Ambrose: Por suerte uno de los invitados era un doctor, de lo contrario, habría tardado más y seguro me habría dado algo por la preocupación. - Tranquilo alteza, ella está bien, algo cansada y por lo que pude ver, famélica, déjela dormir y por la mañana que desayune bien, poco a poco irá recobrando su salud –me sonríe, asiento y lo acompaño a la puerta, vuelvo donde ella y me acomodo a su lado, suponía que esto era normal, la boda había sido planeada en muy poco tiempo, además, ella había guardado luto durante una semana tras el fallecimiento de aquel joven, no era algo que me gustara pero era parte de su pasado, algo que debía aplaudir era el hecho de haberme dicho la verdad, porque del resto me encargaría yo, estaba seguro que ella llegaría a quererme, por ahora era lo mínimo que ambicionaba, que me amara era demasiado. Me quedo viendo su respiración acompasada, no sé en qué punto me quedo dormido junto a ella, lo que me despierta no es el sol si no un suave movimiento, al abrir l
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