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Todos los capítulos de Mi tirano... ¿es tímido?: Capítulo 151 - Capítulo 160
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Orígenes, ¿claros?
Damien y Ashal quedaron pasmados ante la impactante revelación, que por un momento sus mentes se nublaron. En tanto, Adolf Dunesque aprovechó el desconcierto de su interlocutor para continuar soltando su veneno. —No esperabas esto, ¿verdad? Nunca imaginaste que el grandioso Constantine se metía con todas las concubinas y hasta con su esposa, pero ninguna de ellas resultó embarazaba. —¡Basta! —gritó Ashal, al borde del colapso—. No quiero escucharte más, estás mintiendo. —¿Mentir? “Hijo”, —recalcó esto con sarcasmo—, ¿no te das cuenta de que te pareces más a mí que al “magnífico Constantine”? —insistió el soberbio hombre—. Si no hubiera sido por esa m*****a marca, yo habría sido el emperador por haber nacido primero antes que el estúpido de mi hermano. Pero lo irónico de todo es que conmigo continuó nuestro linaje, a pesar de no ser el emperador legítimo. El testimonio de su supuesto padre resultaba tan increíble para Ashal, que por un momento se quedó sin argumentos, sin embargo,
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Plan, ¿arriesgado?
El encuentro con Demon estremeció a Adeline, que casi estuvo a punto de desmayarse, pero cuando este se esfumó entre la multitud, ella hizo lo posible por mantener la compostura y abandonar el lugar bajo la excusa de estar agotada, para que los demás no notaran su nerviosismo. No obstante, Annie y Marion se percataron que la ex emperatriz lucía pálida y apresuraron a acompañarla hasta sus aposentos. Cuando regresaron a la habitación, la asistente se atrevió a preguntar:—Mi señora, ¿se siente mal? Adeline volteó y respondió vagamente:—¿Podrías traerme un té para calmar los nervios? —¿Eh? ¡Claro! En un momento se lo traigo.Tras decir esto, la diligente mujer se marchó, dejando a Adeline con Marion. Este último había detectado, durante el encuentro con los pobladores de Tirón, la presencia de un aura intimidante que se dirigía a la emperatriz, pero como no descubrió a nadie sospechoso entre la multitud, solo se mantuvo alerta para prevenir cualquier ataque. «Ahora que recuerdo, l
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Poder, ¿reprimido?
La propuesta de Damien crispó a Ashal, que se dirigió hacia su hermano para oponerse rotundamente.—Cómo te atreves…—Sé lo que estás pensando —interrumpió Damien con serenidad—. Escuché lo que estaban diciendo y considero que Marion tiene más conocimiento sobre los templos que yo. Conviene que él vaya a Marz, mientras que yo me encargo de cuidar a la sacerdotisa de Tirón.Debido a los incidentes ocurridos en el pasado, aun sin resolver, Ashal se sentía incómodo con el hecho de que su hermano estuviera cerca de Adeline, así que preguntó sin tapujos.—Acaso, ¿ya no estás interesado en mi esposa?Tal cuestionamiento avergonzó a Damien, ya que si bien era cierto que él había tenido un interés “pecaminoso” con la esposa de su hermano, en esos momentos estaba seguro de que sus sentimientos no estaban enfocados en ella. Por su parte, Adeline estaba sorprendida de que su marido tocara un tema tan incómodo en ese momento, que desvió su rostro para no ver Marion. Este último tenía una idea vag
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Noche, ¿sangrienta?
Fue durante la noche de Luna Roja, cuando la rebelión contra el régimen de Ashal Dunesque alcanzó al palacio. Adeline, convencida por su instructor Mikhail, abandonó su habitación para escapar de los ataques. Ella tenía miedo de morir y aprovechó la oportunidad que su único amigo le daba para librarse del constante abuso que recibía por parte del tirano de su marido.—Majestad, sígame por aquí, este camino no lo conocen los rebeldes —dijo Mikhail con agitación.—S… Sí… —balbuceó la joven, alterada por el sonido de los disparos y bombas que se escuchaban a fuera del palacio.Mientras avanzaba torpemente por un pasillo lúgubre, ella pudo ver, a través de la ventana que daba al patio principal, a un grupo de rebeldes sometiendo a los guardias del palacio. Tal escena causó escalofríos en la inocente joven, que se derrumbó y comenzó a llorar.—¡Voy a morir! ¡Estamos atrapados!Mikhail se detuvo y mirando con frialdad a la frágil emperatriz, respondió como si no tuviera idea de lo que decía:
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Disculpas, ¿necesarias?
Tras la partida de Marion, Adeline recibió la misión de aprender a controlar su poder, para su enfrentamiento final con Demon. Para conseguirlo, la Deidad Suprema le indicó que en las catacumbas que conectan a los siete templos de Mont Risto encontraría antiguos archivos, lo cuales contenían información sobre el origen de los sacerdotes y sus poderes.Es así que, Adeline ordenó a dos guardias imperiales y a Annie que la escoltaran hasta la parte subterránea del templo de Tirón, donde se suponía que se encontraba esa biblioteca.Mientras avanzaban por un pasadizo oculto, el cual le había sido revelado a Adeline por la Deidad Suprema, Annie mencionó con temor.—Mi señora, ¿por qué vamos a ese lugar? ¡Es demasiado peligroso!Ignorando la advertencia, Adeline respondió con seriedad:—Descubrí que hay una biblioteca oculta debajo del templo. Estoy yendo allí para encontrar unos libros que necesito.—Pero, ¿cómo puede estar segura de que ese lugar no hay algún monstruo? —replicó la nerviosa
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Debate, ¿acalorado?
Días posteriores al anuncio de la conformación de una república, Ashal convocó a los lores y representantes de los ducados acéfalos a una reunión de emergencia para establecer los lineamientos de la transición del gobierno monárquico a uno republicano. Como se tenía previsto, las opiniones al respecto estaban divididas y, antes de que comenzara la junta, muchos de los asistentes se encontraban debatiendo acaloradamente. —¡Es una locura! ¡Jamás funcionará la instauración de una república! —¿Qué sucederá con nuestros cargos si Mont Risto deja de ser un imperio? —¡Dejen de mirar desde sus privilegios! La República es la mejor opción para un gobierno más democrático, si no, recuerden aquel reino del Este, que también dejó atrás la monarquía. —¡Tienes razón! El territorio de Gorman no hace unos años transitó a un gobierno republicano. Mientras esto se desarrollaba al interior del salón de juntas, Ashal se encontraba afuera, haciendo respiraciones profundas para mantener la ecuanimidad.
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Herencia, ¿esperada?
Durante varios días, Marion se dedicó a buscar “la herencia” del gran Claudio en el templo de Marz. Como llevaba varios días buscando por todos lados, sin encontrar nada, volvió al patio central, donde se detuvo un momento para tomar aliento y lamentarse por su búsqueda infructuosa. —¡Ah! ¿Cómo se supone que encuentre lo que dejó mi ancestro, si no tengo ninguna pista de lo que es en primer lugar? Mientras se abanicaba, ya que había demasiado bochorno en el lugar, continuó diciendo: —¿Debería rendirme? Aunque, no puedo volver a Tirón sin nada. La señorita Adeline cuenta conmigo para enfrentarnos a ese tal Demon. ¡Ah! ¿Qué puedo hacer? Tras suspirar otra vez, miró sus manos y volvió a decir amargamente: —Soy tan inútil, que solo puedo producir llamas azules. Como Marion estaba enfocado en lamentarse por su infortunio, no se percató de que a su alrededor comenzó a emerger una débil energía, que al entrar en contacto con su poder, activó un hechizo que reveló un mensaje oculto en la
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Hermano, ¿de cuidado?
Por varios días, Adeline se mantuvo en la biblioteca subterránea del templo, aprendiendo la mayor cantidad de conjuros y sobre lo que podía controlar con su poder. Aunque al principio se le complicó ajustar la cantidad de energía que usaba para elevar objetos o siquiera moverlos, luego de una semana, ya podía usar magia ofensiva y defensiva.A pesar de que le entusiasmaba la idea de tener poderes, en el fondo no podía apartar la idea de que se acercaba la hora en que se toparía cara a cara con Demon y temía no estar preparada para enfrentarlo o siquiera derrotarlo. El estrés era tal, que por las noches apenas podía conciliar el sueño, ya que era asaltada por las pesadillas en las que se veía a sí misma siendo asesinada por Demon en todas las formas posibles. Por consiguiente, al día siguiente se sentía agotada, pero como no quería preocupar a los demás, intentaba mantenerse de buen humor.Finalmente, la fatídica fecha llegó. Adeline se sintió inquieta todo el día, que apenas podía con
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Pasado, ¿doloroso?
Adeline era un “miembro deshonroso” de la familia Laval. Su padre, Fernand, se había obsesionado con una rubia trabajadora que asistía a su paralítica esposa Hilda. La joven asistente, de nombre Gisela, siempre huía del acoso de su patrón y buscaba refugio en su señora, quien ya se había percatado de las intensiones de su marido, pero prefería no intervenir demasiado para evitar que su marido expulsara a su preciada empleada.Una noche tormentosa, cuando la señora Hilda había partido a la capital para tratar sus piernas inmóviles, Gisela fue atacada por su patrón. Ese fue el inicio de su tormento, porque ese hombre llegaba cada noche a satisfacer sus más bajos instintos. El constante abuso afectó profundamente el espíritu de la joven Gisela, que ya no se resistía a los ataques de su violador.Al regreso de la señora de la casa, la joven empleada tuvo un poco de descanso de los asedios de Fernand, pero eso duró poco cuando empezó a notar que su vientre empezaba a crecer. Hilda fue la pr
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Vivo o, ¿muerto?
“La forma para derrotar a un demonio es sencilla, tendrás que escribir sobre tu cuerpo el conjuro de exorcismo y, cuando estés frente a la persona poseída, elevarás tu energía al límite para hacer que la oración se traslade a las paredes y así se forme un círculo que encierre al ente maligno. Cuando esté atrapado, será momento de atacar”, recordó Marion.Cuando vio a Demon revolcarse en el piso, comprendió que era momento de atacar con todo su poder e invitar a Adeline que sumara al exorcismo. De esta forma, el demonio no tendría otra opción que abandonar el cuerpo de su víctima y enfrentarse a ellos.—Demon, te lo ordeno, abandona ese cuerpo —repitió con firmeza.A pesar de esto, la entidad demoniaca seguía aferrándose al cuerpo de Lionel.—¡Malditos! Primero mato a este idiota, antes de que ustedes se atrevan a tocarme —vociferó.Adeline sintió escalofríos al escuchar que Demon planeaba matar a su hermano, que se plantó frente a Marion y exclamó aterrada:—¡Alto! ¿Qué es lo que piens
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