-Bueno ¿y qué pasó después?, ¿te dejó Miriam? No sería justo.-le echó un cable para que continuase su relato, en ese punto crítico en que se resuelven los enigmas, Antonio. -Ella aguantó lo que pudo pero todos tenemos un punto límite y se terminó, cuando un día, le cortó las bragas con las tijeras y al volver no encontró ninguna que ponerse…-lloró entre risas Ana, que no pudiendo contenerse, se echó a reír al ver la cara de compungida que puso Marla, y esto colmó su paciencia. -¿Le cortó las bragas a Miriam?, Ja ja ja ja, me imagino la cara que puso…ja ja ja ja ja –Ana se echó a reír a carcajadas y Marla en vez de contrariarse, hizo otro tanto, hasta que las carcajadas se contagiaron al resto y los cuatro acabaron riendo sin control. Ana trató de disculparse, entre hipidos y risas desbordadas, y Marla le dijo amablemente: -Hija no pasa nada, yo también me rio al contarlo ahora, pero es que le pobre, después de ver cómo le robaba las galletas, le decía marimacho, y tortillera y enci
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