Esta noche la joven Camila ha bebido más de lo normal y se siente muy mareada, decidió ir al baño a hacer pipí y a refrescar su rostro porque se siente calurosa y no para de sudar y… y su apetito sexual ha despertado a tal grado que siente necesitar urgente de un hombre. Su hermana mayor, que desde hace un buen rato la está espiando, decidió que era el mejor momento para actuar, se acercó a ella y la vio tambalearse, por lo cual de inmediato le ofreció su ayuda.— ¡Dios mío, hermanita! ¡Estás muy borracha! ¿A dónde vas tú sola? —Preguntó Tamara, la hermana mayor.— Voy al baño, Ja, ja, ja. —Balbuceó la chica, con voz de borracha.— ¡Ay, hermanita, yo te acompañaré porque es muy peligroso que tú andes solita por aquí, y además que te puedes perder entre tanta gente desconocida! —exclamó casi al instante la chica, fingiendo estar preocupada y ofreciéndole su ayuda.— No, tú no me acompañarás, prefiero ir sola que contigo. —respondió la chica que al final ya no podía ni mantenerse de pie
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