Inicio / Romántica / Matrimonio sobre papel / Capítulo 1 - Capítulo 10
Todos los capítulos de Matrimonio sobre papel: Capítulo 1 - Capítulo 10
45 chapters
Prólogo
«¿Casada?» La pregunta se repetía en la cabeza de Isabella una y otra vez mientras los pasos de su primo y su esposa se escucharon cada vez más lejos.Isabella miró hacia los costados a la espera de que sus tíos o primos salieran de algún lado y le dijeran que todo se trataba de una broma. Esa era la única explicación que podía encontrar para que un hombre al que no había visto en casi un año se presentara en la boda de su primo alegando estar casado con ella. Por supuesto, nadie apareció.Sus ojos se posaron en Salvatore, que parecía indiferente a todo el lío que acaba de desatar.—¿Estamos casados? —preguntó aún en shock.Su cabeza le ordenó correr al interior de la casa y esconderse, pero sus músculos habían dejado de obedecer.—Eso es lo que dije.El tono condescendiente impregnado en su voz la hubiera molestado en otras circunstancias.—Eso es imposible, jamás me habría casado con alguien como… —Se quedó en silencio antes de terminar la frase.—Y sin embargo eso es lo que los reg
Leer más
Capítulo 1: No habrá divorcio
—¡¿Debes estar bromeando?! —Isabella pasó del shock a la indignación—. No hay manera que quieras seguir casado, no eres del tipo de hom… —dejó de hablar tan pronto se dio cuenta de que había estado a punto de hablar de más. Salvatore no tenía por qué enterarse de que lo había investigado. No es que hubiera algo de malo, solo se había tratado de simple curiosidad. —Nunca bromearía con algo tan serio —dijo Salvatore imperturbable—. Permaneceremos casados hasta que yo decida lo contrario. Una risa carente de humor escapó de sus labios. —Es seguro que en tu mundo las cosas se hacen como tú lo dices, pero yo no sigo órdenes de nadie —refutó. Su humor empeoraba a cada segundo—. Quiero el divorcio. Salvatore metió las manos en los bolsillos, su expresión era de total serenidad. Parecía bastante confiado en que saldría con la suya al final. —¿Por qué? Hemos estado casados durante casi un año y hemos funcionado bastante bien. El brillo de diversión en sus ojos la irritó aún más. —¿Aca
Leer más
Capítulo 2: Negociando con el diablo
Salvatore contuvo la sonrisa mientras observaba a Isabella llevarse a la boca un pedazo de omelette. Era fácil deducir que estaba tratando de ignorarlo y en otras circunstancias la habría dejado salirse con la suya, pero tenían un asunto importante del que hablar. —¿Este departamento es tuyo? —preguntó en tono casual mirando el lugar con ojos evaluativos. El toque femenino estaba por todos lados, muy similar a su propia casa. Aunque él no podía llevarse el crédito de eso. Era su hermana quién se había encargado de llenarlo de detalles hasta convertirlo un hogar digno de una familia. Entrar allí, ahora que ella ya no estaba, era doloroso; pero no estaba dispuesto a cambiar nada. Los recuerdos estaban por todos lados y querían que se mantuviera así. Isabella levantó la mirada y por un instante realmente pareció sorprendida, era como si en verdad se hubiera olvidado de su presencia allí. —Sí, mis padres me ayudaron a conseguirlo. —¿Quieres mantenerlo? —¿Por qué no habría de hacerlo?
Leer más
Capítulo 3: Una pequeña dulzura
Isabella esperó que Salvatore desapareciera antes de comenzar a caminar por la sala observando los detalles. Tal vez debería sentarse y esperar a que él volviera, pero siempre había sido alguien demasiado curiosa. Además, él no le había dicho que se quedara quieta. Se detuvo frente a una serie de fotos sobre colocadas sobre uno de los muebles. Todas eran de una mujer joven. En algunas estaba sola y en otras sostenía un bebé en brazos. No tardó en deducir que se trataba de la hermana que Salvatore había mencionado antes. Ambos compartían características en común. Levantó la última foto de la derecha y sonrió. Había algo en la hermana de Salvatore que transmitía paz y serenidad. «Muy diferente a su hermano —pensó». Era la primera vez que veía una foto de la hermana de Salvatore. Cuando estaba investigando a Salvatore pocas semanas de su regreso de Las Vegas, un par de veces había leído sobre ella en artículos de revista que hablaban el “héroe del fútbol italiano”. Eran menciones brev
Leer más
Capítulo 4: La familia de la "novia"
—Entonces, ¿piensas decirnos ahora por qué estás aquí o cuando estén a punto de llevarme a la tumba? Isabella levantó la mirada de su plato y la posó sobre su padre. Él tenía una ceja arqueada y su típica sonrisa ladeada. —La curiosidad debe estarte carcomiendo por dentro —bromeó tratando de olvidar por un segundo que la había llevado hasta allí. Su padre soltó una carcajada mientras su madre sacudía la cabeza. —Siempre tan insolente —comentó su padre cuando se calmó lo suficiente para hablar—. Es bueno descubrir que aún eres tú. —No sé de qué hablas. —Apenas has hablado desde que llegaste y estuviste de acuerdo en unirte al convento cuando por lo general sueles fulminarme con la mirada cada vez que te sugiero la idea. ¿Debo suponer que no lo harás? Para ser honesta, no recordaba casi nada de todo lo que se había dicho durante el almuerzo. Ella había reído cuando sus padres lo hacían y asentido con la cabeza cuando creía que era indicado. —Por supuesto que no. Su padre solt
Leer más
Capítulo 5: Bajo el mismo techo
—No puedo creer que me enteré que mi mejor amiga está saliendo con Salvatore Rivera por las noticias —dijo Cloe desde el otro lado del teléfono. A Isabella le tomó un tiempo terminar de despertar. Las noticias sobre su relación con Salvatore se habían difundido en la prensa escrita y hablada. Y seguía siendo un tema de conversación, sin importar que ya había pasado casi una semana desde que los primeros reporteros aparecieron en su departamento. Apenas había estado allí una vez desde entonces para recoger sus cosas y no había sido nada fácil esquivarlos. ¿Cuánto tiempo llevan juntos? ¿Están viviendo juntos? ¿Piensan casarse? Habían sido una de las muchas preguntas que le habían hecho tratando de acercar sus micrófonos a ella. Después de eso, Salvatore había insistido que un par de hombres la acompañaran al trabajo al menos hasta que todo se calmara. Como si fuera poco tener a paparazis siguiéndola a donde sea que fuera. —¿Estás allí? —preguntó Cloe sacándola de sus divagaciones.
Leer más
Capítulo 6: Un tipo sin escrúpulos
Salvatore estaba teniendo una mañana bastante buena hasta que Ismaele se presentó en su casa. Con los reporteros aun al acecho, no era una opción dejarlo afuera. Él habría aprovechado la oportunidad para hablar del padre devoto que era y que no le permitían ver a su hija. De hecho, le sorprendía que aún no lo hubiera hecho. Al entrar a su despacho encontró a Ismaele sentado en una de las sillas disponibles con los pies cruzados sobre el escritorio. Su mirada llena de ambición recorría el lugar con demasiado interés. Casi podía ver el signo de dinero en sus ojos. Salvatore caminó hasta su sillón de oficina y se sentó detrás de su escritorio. —¿Qué es lo que quieres? —preguntó sin rodeos. Ismaele sonrió como si encontrara algo divertido. No le habría sido nada fácil borrársela de un puñetazo. —Buenos días a ti también —dijo él con burla—. ¿Tienes algo de beber? Tengo bastante sed. Ismaele siempre le había parecido un idiota de primera, incluso la primera vez que lo conoció. Su herm
Leer más
Capítulo 7: Un día de picnic
Isabella se quedó en el mismo lugar, incluso minutos después de que Salvatore desapareció. Necesitaba algo de tiempo para recuperarse de lo que acababa de pasar. Su corazón latía frenético y su cuerpo ardía allá por donde él la había tocado. Levantó una mano y se acarició los labios. Todavía podía sentir los de Salvatore sobre ellos. Nadie jamás la había besado con tanta pasión; ni antes, ni después de él. ¿Qué había pasado con su determinación para mantenerlo a distancia? Derretirse en sus brazos no se suponía que era parte del plan. Era vergonzoso que lo habría dejado ir mucho más lejos, si él lo hubiera intentado. Había algo en Salvatore que la hacía olvidarse de cualquier cosa que no fuera rendirse a él. —No puedes dejar que vuelva a suceder —se dijo en voz alta. Ya estaba arriesgando demasiado al haber accedido a mantenerse casada con él. Debía aprender a resistirse a él y si no lo lograba, tal vez era mejor evitar quedarse a solas con él, así tendría menos probabilidades de t
Leer más
Capítulo 8: Un hombre fácil de olvidar
Tres días más tarde, Isabella se despertó con el sonido de un llanto. Sin demora, se sentó en el borde de la cama, encendió la lámpara que estaba sobre el buró y corrió hasta la habitación de Caeli. La niñera estaba en la habitación tratando de calmarla. Salvatore no estaba en casa, había viajado a Francia para jugar un partido y no regresaría hasta el día siguiente. Eso la dejaba a ella para tratar de consolar a la niña y esperaba ser capaz de hacerlo. Aunque Caeli se sentía en confianza con ella, no compartían ningún vínculo.—¿Puedo? —preguntó estirando los brazos para que le diera a la niña.La mujer asintió y le entregó a Caeli.Isabella acunó a la pequeña contra su pecho.—Pásame el recuadro que está allí, por favor —pidió mientras se acomodaba en la mecedora. Dio un impulso para que esta comenzara a moverse.—Aquí tiene, señora.Recibió el cuadro y se lo mostró a Caeli que todavía lloraba inconsolable llamando a su mamá sin parar.—Mi dulce niña, todo está bien —dijo tomándol
Leer más
Capítulo 9: Un vestido en perfectas condiciones
Salvatore estaba revisando videos de partidos anteriores cuando le llegó el mensaje de Isabella. “Está bien” —respondió. Luego miró la pantalla de su celular durante unos segundos pensando si debía enviar algo más. Su debate fue interrumpido cuando su jefe de seguridad le llamó para decirle que acompañarían a Isabella hasta casa de su prima y luego a un club. —Asegúrense de que nada le pase —ordenó. —Sí, señor. Colgó y le dio “reproducir” al video, pero su concentración fue en picada. Su cerebro parecía más interesado en Isabella y si estaría segura en un lugar público. Todavía había periodistas siguiéndolos a todos lados tratando de conseguir algo de información sobre ellos. Por experiencia propia sabía que algunos podían ponerse especialmente fastidiosos. —Suficiente —dijo en voz alta—. Tiene dos de tus mejores guardaespaldas cuidándola. Eso solo aplacó su preocupación un poco. Se levantó de golpe, apagó la televisión y lanzó el control sobre el sillón. Era un hecho que no
Leer más