—¡¡No es porque no quisiéramos, padre!! ¡¡Tú la preferiste a ella, porque estás con su madre!! ¡¡Eres un maldito imbécil, que no pudo quedarse con su primera esposa. No, tuviste que casarte una y otra vez hasta quedarte con la peor mujer de todas, una maldita bailarina de quita, una pu...!! —¡¡Ni se te ocurra terminar esa frase María!! —todos en la mesa dimos un respingo al escuchar el grito de mi padre, nunca, desde que tengo memoria he visto a mi padre tan molesto, siempre ha sido de los que mantiene la calma hasta el final, hasta en los peores momentos.—¿Por qué? Si tienes razón, no te quedaste con ninguna de nuestras madres a pesar de venir de una buena familia, y no de un prostíbulo. — las palabras de Kol me taladran hasta el fondo, ¿de que estaba hablando? Mire a mi madre quien tenía los ojos cristalinos.—¿De qué habla Kol, madre? —Le pregunté confundida.—¡¡Nos vamos ya!! —volvió a gritar mi padre, haciéndome entender que esta conversación tenemos que platicar en privado, cu
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