Pasaron los días, la verdad muy lentamente para Ricardo. Tenían bastante trabajo, pero con complicaciones con los directivos ya que no autorizaban ciertas cosas.Tuvieron una reunión junto con el ingeniero a cargo y los directivos, quería concentrarse, pero la verdad no podía, solo pensaba en ella.Al fin lograron llegar a un acuerdo, con el que les daban más trabajo, pero ambas partes quedaron conformes y se pusieron a trabajar en un nuevo proyecto.Para celebrar, se fueron a un bar de camino a la casa de Alejandro, estuvieron platicando y bebiendo unas cervezas.—Ricardo, ¿aún piensas en la chica de los cursos? —Era más que obvio.—La verdad si, a ti no te lo puedo negar y si no es a ti a quien le cuento ¿entonces a quién? —confiaba mucho en su amigo, solo él sabía de cómo lo traía esa chica.—Lo supuse, en ocasiones te veo pensativo, que, aunque estas concentrado, se nota que no es en lo laboral, pero hoy en la reunión te pasaste, parecía que solo eras un bulto sobre la silla — se
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