que la hizo estremecerse.
-¿Hola?- preguntó con la voz un poco temblorosa.
En medio de la noche, sola y sin conocer nada a su alrededor, cualquier mujer tendría miedo. Sin embargo… Selena siempre había ido en contra de la corriente. Si alguien escuchaba un sonido en su situación lo más entendible era correr y refugiarse. No, ella no era así. Qué hacía… salir a ver que era. Más bien era como si su cuerpo solo fuera en esa dirección.
Abrió la puerta, pero no encontró nada. Por alguna razón hubo una sensación de desilusión dentro de su pecho que se sobó con la mano. Mejor así. No era bueno ponerse en peligro.
Fue entonces a cerrar nuevamente la puerta cuando sintió un nuevo sonido. Esta vez fue al costado, pero más que un golpe había sido un quejido. Un quejido animal. El instinto de ayudar se removió dentro de ella y obviando el miedo dentro de ella salió a ver que era. Si había un animal herido tenía que ayudarlo.
Un olor familiar llegó a ella y rápidamente lo identificó como sangre. Dobló por el costado donde la sombra inundaba todo. Se estremeció quedándose quita. Aun así, no se fue. Sentía que había algo ahí y que la empujaba a adentrarse cada vez más a esa oscuridad.
Dio paso tras paso como si su cuerpo estuviese hipnotizado hasta que su pie chocó con algo y cayó hacia adelante. En el suelo, su mano cayó sobre algo caliente y líquido, y bastantes veces había tocado sangre para saber cómo se sentía.
Solo no se esperó que al alzar la cabeza encontrara el cuerpo de una bestia enorme de pelaje marrón con una herida en su lomo, desmayada al lado de su ahora casa.
Acaso eso era un lobo.
Al menos sabía algo. No podía dejarlo morir allí.
-Esto solo le pasaba a ella. Que la mandaran directo el fin del mundo y que, además, el primer día tuviera que limpiar toda su casa y como si todo no fuera poco tener que cuidar a un lobo de más de 100 kg que había aparecido delante de ella como por arte de magia. Aunque si lo pensaba bien, su realidad nunca había sido igual a la de los demás.Había hechos en su vida que la habían dejado desconcertada hasta el día de hoy, desde sus sueños, que ella misma lo comprendía y se repetían una y cada noche hasta lo que se estaba desarrollando delante de ella. Pero bueno, no era momento de ponerse modo trágica, no cuando debía cuidar al animal casi moribundo a sus pies y que apenas podías arrastrar el interior de la sala de la consulta. Mínimo debía tratar sus heridas a pesar de que no tenía todas las condiciones óptimas. Rezaba para que no muriera en el acto hasta que pudiera atenderlo como fuera debido. Era veterinaria, no maga después de todo.Cuando por fin pudo arrastrar el cuerpo del ani
Si había algo que Lord detestaba era las traiciones y bien locos debían haber estado los humanos para haberlo traicionado de aquella forma. Después de terminar de patrullar los límites los terrenos de su manada y de reunirse con el jefe del pueblo, no había salido de este todavía cuando recibió el balazo en el lomo. No había podido ver quien lo había hecho, aunque si se le acercaba de nuevo podría identificarlo con su olor. Al menos sabía que no era alguno de los pobladores pues conocía el olor de cada uno, habían estado viviendo años demasiado cercas para no saberlo, y, además, estos no tenían los huevos para dispararle.Después de su etapa de locura ante la pérdida de los más importante para él y tiempo después, la última guerra que habían tenido 7 años atrás, al menos habían llegado a un acuerdo para no destruirse. Lord había estado renuente, pero por la seguridad de su especie había permitido que los humanos crearan el pueblo mientras dejaran de meterse en sus terrenos y mataran a
Era como sus pesadillas, esas que se proyectaban todas sus noches y que la atormentaban y por las que tenía que consumir medicamentos para dormir y descansar algo. Corría desbocadamente sin mirar atrás porque, aunque lo que había encontrado en la clínica era a un hombre, en su cabeza la imagen de un lobo de ojos dorados que buscaba desgarrar su cuello era lo que pasaba por su mente. Lo único positivo era que por más que soñara lo mismo nunca era alcanzada, por lo que sentía algo de confianza, pero esta vez se sentía tan real que no sabía si estaba soñando o era la cruda realidad. La lluvia golpeaba cada parte de su cuerpo y la frialdad se filtraba por cada poro de su piel eso solo la hizo rezar por su propia vida, porque esto parecía de verdad, no una simple pesadilla. Lo que no podía escuchar nada. Solo podía agradecer ver delante de ella debido a la luz proyectada por los rayos que aparecían constantemente, sin embargo, el mismo ruido provocado por ellos le hacía inútil saber dónde
Quizás las palabras que Selena escuchó fueron el detonante de algo porque, aunque, no dejó de llorar sí abrió un poco sus ojos para ver quién era aquella persona que estaba sobre ella. La lluvia todavía caía fuerte por lo que fue el complicado, pero en medio de la broma pudo definir algo del resto del hombre lo justo con los recordaba de la clínica y pudo llegar a una conclusión. No sabía quién era aquel extraño y tampoco le resultó familiar pero un sentimiento de nostalgia se alojó dentro de ella. Sin embargo, en la posición que estaba no tenía la racionalidad suficiente para pensar. El sentimiento de supervivencia con el que había vivido los últimos años prevalecía ahora y dictaba que debía alejarse de él a como diera lugar. -Déjame ir, por favor- suplicó aún haciendo algo de fuerza con sus manos en un intento de soltarse, pero era inútil. La mano grande del lobo impedía que las suyas se movieran del lugar. Las tenía atrapada con facilidad y la cadera masculina presionada sobre la
Lord suspiró al notar que no lograría más de la mujer inconsciente ahora entre sus piernas. Se incorporó sobre sus rodillas y echó la cabeza hacia atrás. Apretó los dientes, tan fuerte que sus colmillos que estaban para ese momento completamente desenfundados hirieron su labio inferior. Su pecho subía y bajaba por la excitación que recorría su cuerpo, así como la sangre que palpitaba duro en sus venas. La lluvia se desplazaba por todo su ser, pero la frialdad de esta no podía apagar el fuego que lo estaba recorriendo, y que tenía a su miembro erecto entre tus muslos debido a la estimulación a la que había sido sometido. Dolía reclamando unirse con su pareja, pero no podía hacerlo con alguien inconsciente y más con lo molesto que se encontraba después de 10 años de búsqueda y que por fin la había podido encontrar.Apretó sus manos tanto con sus nudillos se volvieron blancos, las penas de su cuerpo se marcaron sobre la piel, su sangre latía tan fuerte que sonaba en sus oídos y tenía que
Lord aprovechó que el lobo había salido y caminó en dirección a su cama dejando a su mate sobre su regazo al sentarse. Fue entonces que se dio cuenta que se encontraba agotado por la falta de sangre y por tener que contenerse en muchos sentidos. Además, tenía todo el cuerpo empapado y frío. La joven en sus brazos soltó un sonido con la garganta y se removió, pero no despertó del todo.Lord apreció ahora mejor, con la luz de la habitación el rostro de ella. Sus delicadas fracciones que habían madurado, pero dejando aquel aire inocente que engañaba a cualquiera. Su Luna era capaz de enfrentarlo sin miedo. Su cabello aún se mantenía suave y la textura de este le recordó cuando se quedaba dormido con aquellas hebras sobre su pecho. Sus labios se habían hecho mucho más carnosos y se encontró lamiéndose los suyos. Ya los había probado y el sabor de ella aún quedaba en su paladar y solo quería tomar más de ellos. Ella tembló y se pegó un poco más a él. Tenía frío. Lord dejó salir sus garras
El lobo tenía muchas incógnitas en lo que se relacionaba con su mate y eso lo estaba desesperando. No era alguien que tuviera el don de la paciencia y tener que estar con dudas hacía que se incomodara. Y eso no era bueno para los que estaban alrededor de él. Ya la habitación comenzaba a llenarse de feromonas que hicieron retroceder a Sena en advertencia, aun cuando no era él el centro de su molestia.Al final soltó un suspiro y corrió su cabello hacia atrás que ya comenzaba a secarse.-Cuándo abrió sus ojos al despertarse y verme lo primero que hizo fue salir corriendo huyendo de mí, en vez de sentirse feliz por habernos reencontrado- dijo con los dientes apretados- hemos estado separados durante 10 años, la arrebataron de mi lado, ella de seguro también estaba buscándome.-Quizás asustó haber estado tantos años separados. A lo mejor no le reconoció pues se acababa de despertar y demás- Sena siempre era muy analítico con las situaciones-Eso se puede decir en un primer momento, pero i
-AAAHHHHH- Serena se despertó de golpe sentándote tan más rápido en la cama que se marea en el proceso y cayó de nuevo hacia atrás.Qué demonios. Maldijo abriendo los ojos y llevando su mano la cabeza frotándola. Esta parecía querer rajarse a la mitad del dolor que tenía. Miró hacia arriba y había un techo sobre ella y por el rabillo del ojo pudo definir la habitación donde estaba durmiendo. Era la que ella había limpiado el día anterior Entonces… ¿Qué había pasado?Fue entonces que reaccionó y varios recuerdos pasaron por su mente y la respiración se volvió agitada en su pecho. La lluvia de anoche, el lobo que había encontrado y curado… el hombre que había visto al abrir los ojos… y que le había caído detrás. La había tocado, besado y… ¿qué más? Sus recuerdos estaban tan difusos que no los podía diferenciar. Lo peor es que ella… no podía definir si era verdad o mentira todo aquello.Estaba acotada en la cama, vistiendo uno de sus pullover inmenso. Sus muñecas no tenían marcas ni roje