Cuando llegó a la habitación del hotel ya Gabriel estaba ahí y justamente estaba marcado su número en el móvil para preguntar dónde estaba y pedirle que se diera prisa porque los nuevos socios estaban esperando para festejar.—Connie, mi amor, que bueno que llegas, justo te estaba llamando, date prisa preciosa, debes cambiarte de ropa, hemos firmado el contrato y los socios nos esperan para festejar.—Gabriel yo…antes necesito hablar contigo, hay algo muy importante que quiero que sepas.—Hermosa, ¿no puede esperar? te digo que nos están esperando y todavía tienes que cambiarte de ropa.—Amor, por favor, es algo muy importante — insistió Connie tratando de contener el llanto.—Tranquila mi amor — le dijo él y la abrazó porque la vio muy nerviosa — te prometo que cuando regresemos hablaremos, voy a escuchar todo lo que me tengas que decir y voy a entenderte. Pero en este momento, es importante para mí quedar bien con los inversionistas, tú mejor que nadie lo sabes.Ella asintió con la
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