El alfa jadeaba con el cuerpo sumamente tenso y con una capa de humedad sobre su piel. Su cadera dolía queriendo moverse, pero no podía hacerlo, no cuando su miembro había roto a la mitad el estrecho canal entre los dos labios ahora rojos e inflamados. Y no podía creer lo realmente apretado que estaba su interior, tendría que follar varias veces su agujero hasta que se adaptara a su forma y no fuera tan incómodo para Luna. Al menos al estar húmeda tanto por su saliva como por su lubricación natural le era un poco más fácil.Extendió su mano y le acunó la mejilla a su pareja que tenía los ojos apretados intentando adaptarse a lo que taladraba su cuerpo.-¿Te duele mucho?- su voz salió realmente ronca.Luna tragó en seco y asintió levemente. Tomó algunos respiros suaves y giró su rostro, abriendo sus ojos y mirándolo con los ojos empapados en lágrimas.-Pero quiero que te muevas- le sonrió, si lo haces se pasará el dolor.El pecho del lobo se apretó y se inclinó para buscar sus labios y
Si, se sentía diferente.Luna jadeaba envuelta en los brazos de Lord desde no sabía cuándo. En algún momento había perdido el conocimiento, quizás desde que el nudo comenzó a llenarla en su interior, y este se abrió de una forma extraña, un poco dolorosa, pero a la vez demasiado placentera.Ahora su cuerpo entero latía y podía olerla más fuerte que antes. El olor de su pareja y sentirlo de una forma que antes no podía. Se removió un poco y jadeó.-No te muevas así- un beso cayó sobre su hombro desde atrás.Estaba acostada de lado contra el cuerpo del alfa y su cadera apretaba contra él debido a que el nudo aún no había bajado. Ahora comprendía porque su vientre se sentía endemoniadamente lleno.Otro beso cayó sobre su hombro y fue un trillo hasta su nuca que lamió sacándole otros gemidos, la zona estaba muy sensible, aunque no dolía.-¿Cómo te sientes?- había un deje de felicidad en la voz del Lord, incluso Luna podría sentirlo y hasta olerlo.-Extraña- respondió ella dejándose llevar
Luna se miró delante del espejo. El traje largo y sencillo de color rojo cubría su cuerpo ajustándose a sus curvas destacando su cabello rizado y corto alrededor de su rostro, sin embargo, no era eso en lo que ella estaba centrada. Sus manos pasaron por encima de su vientre y después de unos días y ciertas comprobaciones estaba segura. Esperaba que no fuera mucho susto para su pareja sobre todo en un día tan cargado de adrenalina como aquel. -Luna- una loba entró a la habitación- ya es hora. Esta le hizo una reverencia mientras Luna pasaba por su lado con una leve sonrisa y afuera de la casa había dos lobas que la llevaron por el camino indicado al lugar donde se haría la ceremonia. Era cruzando la manada en una zona abierta llena de arbustos de anturio con sus flores rojas que representan la fertilidad en las parejas, algo sumamente importante para los lobos. Los lobos estaban dispuestos algunos en su forma anima, otros transformados a cada lado de un camino de hojas secas puestas
Lord, alfa de la Manada Luna abrió la boca soltando un leve jadeo. La sangre se escurría por sus colmillos y manchaba la nieve debajo de sus patas. A su lado el cuerpo de su presa se hallaba ya sin vida. Su pecho se infló de satisfacción. Definitivamente era el mejor de su manada. No por gusto era el alfa. No importaba el tamaño del animal que se le enfrentase, no eran rival para él.Se sacudió quitando la nieve espesa de su espeso pelaje marrón. Acto seguido alzó la cabeza y aulló. No pasaron muchos minutos para que tres lobos aparecieron en su rango de visión, al detenerse eran más pequeños que él en tamaño más no es corpulencia. Lord se había encargado de un estricto programa de entrenamiento para todos los miembros de su manada.Sus terrenos eran amplios y el ataque de invasores era inminente, cada integrante debía ser capaz de protegerse con facilidad, incluido los cachorros.-Alfa- Senas, su beta de detuvo haciendo una inclinación con la cabeza.-Llévenselo- ordenó Lord con voz
9 años después.Lord estaba recostado en medio de los cojines de la habitación destinada como su estudio. Revisaba los ultimo informes referentes a la manada. Se acercaba la temporada de caza, y los suministros debían ser controlados para que hubiera repartición equitativa.-¿Está todo en orden, alfa?- parado frente a él se encontraba Senas con otros papeles en sus brazos.El lobo solo alzó la mirada para volverla al papel en su mano y seguir leyendo. Una gota de sudor bajó por la sien del beta. Otra cosa que caracteriza a Lord era que no solía hablar mucho, su mirada decía prácticamente todo, y en este caso era que no osara presionarlo. Quería salir de allí. Sollozó ligeramente, su alfa no parecía de buen humor. Y como no estarlo, si su mate se encontraba lejos de él, jugando con los demás cachorros de la manada. Mal momento para hacerlo.Era un lobo sumamente dominante con ella, pero le deba su espacio, la cachorra humana de ahora 10 años… podía ser bastante terca cuando quería y er
A pesar de que lo que más Lord deseaba en ese momento era un poco de intimidad y tranquilidad con su mate, eso a veces era todo un lujo. Como ahora. La tela de la puerta fue corrida y un lobo joven entró corriendo como si aquel lugar le perteneciese.-Lord- gritó con euforia, pero se detuvo en seco al ver la escena que se encontró delante de él y que pocos tenían la oportunidad de ver.Los ojos del alfa se abrieron lentamente, el brillo dorado en ellos era peligroso y de advertencia. Definitivamente no le había gustado que lo hubieran interrumpido así. El recién llegado retrocedió dos pasos ante la densidad de las feromonas que comenzaron a llenar la habitación.-Hermano… yo.Lord comenzó a gruñir ligeramente mostrando sus colmillos, haciendo que el pequeño cuerpo sobre su pecho se removiera incómodo. Esto llamó la atención del lobo que apretó los labios y pasó la mano por la espalda de la cachorra humana, calmándola. Cuando él se alteraba influía en ella. Así de fuerte era el enlace
Esa noche cuando Lord volvió a la manada, en su casa había un silencio casi doloroso. Normalmente a esa hora su mate estaría de un lado a otro ansiosa esperando por su regreso, queriendo contarlo lo que había hecho durante el día y que él le contara lo que había hecho él. No fue el caso.El alfa echó la cabeza hacia atrás y suspiró. Estaba cansado. Mañana pensaría en eso y como hablar con su mate. Ahora solo necesitaba un baño y dormir unas buenas horas. Habían visto nuevamente avistamiento de cazadores aun después de pensar que se habían ido lejos y la situación había sido tensa. Como alfa debía garantizar la seguridad de su manada.Se dio un baño rápido para salir secándose el cabello. Sabía que Luna estaba en la casa pues su olor llegaba desde la habitación de él. La niña siempre dormía en la cama a su lado aun si ellos discutían. Ella le había confesado que no podía conciliar el sueño si no sentía el olor de él. Se lo imaginaba, esa su mate después de todo.Con un simple pantalón
Luna no había comido en todo el día. Sus ojos, labios y nariz estaban rojos e hinchados después de llorar todo el día. A pesar de que varias lobas la habían querido consolar ella solo se mantenía en una esquina de la casa con las piernas recogidas a la altura del pecho. La forma en que Lord la había tratado tanto el día anterior como esa mañana le había dolido mucho. Tanto que sentía un hueco en su pecho. La había rechazado por completo y le había gritado, eso nunca había sido así. De solo recordarlo le salían lágrimas. Ella sabía que no debía ser rebelde cuando Lord estaba molesto o alzaba la voz por eso solo había decidido salir de la habitación y evitarlo, pero ya habían pasado las horas y no lo había visto. Tampoco la había ido a buscar. -Acaso me odia ahora- se preguntó con un estremecimiento. No entendía en que se había equivocado. Se había herido la mano, pero nada más. Ah, pero quien entendía al lobo. Este tenía días buenos como malos y conociéndolo era seguro que estuviera