Camila de León es una chica muy amada y respetada por todos sus compañeros de trabajo gracias a su alta amabilidad y empatía para con ellos. Es por eso que esta noche han decidido llevarla a una discoteca y festejar su cumpleaños número veinte. A pesar de que a ella no le gusta ese tipo de diversiones, siempre les aceptó la salida para que ellos no se sientan mal por su rechazo.
Ha salido a escondidas de su hermana mayor Tamara, aunque sí con el permiso de sus padres, ¡claro que a ellos poco o nada les importa su vida, por lo tanto, no le prohíben que salga temprano de la casa y regrese a medianoche o hasta el día siguiente! Pero gracias a Dios que ella no pertenece a esa clase de chicas irresponsables y casi nunca sale de la casa en horas que no sean de trabajo.Por el momento vive en casa de sus padres, pero muy pronto piensa independizarse porque ya cumplió su mayoría de edad y además, no soporta estar bajo el mismo techo con la egoísta de su hermana. Hoy ha venido a escondidas de Tamara, porque sabe que ella la odia y hace hasta lo imposible por colarse entre sus costillas porque le encanta hacerle desplantes en este tipo de reuniones solo para que Camila quede mal parada frente a sus amigos, por esa razón es que ni siquiera le mencionó que venía para este lugar.— ¡Mira chica, ahí está tu hermana la bodorra! —le notifica una de las chicas que la acompañan, y es que ellos ya conocen a su hermana y saben que la quiere destruir con sus pendejadas sin sentido común.— No creo que me vea, además de que no se da cuenta de que yo estoy por aquí. —les respondió Camila, pensando que su hermana es igual de bruta que ella. —Pero no es así, ella siempre anda con un paso más al frente que su persona.— Pues yo no diría lo mismo, porque ahora viene con dirección hacia ti. —Camila voltea a ver hacia su costado y en efecto, su hermana le hace un saludo con la mano mientras se va acercando a su mesa.— ¡Ash! Pero qué mujer tan fastidiosa esta. — Resopla muy molesta porque en realidad no la soporta, y es que ambas chicas no se soportan, pero aun así viven juntas. — ¡Hola hermanita! ¿Por qué no me invitaste a venir y disfrutar con tus amigos? — Habla Tamara con aires de grandeza como siempre lo hace.— Pues desde luego no lo hice, es porque no te quiero ver por aquí ¿No crees mi querida hermana?— Uh, eres una amargada de mierd4 y por eso es que ni hombre para que te desvirgue has podido encontrar. —Escupe la malvada Tamara, sin embargo, Camila sabe que solo lo hace para humillarla delante de todos, porque habla fuerte a propósito mientras todos están sentados formando una rueda, y ella como siempre haciendo el espectáculo a la espera de que su hermana se avergüence.— ¡Retírate de nuestro grupo, mujer bodorra! —Exclamó de pronto uno de los compañeros de trabajo y todos lo secundaron con un ¡ouch!, de burla y se reían a carcajadas delante de ella.El rostro de Tamara estaba rojo como un tomate y se veía muy avergonzada porque hasta su expresión de burla cambió a modo serio, y es que ella creyó humillar a Camila, pero al final a quien humillaron fue a ella misma.— Esto no se va a quedar así hermanita, te juro que de esta me voy a vengar. —Rezongó la voz de Tamara en el oído de Camila con tono y mirada amenazante, enseguida se retiró al borde de echar chispas de fuego por lo enojada que está.— Gracias, chicos por ayudarme a ahuyentar a mi hermana. —Ella les agradeció, sin embargo, se siente muy apenada porque se han dado cuenta de que aún es virgen. — No queremos malas vibras junto a nosotros, ¿no es así compañeros? —comentó el mismo chico que la echó del lugar.— Claro que sí, aquí solo estamos los buenos compañeros que forman el mejor equipo de trabajo con nuestra elegante jefa. —Respondieron ellos. —Y es que a mucha honra Camila es la jefa de ellos en una pequeña empresa de venta de telefonía móvil.…
En otro sector, pero siempre en esa misma discoteca, hay un grupo de amigos en el jale de la tomadera, cada uno tiene a una chica sobre sus piernas, ellas son parte de las damas de compañía que allí trabajan, y como ellos son adinerados y sueltan billete de a montón a cada momento, pues el dueño de la discoteca ya sabe que tiene que tener listas a las mejores y más bellas chicas para ellos por las ganancias que se generan.Pero hay uno de esos hombres que nunca permite que una mujer se le acerque porque él guarda la esperanza de que su amor del pasado y que un día lo rechazó por su condición, vuelva y esta vez sí lo acepte y se quede a vivir con él para siempre.Sin embargo, su hermano menor ya está harto de esa situación y esta noche, junto a sus amigos en común, han tramado un plan que, seguramente, él luego se los agradecerá.Uno de los amigos del hombre bajará hasta la planta número uno y buscará a la chica más fácil que vea y le ofrecerá una fuerte suma de dinero con tal de que se acueste con el hombre y le haga entender de lo que se pierde por no querer estar a las buenas con una mujer. "Ese es el plan"Recorrió por varios minutos la discoteca y finalmente se encontró con la chica adecuada, y es que ella desde que lo vio le empezó a coquetear, entonces él supo que ya tenía su candidata perfecta para el trabajo que requiere esta noche.Él se acercó a ella y le propuso el plan que se tienen entre amigos y cuando le mencionó la cuantiosa suma de dinero que se ganará con solo el hecho de dormir con ese hombre, a ella se le salieron sus ojos de la órbita y de inmediato aceptó el trato.El chico le explicó que antes de llegar a la habitación, ella deberá de firmar un documento de confidencialidad, y que si el día de mañana sale a la luz pública una palabra de su boca sobre lo que aquí va a pasar, que desde ya se dé por mujer muerta.— No hay problema papito, yo acepto firmar ese pedazo de papel y cumplir con mi silencio. —Respondió la chica muy emocionada, pues ella sabe que no será ella quien cumpla con esa difícil tarea, pero sí será la que disfrute de esa exorbitante suma de dinero que no le caerá nada mal a su cuenta bancaria, ya que le debe mucho dinero a unos prestamistas y con lo que se le pagará esta noche ella logrará saldar todas sus deudas y hasta le sobrará para malgastar en lo que desee.El hombre le dio una tarjeta con el número de habitación y le indicó la hora, le pidió que tratara de ser lo más puntual que se pueda porque allí la estará esperando su cliente.También le pidió su número de cuenta bancaria para hacerle el depósito al momento que ella ingrese a la habitación con el hombre.Después de cumplir con su misión, el chico subió nuevamente y se reunió con los demás y le notificó al hermano del hombre al que acaba de ofrecer, que aliste el documento de confidencialidad para que la chica que ha contratado lo firme.Esta noche la joven Camila ha bebido más de lo normal y se siente muy mareada, decidió ir al baño a hacer pipí y a refrescar su rostro porque se siente calurosa y no para de sudar y… y su apetito sexual ha despertado a tal grado que siente necesitar urgente de un hombre. Su hermana mayor, que desde hace un buen rato la está espiando, decidió que era el mejor momento para actuar, se acercó a ella y la vio tambalearse, por lo cual de inmediato le ofreció su ayuda.— ¡Dios mío, hermanita! ¡Estás muy borracha! ¿A dónde vas tú sola? —Preguntó Tamara, la hermana mayor.— Voy al baño, Ja, ja, ja. —Balbuceó la chica, con voz de borracha.— ¡Ay, hermanita, yo te acompañaré porque es muy peligroso que tú andes solita por aquí, y además que te puedes perder entre tanta gente desconocida! —exclamó casi al instante la chica, fingiendo estar preocupada y ofreciéndole su ayuda.— No, tú no me acompañarás, prefiero ir sola que contigo. —respondió la chica que al final ya no podía ni mantenerse de pie
A la mañana siguiente Camila se despierta de primero y por lo frío que se siente su cuerpo trata de arroparse más, ya que es temporada de invierno y por lo cual ella siempre duerme muy abrigada y por eso se le hace muy extraño sentir lo helado de la madrugada.Con su mano busca la sábana para envolverse más, pero no la encuentra, y es entonces cuando abre del todo los ojos para buscarla y ve a un hombre que está dormido a su lado, él está boca abajo y completamente desnudo. Dirige su vista hacia su cuerpo y se lleva sus manos a la boca para ahogar el grito que sale de imprevisto de su garganta, ¡ella también está sin una prenda de ropa que le cubra su cuerpo!Sigue en busca de la dichosa sábana perdida, pero no la ve por ningún lado — ¡maldición! ¿Qué fue lo que me sucedió y quien será este hombre, y que hago en esta cama con él? —se pregunta en su mente, y es que son tantas las interrogantes que no sabe ni cómo va a obtener una respuesta para cada una de ellas.Al fin logró localizar
— Aléjate de mi vista, por favor. —le exigió Camila al hombre mientras trata de levantarse de sus piernas, pero este la acerca aún más a él, hasta que sus bocas quedaron muy cerca, casi pegados sus pechos y sintiendo sus respiraciones, bueno, quizá la de la chica era la que hasta se lograba escuchar porque estaba demasiado nerviosa y su corazón no paraba de brincar sofocado por la situación.— No putita, no creas que te volveré a follar. ¡Me das asco! —exclamó el hombre entre susurros, mientras sus labios rosan los de la chica cuando habla, casi mordiéndolos, ya que está demasiado cerca de su boca.Con un fuerte empujón la chica lo hizo hacia atrás y se levantó, él se empezó a reír a carcajadas, eso hizo que la chica se sintiera demasiado ofendida y maldijera internamente a quien sea que le haya hecho esa trampa.El hombre intentó abrir la puerta, pero tampoco pudo, a todo eso Camila estaba muy callada y ahora era él quien estaba muy desesperado por salir. Le volvió a acusar de ser la
— ¿Perdón? —¿Y usted quien se cree que es para venir a darme órdenes a mi lugar de trabajo? —preguntó ella con evidente furia al momento que levantó la vista, pero luego guardó silencio al toparse con la mirada de aquel hombre al que esta misma mañana como despedida le gritó unas cuantas palabras ofensivas, creyendo que jamás volvería a ver a ese maldito con el que se acostó aquella noche cuando alguien puso una sustancia en su bebida —¡No, no puede ser! ¿Este maldito hombre qué está haciendo aquí? —se pregunta ella en su mente al ver de quien se trata esa voz. — ¡Vaya!, la putita de la noche anterior, donde me la vine a encontrar trabajando como una santa inmaculada que no quiebra ni un tan solo plato en su casa, pero lo que nadie sabe es que te echas la vajilla completa, ¿verdad? — Mire viejo, en primer lugar me respeta porque yo no soy una puta, ya se lo dejé claro y también se lo logré comprobar aquella noche con mi… con mi tesoro rojo con el que se manchó la sabana. —En segundo
La chica se preocupó al escuchar esas palabras y de inmediato pidió aclarar el caso —¡Ay, no, señor! —por favor no me despida, yo le prometo que no soy así con los empleados y tampoco con nuestros clientes, si gusta puede preguntarles a todos los que trabajan aquí y ellos le darán una buena referencia de mí. —No es necesario que yo salga a preguntar a medio mundo como es tu comportamiento, suficiente con lo que he logrado ver y escuchar ahora. —Estás despedida, ve recogiendo tus cosas en este mismo momento. —Pues ni modo, ni que quiero trabajar en una empresa cuyo dueño es un maldito que quizá hasta me tomó en contra de mi voluntad, aprovechando que yo estaba drogada esa fatídica noche. —Ja, ja, ja, y quien te manda a que andes consumiendo sustancias si sabes que con el tiempo te pueden traer consecuencias. —¿Tú crees que te voy a creer esa mentira de que estabas drogada? —Tú estabas en todos tus cabales, allí quien estaba drogado era yo. —alegó el hombre. —Me largo de aquí, no pie
En la oficina se siente un ambiente tenso, el hombre ni siquiera le ha dirigido la mirada y mucho menos la palabra, está enfrascado en su celular, seguramente dando órdenes por doquier, de cómo desea que le hagan sus trabajos sucios los peones. La muchacha está muy nerviosa, sabe que a sus padres no les importará en lo absoluto que ella haya aceptado casarse con ese hombre, o quizá sí les importe en esta ocasión y se molesten porque ya no tendrán a la tonta quien les dé dinero para mantener la casa y sus vicios del padre que se mete a apostar en los juegos de azar el dinero que le quita a ella, sumando las compras un poco exageradas que hace su mamá y su hermana con el poco dinero que ella gana. La pobre Camila queda prácticamente en cero cuando recibe su pago el fin de cada mes, todo lo trabaja para su familia, para lo único que a ella le queda es para pagar el transporte que la traslada hasta la empresa donde trabaja. — Señor, me permite hacerle una pregunta. —solicitó temerosa de
El abogado Kervin se marchó de la oficina, Nataniel le informó a la chica que se prepare porque dentro de dos días dará una conferencia de prensa y ella deberá de estar a su lado y fingir que de verdad están comprometidos desde hace varios años. — Todo tiene que salir bien ese día, lo único que tú tendrás que hacer es verme con ojos de amor mientras yo esté hablando con los periodistas, al final de mi discurso tú tendrás que darme un beso, debemos de ser cautelosos para que todo parezca real, tienes que prepararte para fingir bien, aunque creo que no necesitas practicarte porque ya eres una experta en hacerlo. Si eres de las personas que sufren de nervios cuando están frente a una cantidad indeterminada de personas, deberás de comprar calmantes para ese momento. Recuerda que quiero que todo salga a la perfección, no quiero que cometas ni un tan solo error de tu parte. Tendrás que fingir ser una dama de la alta sociedad, no quiero que me vayas a avergonzar ese día frente a medio mund
Hoy es el día que se llevará a cabo la conferencia de prensa que ha preparado el señor Nataniel Kaffati, con el fin de aclarar los rumores y bueno, también mentir por su parte al decir que la muchacha de las fotos es su prometida y no una prostituta como ellos mismos la han catalogado. Cuando Camila se presentó ante él, notó que el hombre se puso serio y le hizo una mirada rara y retadora, ella cree que lo hace por la tensión del momento, pero no es así, el hombre se acercó hasta ella en su silla de ruedas y la cuestionó de inmediato. — ¿Por qué no te has venido con el vestido que te envié? —habló el hombre apretando los dientes por el enojo. —Eso sí que le cae mal a él, que no hagan las cosas como él las indica. — ¿Cuál vestido?, no entiendo a lo que se refiere. —Preguntó con el ceño fruncido y sus labios temblorosos. — El vestido que ayer te envié a tu casa. —Ese vestido que traes está horrible, debiste de tallarte el que yo te envié para tal fin. ¡No te ves nada agradable con lo