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Todos los capítulos de Connie, una madre para mi hija: Capítulo 31 - Capítulo 40
78 chapters
La mentira
Constanza, ¡qué bueno que viniste! —Gritó Ximena al ver entrar a su “invitada” especial.—¿Qué está pasando aquí? ¿En verdad está enferma Paty? — Preguntó Connie porque se le hizo sospechosa la forma en la que la recibió la niña, era como si ya supiera que sería ella quien iría a suplir a su niñera.—Eh, si, si, — fingió toser cubriéndose la boca con un pañuelo — me siento muy mal y no quiero contagiar a mi pajarito.—Y tal vez tenga que guardar reposo dos o tres días — dijo Ximena encogiéndose de hombros.—¿Estás seguras de que el señor Herrera sabe que hay una desconocida en su casa? — preguntó mirando a la niña a los ojos haciendo un gesto de incredulidad con el rostro.—Sí, bueno, mi papá siempre le pide a la madre superiora que mande a alguien cuando me quedo sin niñera porque dice que darles trabajo es la mejor manera de ayudarlas.—Eso habla muy bien de tu papá, pero algo me dice que no me están diciendo la verdad.—Yo no digo mentiras porque a mi mamita que está en el cielo no
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La sorpresa
Cuando Gabriel llegó a Chihuahua, se llevó la desagradable sorpresa de enterarse de que el Chepe estaría fuera de servicio por varios días debido al mantenimiento, por un momento tuvo el impulso de cambiar sus planes y tomar un avión hacia otro destino, sin embargo, pensó que lo mejor era volver a casa esa misma noche. Maciel tenía la superstición de que, si algo iba mal al iniciar los planes, era mejor suspender el viaje y quedarse en casa y aunque él no compartía esa superstición de su difunta esposa, algo le decía que era mejor volver y planear un viaje a un nuevo destino con más calma.Su vuelo de regreso a Oaxaca salía hasta las siete de la noche y antes de tres horas ya estaría en casa, pensó en llamar a Ximena para decirle que se había cancelado su viaje, pero prefirió no llamar porque sería mejor darle una sorpresa.Pasó la tarde recorriendo la ciudad y comprando algunas artesanías que sabía que le iban a encantar a la niña, compró un par de muñecas de trapo elaboradas por man
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¿Viniste por mí?
La mirada de Gabriel recorrió el cuerpo de Connie, parada sobre su cama y vestida solo con su camiseta y su bóxer.Por un segundo sus ojos se cruzaron sin saber qué decir, ¿qué estaba haciendo esa mujer ahí? ¿En su casa y con su hija?—¡Papi! ¡Volviste! — Gritó Ximena y corrió a sus brazos emocionada, estaba pasando justo lo que ella había planeado, que su padre conociera a Constanza, la única mujer que, a sus ojos, era digna de convertirse en la esposa de su padre y en su nueva madre.Connie se quedó muda al escuchar a la niña llamarlo papi, la única explicación que había es que él se había burlado de ella haciéndole creer que era un indigente cuando en realidad era un millonario buscando un poco de diversión.Gabriel, abrazó a su hija sin quitar la mirada de la mujer que estaba enfrente, había sido un estúpido al pensar que ella podía haber sentido algo genuino por él, seguramente sabía que él era millonario desde un principio y por eso fingió ayudarle e interesarse por él.—¿Qué es
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Mi novia
—¡Mamita no te vayas! ¡No me dejes! — gritaba la niña estirando las manos hacia Connie que se aferraba a la camilla. —¿Usted es la madre? — preguntó el paramédico — Suba a la ambulancia para que vaya con ella. Connie miró a Gabriel que estaba a punto de subir para ir al lado de su hija. —Ve con ella, por favor te lo pido— suplicó el padre a la mujer que hacía unos minutos sintió odiar por haberse atrevido a acercarse a su hija. Sin pensarlo un segundo Connie subió a la ambulancia, de ninguna manera se podía negar a ir con Ximena que lloraba y le hablaba como si ella fuera su madre. —Lo siento señor, solo puede ir una persona en la ambulancia — dijo el camillero impidiendo que Gabriel también subiera. —¡Cuídala por favor! — le suplicó y Connie solo asintió con la cabeza. Ya el chofer tenía listo el auto y las personas del servicio estaban a la expectativa de los que sucedía, todos le tenían un gran cariño a la niña y rezaban porque no le ocurriera nada grave. Gabriel insistió en
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Guerra de perras
El aspecto de Connie no era el mejor, llevaba el mismo pantalón y los zapatos, pero en vez de su blusa portaba una camiseta de Gabriel, era obvio que estaban juntos cuando ocurrió el accidente de Ximena, su cabello alborotado y la falta de maquillaje los delataba, lo que hizo que a Laura le diera todavía más coraje del que ya sentía, puesto que Gabriel nunca le permitió quedarse a dormir con él en su casa porque no quería intimar con ella bajo el mismo techo en el que dormía su hija.Connie sintió celos al ver que esa mujer había sido importante en la vida de Gabriel, pero sonrió triunfante al ver que él no desmintió a Ximena y corroboró que ellos eran novios, la miró por encima del hombro con esa mirada que solo otra mujer podría entender el significado.—Gracias por venir Laura, siempre se agradece el apoyo de los amigos en circunstancias como ésta — dijo Connie acercándose a Gabriel y tomándolo de la mano para marcar su territorio, sí su territorio, porque Gabriel, indigente o mill
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Quisiera odiarte
—No me voy a ir hasta saber algo de Ximena — dijo Connie porque en verdad le preocupaba la salud de la niña que en tan poco tiempo ya se había ganado su corazón. —Pero mi amor, debes estar cansada — insistió Gabriel. Connie no estaba dispuesta a irse, no solo porque genuinamente estaba preocupada por la niña, sino porque tampoco quería dejar a Gabriel a solas con la hurraca. Sonrió para sus adentros al llamarla “urraca” siempre le parecieron feos esos pajarracos negros y la voz de Laura le recordaba el sonido de sus graznidos escandalosos. —No insistas corazón, ya te dije que voy a quedarme y lo haré, solo voy a llamar a mi tía para decirle que llegaré más tarde, porque también necesito pedirle un favor. Se alejó un poco para sacar su móvil, no solo estaba preocupada por Ximena, había dejado a Paquito y a Lolita al cuidado de la hermana Mica y esos niños eran su responsabilidad, su madre se los había confiado y se había comprometido a cuidarlos como si fueran sus hijos. Cuando vo
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Sin duda, un ángel
Connie correspondió al beso entrelazando sus dedos con los cabellos de él, el beso fue cada vez más intenso, tuvieron que separarse al percatarse de que estaba en el hospital, pero se quedaron abrazados mientras Gabriel cubría de besos el rostro de la mujer que amaba, la amaba a pesar de todo, a pesar de saber que podía ser capaz de venderse por dinero, el amor que sentía por ella era más fuerte que su rabia y que sus celos.—Te juro que lo hice por una buena causa, fue la última vez, ya no trabajo en el bar, renuncié después de esa noche y…— quería decirle que el cliente no la tocó, que solo bailó para él y que en su cuerpo solo quedaba el recuerdo de las caricias que le hizo cuando estuvieron juntos, pero él no la dejó seguir hablando.—¡Shhh! Ahora no digas nada, ya hablaremos al respecto, ahora solo déjame disfrutar de tu presencia y de saber que mi niña estará bien.El médico les dijo que no podrían ver a Ximena hasta algunas horas después ya que se encontraba en la sala de recup
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¿Sus hijos?
—¡Constanza! ¿Cómo está la hija del señor Herrera? — preguntó la hermana Mica apeas la vio entrar por la puerta.Connie le contó todos los detalles del accidente y de lo que les dijo el médico, por supuesto en el rosario de la tarde, sus plegarias fueron para pedir por la salud de la pequeña, hija de su benefactor.—Es una niña preciosa y muy valiente, estoy segura de que su mamá desde el cielo la está cuidando — dijo la madre superiora que salió a preguntar también por la salud de Ximena.—Sí tía, es una niña preciosa, tan dulce y tierna, como traviesa — dijo recordando que la hizo a ir a visitarla con mentiras, con la idea de unirla a su padre sin saber que ellos ya tenían una historia juntos.—¿Y cómo está el papucho del señor Herrera? — preguntó la hermana Mica olvidándose de que la madre superiora estaba junto a ella.—¡Hermana! ¡Esas no son expresiones para una religiosa! El señor Herrera es un hombre joven y muy atractivo, pero nosotras no debemos prestar atención a las tentaci
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La pincesa y el guisante
—Eh…bueno en realidad no son mis hijos, pero como si lo fueran, es una larga historia que ya te contaré, la forma en que esos niños llegaron a mi vida, no es muy agradable, pero son mi responsabilidad ahora y es mi deber velar por ellos hasta que su madre pueda recuperarlos.Por sus palabras Gabriel intuyó que la madre de los niños en cuestión debía ser una mujer del albergue y no pudo evitar pensar que quienes la consideraban un ángel, no estaban lejos de la realidad.—Entonces no hay problema, pueden venir a vivir contigo y así Ximena tendrá con quien jugar y tú podrás estar al pendiente de ellos en todo momento, no los dejarás al cuidado de alguien más.Connie no se atrevió a preguntar en calidad de qué llegaría a su casa, ya que él solo hablaba de ir a cuidar a Ximena, pero ella tenía que seguir generando recursos para ayudar con los gastos de la casa; sin embargo tampoco se atrevió a contradecirlo, vivir bajo el mismo techo que él era como un sueño que no iba a desaprovechar.Con
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La tortura
Cuando Connie volvió al albergue estaba tan feliz que la madre superiora y la hermana Mica se contagiaron con su felicidad.—Te vamos a extrañar hija mía, pero estoy segura de que Dios te va a proteger y te va a bendecir por ese corazón tan grande que tienes y vas a ser muy feliz — dijo la mujer y Connie se abrazó de ella como si se estuviera despidiendo de su madre para ir en busca de su felicidad.—No te voy a dejar extrañarme tía, vendré a visitarte tantas veces como me sea posible, no tienes idea de lo agradecida que estoy por tenerte en mi vida y porque gracias a ti soy otra persona, has cambiado mi manera de ver el mundo, es gracias a ti que hoy puedo decir que conozco lo que es el amor verdadero.Sabía que un día iba a tener que contarle la verdad sobre su sobrina Constanza, pero por el temor a que su corazón sufriera un nuevo infarto, prefirió quedarse callada, ella ya estaba muerta y si en sus manos estaba hacer feliz a esa mujer, lo haría, no tenía por qué romperle el corazó
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