Cuando Connie volvió al albergue estaba tan feliz que la madre superiora y la hermana Mica se contagiaron con su felicidad.—Te vamos a extrañar hija mía, pero estoy segura de que Dios te va a proteger y te va a bendecir por ese corazón tan grande que tienes y vas a ser muy feliz — dijo la mujer y Connie se abrazó de ella como si se estuviera despidiendo de su madre para ir en busca de su felicidad.—No te voy a dejar extrañarme tía, vendré a visitarte tantas veces como me sea posible, no tienes idea de lo agradecida que estoy por tenerte en mi vida y porque gracias a ti soy otra persona, has cambiado mi manera de ver el mundo, es gracias a ti que hoy puedo decir que conozco lo que es el amor verdadero.Sabía que un día iba a tener que contarle la verdad sobre su sobrina Constanza, pero por el temor a que su corazón sufriera un nuevo infarto, prefirió quedarse callada, ella ya estaba muerta y si en sus manos estaba hacer feliz a esa mujer, lo haría, no tenía por qué romperle el corazó
Ximena se despidió de los doctores y enfermeras del hospital como si fueran sus grandes amigos, todos estaban asombrados por la valentía que mostraba y el optimismo a pesar de estar inmovilizada.—Te vamos a extrañar pequeña — le dijo el doctor cuando la colocaron en la silla de ruedas para llevarla a casa.—Gracias doctor, siempre quise ser una princesa de cuento de hadas y usted me convirtió en una momia de cuento de monstruos, le falló por un pelín de rana, debería practicar un poquito más, su magia todavía falla — dijo Ximena consiguiendo que el doctor se sonrojara y las enfermeras comenzaran a reír.—En unas semanas cuando volvamos a vernos te quitaré las vendas y verás que vuelves a ser la princesa que eras antes y quedarás mucho más hermosa.—Ya lo veremos, no cante victoria todavía, si lo consigue, le pondré una estrellita en la frente, pero si no lo logra, le colocaré unas orejas de burro.Gabriel se disculpó con el médico por las impertinencias de la niña, pero el doctor le
— Ven, vayamos a nadar —Dijo Gabriel quitándose la camisa.Connie no pudo más que admirar su torso desnudo, tragó saliva al comprender lo que su cuerpo sentía sólo con verlo.Sonrió mientras lo imitaba quitándose la camiseta y el pantalón del pijama, él se quedó con la boca abierta, ya antes la había visto desnuda, pero esta vez ella llevaba una delicada ropa interior de encaje y la vista era espectacular.Cuando ambos estuvieron listos para meterse al agua, Gabriel la tomó en sus brazos y la llevó hasta el agua, ella comenzó a jugar con sus brazos y con sus pies provocando estelas de luz, que los rayos de luna reflejaban en el agua.Jugaron con las olas durante un rato hasta que sus bocas produjeron el primer choque que demostraba el deseo de sus cuerpos que exigían unirse.Los besos subían cada vez más de intensidad y sus manos comenzaron a explorar el mar de sus cuerpos. El sostén se perdió en el agua, cayeron a la arena presos del deseo, ella gimió cuando la boca de él se apoderó
Gabriel estaba furioso, siempre confió en el trabajo del contador, él era un creyente ferviente de la experiencia que se obtenía a través de los años y además el que fuera familiar de quien pensaba sería su esposa le dio todavía más confianza para cederle la administración financiera de la compañía. De inmediato se comunicó con una empresa de auditores internos, debía saber en qué condiciones había dejado el fraude su empresa y hasta dónde se vería afectado con el robo, necesitaba recabar todos los datos para levantar una denuncia, si creían que se iba a quedar con las manos cruzadas estaban equivocados, ya con lo que le había hecho Laura era suficiente. Los auditores llegaron de inmediato y comenzaron con su labor, se llevaron una gran sorpresa al darse cuenta que la computadora del contador había sido formateada antes de irse y el proceso iba a ser más complicado ya que tendrían que llamar a un experto en recuperar información. Llamó a Connie para decirle que no llegaría a cenar,
—Lo siento amor, no quise despertarte— dijo Gabriel y coló el teléfono —ven, vamos a casa, necesito darme una ducha para regresar a la reunión con los ejecutivos. —Sí, si claro — contestó y cuando se puso de pie estuvo a punto de caer al piso. —¡Amor estás bien? — preguntó Marco sosteniéndola del brazo al ver que había perdido el equilibrio. —Sí, sí, no te preocupes, solo que debía levantarme muy rápido y me maree `pero ya pasó, no tienes nada de qué preocuparte— fingió puesto que ella sabía que había sido por la impresión de haber escuchado el nombre de Marco Duran. —¿Estás segura preciosa? Estás pálida amor, tal vez debería llevarte al médico. —¡Estoy bien! Ya te dije que estoy bien — recalcó molesta, la insistencia de Gabriel la incomodó puesto que no se atrevía a decirle la verdad. Durante el camino de regreso a casa, Gabriel no hacía más que hablar de un posible prospecto de socio. —Pasé la noche revisando documentos y pensando en posibles empresarios para proponerles una s
La vida de Ana había dado un giro radical desde que se convirtió en la esposa de Marco Duran, su pasado en el orfanato, sus días en los que contaba cada centavo para poder pagar el transporte público en busca de un empleo habían quedado en el pasado. Estudiaba la profesión de Alimentos y Bebidas en una prestigiosa universidad y su esposo estaba planeando regalarle un restaurante para que se dedicara a su carrera, no porque lo necesitara, ser la esposa del empresario hotelero más exitoso de Acapulco tenía sus ventajas, pero ella quería tener su propio éxito con su profesión y no ser simplemente la joven y hermosa esposa de un hombre rico. Apenas regresaron de su breve viaje de luna de miel, se incorporó a sus actividades escolares, le quedaban solo dos días de vacaciones y tenía que presentar un proyecto escolar. Le encantaba tomar la computadora y sentarse en una mesa frente al mar, estudiar mientras su esposo estaba en la oficina le daba la oportunidad para que ambos disfrutaran la
Pasaban los días y Gabriel estaba cada día más estresado, había levantado la denuncia para que la policía buscara al responsable del fraude, pero tuvo que pagar una fuerte cantidad de dinero para que la información no se filtrara a los medios, no le convenía que nadie se enterara de que su empresa estaba en la ruina porque eso desplomaría el precio de sus acciones y ningún inversionista querría asociarse con una empresa que se encontraba en quiebra, a menos que quisiera comprarla y esa no era una opción porque él no quería perder la dirección del imperio de su padre.Al menos en su casa encontraba un poco de felicidad, pasar tiempo con Connie y con los niños era su mayor consuelo. A pesar de sus preocupaciones, se tomó el tiempo para jugar al futbol con Paquito mientras las niñas jugaban a las princesas.Disfrutaba mucho ver a Connie sentada en el césped bebiendo té con una taza de juguete y peinando muñecas. Qué razón tenía Ximena cuando decidió que una mujer como Laura no estaba a l
El fin de semana llegó demasiado rápido para gusto de Connie, tenía la certeza de que el posible socio de Gabriel no era Marco Duran porque Ana se lo habría dicho, pero de cualquier manera le pesaba la idea de volver a Acapulco.Aun cuando Gabriel no le había dicho el nombre del inversionista, ella supuso que podía tratarse Mr. Harry y a pesar de que le dijo que él era un caballero y que había olvidado que la conocía, le preocupaba encontrarse con algún otro hombre, eran tanto los empresarios que disfrutaban de las fiestas en casa de la güera que era fácil coincidir con ellos en algún lugar, aunque claro, a ninguno de ellos le convenía que se supiera que era cliente de un lugar como ese y para ello firmaban un acuerdo de confidencialidad.No le agradaba la idea de revivir su pasado, pero había algo que quería hacer y que no sabía por qué motivo, lo único que sabía era que realmente quería volver a ver a doña Lucha, la dueña de la pensión de estudiantes donde vivió antes de salir huyen