Al reconocer la voz de aquel hombre, Camila se puso de pie y arrastras llegó hasta la puerta, por un momento se le cruzó por la mente que ese hombre la ayudaría al verla en su miserable situación, pero cuando notó que él la vio sin un atisbo de emoción, su corazón dolió. Entonces muy decepcionada tomó su bolso de las manos que el hombre le extendió, se dio la media vuelta y se fue a su habitación, allí se encerró y lloró amargamente, por el dolor de los golpes, por su desdicha de formar parte de esta familia tan rara y por ser la prometida de ese hombre sin sentimientos y el cual le acusa de querer sacarle dinero por las fotografías que alguien publicó con la intención de hacerles daño a ambos. — Esa mujer tiene sobre su cuerpo el vestido que yo le envié a Camila. —se dijo en su mente Nataniel. —¿será cierto lo que mi prometida me dijo que no fue ella quien recibió el paquete, sino que su hermana? —¡Joder, pero qué carácter tan bonito el de esa muchacha, parece que fuese hermana mía
El señor Nataniel le pidió que se tranquilice porque solo está allí para hablar sobre su compromiso. — Aunque siempre lo dijo con su carácter de mandador. — Es que… si de verdad se trata de eso, ¿por qué no vamos a otro lugar? —le propuso ella, ya que no quiere que su padre los vea platicando y pregunte cuáles son las intenciones de su visita. — ¿Y aquí por qué no podemos hablar? —¿Qué no es aquí donde tú vives? —él ya ha notado su preocupación, pero como a eso es que él ha venido a este lugar, tiene que hacer lo posible para descubrir cuál es el temor que ella le tiene a su misma familia. — Sí, aquí vivo, pero es que mi padre no tarda en levantarse y me gustaría evitar que le trate como una calaña por su condición física, él es… él es muy desconsiderado. — No te preocupes, seguramente cuando él se levante, ya me habré ido yo. — Bueno, está bien, pero dígame de prisa que es lo que quiere que hablemos. — ¿Acaso quieres que en medio de la calle nos pongamos a hablar? — Ja, ja, ja,
Nataniel levantó del suelo el pantalón bañado de sangre que le quitaron a la muchacha, él lo va a tirar a la basura y enviará a cualquiera de sus escoltas a que le compren hermosas prendas de vestir para cuando le den de alta.Un papel salió volando de la bolsa trasera del pantalón, él lo levantó y al ver el logotipo de su empresa, se sintió extraño y lo abrió para leerlo.— ¡No lo puedo creer! tenía la esperanza de que no fueras tú la que había firmado el acuerdo de confidencialidad aquella noche, cuan equivocado he estado últimamente. —Te la tiras de muy humilde pero en el fondo eres una lagartona demasiado interesada en el dinero, no me extraña tu forma de ser, si al parecer todos en tu familia son así.Creo que hasta me puedo atrever a darle las gracias a Dios, por haberte quitado a nuestro hijo del camino, quizá tus intenciones solo eran usarlo para pedirme dinero a montones por toda una vida, quisiste tener un futuro asegurado, ¡pero se te fue el tiro por la culata!— ¿Cómo ha r
Por un momento la malvada Tamara se quedó con los ojos muy abiertos del asombro, pero luego notó una media sonrisa en los labios de Camila y supo entonces que se trata de una broma.— Jajaja, ese es el mejor chiste que me hayan podido contar durante todo un año. —Ella sonrió tan fuerte que los oídos de los presentes chillaron.— ¡Hija, ten calma! Si no es él, ¿Cómo sabe sobre ese asunto de que te pagaron? —Dijo su madre, pues por su experiencia habla.— Pero mamá, este mendigo no lo sabría si no es por tu adorada hija que se lo ha contado.— Nada de peros, ¿estás consiente de que has cometido un delito, verdad? —Le acusó el señor Nataniel.— Lo siento, es que yo… yo no pensé que usted fuera ese hombre señor. —Por favor perdóneme. —La chica recordó que aquel muchacho que la contrató en el bar, le mencionó que su hermano sufre de una discapacidad física y que estaba a punto de morir.— Quiero que me devuelvas ese dinero ahora mismo, de lo contrario te enviaré a la cárcel por fraude y e
Camila se quedó pensando por un momento, si se queda en esta casa; su padre la va a entregar al traficante de blancas. Mientras que si sigue con el plan de casarse con Nataniel; está segura de que muy pronto logrará su libertad.— Yo prefiero la primera opción; casarme con usted, pero recuerde que usted me prometió que al encontrar al culpable de este desastre, todo se acabaría entre nosotros, aunque ni siquiera lo hemos empezado. Ahora que usted ya sabe de quién se trata, supongo que ya no querrá involucrarse más conmigo, por lo tanto no me queda de otra que someterme a las leyes del dictador de mi padre.— ¡Y si te digo que sí! es decir, quiero que ambos nos ayudemos. —Tu aceptas el matrimonio y luego nos inventamos algo, podemos decirle a la gente que lo nuestro no funcionó y por eso hemos decidido separarnos. A cambio yo te ayudo a que ese hombre te deje tranquila, después de un corto tiempo serás libre de hacer lo que se te dé la gana. —¿Qué dices?— Bueno, supongo que es una bue
Dentro de la casa, el señor le suplicó a aquel dueño del burdel para que le diera chance de llevarle el dinero mañana hasta su lugar de trabajo, él le ha prometido que obligará a su futuro yerno a que se haga cargo de pagar su deuda, pues, ¿de dónde más lo sacará ese dinero?Tuvo mucha suerte de que ese hombre andaba de buenas y le aceptó la excusa de conseguir la plata para el día de mañana, le dijo que le da chance hasta las nueve y treinta minutos de la noche, si se llegan las diez horas en punto y él no llega, entonces lo vendrá a buscar para llevárselo a rastras para que haga el trabajo que a su hija le estaba encomendado hacer, con eso pagará su millonaria deuda y quedará libre tal vez entre unos treinta o cincuenta años, según sea su rendimiento.Nataniel Kaffati llevó a la muchacha a la misma clínica que hace unas horas la atendió y le dieron de alta. Fue él mismo que le explicó a la enfermera que es lo que ella tiene, de inmediato le aplicaron medicamentos vía intravenosa par
El joven Kervin Kaffati ahora se siente orgulloso de haber drogado a su hermano mayor aquella noche, y también le agradece a quien se supone que les tendió una trampa, su hermano la ha llamado su esposa, aunque haya sido porque se equivocó, pero eso demuestra que piensa en ella como tal. Cuando llegó a la clínica y se encontró con su hermano mayor, este le confesó que producto de aquella noche ella quedó embarazada. Pero que ahora, por culpa de su padre lo han perdido.— ¡No lo puedo creer, estuve a poco de ser tío! —Exclamó el joven Kervin, sintiendo emoción, pero a la vez una inmensa tristeza porque al igual que los padres, él no tendrá el privilegio de conocer y compartir con su sobrino.— Mañana la sacaré de esta clínica y la llevaré directo a la mansión, por favor, anúnciale a nuestros padres porque no les quiero llegar de sorpresa, tú ya sabes cómo son ellos de locos.— No te preocupes hermano, en casa será bien recibida hasta con bombos y platillos si es posible.— Jajaja no,
Al día siguiente…— ¡Buenos días bella durmiente! —Nataniel se ha despertado primero y al ver la hora en su reloj de mano, supo que no tardan en pasar revisión y la chica ya debe de estar vestida y bien bañadita.— ¡Ah! ¿y es que ahora amaneció de buenas pulgas el señor arrogante? —Preguntó con su peculiar sonrisa que a cualquiera enamora.— Me ofendes al llamarme de esa forma, yo solo soy un poco rudo con los que me han fallado, pero contigo he sido muy amable aunque me mentiste desde un principio.— Si así como me ha tratado a mi, es su lado amable. No me quiero ni imaginar cómo será cuando está demasiado molesto.— Levántate de prisa y ve a darte una ducha porque en breves minutos vendrán a revisarte para darte el alta, pronto nos iremos a tu nuevo hogar.— Dese la vuelta para yo levantarme.— No tiene nada de malo que te vea. Recuerda que vas a ser mi esposa dentro de poco, además, supongo que ya no hay nada que me debas esconder, ya te he visto denuda y hasta un hijo te pegué. —