Brion permaneció en su oficina por unos minutos más, dejando que las palabras de Verona se asentaran en su mente. La conversación había revelado poco, pero lo suficiente como para confirmar lo que él ya sospechaba: había más en juego de lo que parecía. Verona jugaba a un juego peligroso, y si ella estaba preocupada por el equilibrio de poder, significaba que incluso sus hermanos tenían motivos para temerle. Pero, ¿cuál era su verdadero objetivo?Finalmente, Brion se levantó de su silla y se dirigió a la ventana, observando la ciudad desde las alturas. Velghary siempre había sido su hogar, pero ahora, más que nunca, se sentía como un extraño en su propio territorio. Debía descifrar el plan de Verona con las pocas pistas que logró conseguir durante la conversación que tuvieron.Con esa idea en mente, Brion decidió no perder más tiempo. Salió de su oficina, ignorando las miradas curiosas de los empleados, y se dirigió directamente al ascensor. Mientras descendía, sacó su teléfono y marcó
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