Dulce GarcíaEl avión aterrizaba en NY, aún no sabía si había tomado la decisión correcta, pero necesitaba hacer esto, no era por mí, era por el hombre que en algún momento amé, aunque cuestionablemente aún sentía mucho por él, mucho que no reconocería tan fácilmente.Solo necesita que esta situación no me afectara, Massimo ya tenía una vida, lo único que yo quería era que se diera cuenta de que no era culpable de una situación que la naturaleza hizo, yo estuve sola, sin él, todo mi embarazo, viaje solo para contarle, pero lo vi con otra mujer de la mano, siendo que hace menos de dos meses me estaba jurando amor eterno y ni por eso, o por estrés perdí a mi hermosa hija.Tengo tantas cosas de la cuales puedo culpar, pero nada que lo mortifique, que haga que toda esa seguridad se esfume, la azafata me avisa que llegamos y que todo fue un éxito, estamos en el avión privado de la familia Rossi, apenas pongo un pie en la escalerilla me doy cuenta de que está amaneciendo, mi hija duerme en
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