Esa sonrisa fabricada me enerva, me produce más rabia. Es tan falso, hermético, odioso y tan perfecto como un maniquí.—Son unas cuantas fotos Sanders, no voy a comerte... —susurra, mientras posa falsamente ante las cámaras.Sonrío haciendo mucho esfuerzo, con una mano aprieto la tela de mi largo vestido negro, conteniendo el enojo. Sin embargo, conseguimos unas fotos que supongo, quedaron muy bonitas. Es un maldito engreído...Regresamos tomados del brazo y riendo como si fuéramos amigos, pero la realidad es muy diferente. Al llegar al camerino, nos separamos con rabia y cada uno toma su camino. Todos se dan cuenta que ocurre algo extraño entre nosotros. No podemos disimular el odio por mucho tiempo, no es fácil.Voy hacia el vestidor y me pongo mi ropa deportiva, lavo mi rostro en el cuarto de baño y tomo un gran sorbo de agua. Las prácticas han terminado, mañana es el gran día. Doblo el pasillo y me tropiezo con alguien, mi botella cae sobre mis pechos y termino empapada de agua. Al
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