Massimo OnurisMi corazón estaba a mil, lo que había pasado recién había sido un sueño, sus labios sobre los míos, ese sutil movimiento, solté un suspiro y casi caigo al suelo, ella había dicho que sí, había puesto fecha, que nervios, enseguida me puse en contacto con mi hermana, ella sería mi cómplice, necesitaba un restaurante con bonita vista, pero no se me venía a la mente nada.– ¿Y en tu oficina? Digo, los ventanales dan una hermosa vista, puedo contratar un cáterin, alguien que cocine, que sirva y que luego se marchen – su idea no era mala – me encargaría de arreglar, decorar y preparar algo a media luz, con un bonito ambiente y algunas decoraciones del tipo romántico …– Me gusta la idea, quiero algo reservado, pero romántico, sin gente a nuestro alrededor, cosa que se nos dé mucha privacidad – mi hermana se reía al otro lado de la línea – esto debe ser especial, pero no muy extravagante, ¿entiendes? – pregunté nervioso aún.– Sí, comprendo perfectamente – de pronto escuche un
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