—KAIL— Al verla aparecer por la cocina, mi corazón se apretujó en mi pecho con anhelo. Sus mejillas en un dulce rubor rosáceo como sus carnosos labios, mucho más llenos y apetecibles, como una golosina que te pedía y exigía ser degustada con suavidad. El brillo de sus ojos bicolor, tan lleno de felicidad y dicha que por un solo segundo sentí celos de Badel y Nox, sabiendo que habían sido los causantes de este increíble despertar, ese que aún persistía en ella con esa suave y embriagante fragancia, que humedecía mi boca así como empujaba a mi sangre en bombear por completo hacia la zona sur de mi cuerpo. Me permití inflar mi pecho, llenar mis pulmones con su dulce aroma entre cerezas y frambuesas, cuando rodeo la isla, sonriendo tan cálidamente a Lyam que mi corazón volvió estrujarse de dicha. Ella es tan dulce y perfecta, tan lejos de nuestra imperfección hostil y siniestra. Que cuando su angelical mirada buscó la mía, me vi necesitando apartarme de su presencia, con el remordimi
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