Jelena se despertó temprano con mucha energía, se levantó y bajó a desayunar, lo peor había pasado lo que le permitió descansar. La noche anterior se había escapado de Gema, pero la suerte la abandonó cuando al entrar en la cocina se encontró a Ivanna y a su sobrina conversando, callaron al verla entrar.―Jelena, cariño, ¿cómo te sientes? ―preguntó su hermana.―Estoy bien, Ivanna, no te preocupes por mí ―respondió mirándola con cariño―. Hola, Gema, ¿cómo estás? Felicidades, me enteré ayer por la prensa de tu compromiso con Konstantin.―Estoy muy bien, y te hubieses enterado por mi boca si hubieses tenido el teléfono encendido ―replicó Gema burlona.―Lo lamento mucho, no los quise asustar. Salí con Mikhail, peleamos y me fui a un hotel con el teléfono apagado, no quería hablar con él hasta calmarme, no lo pensé.―Está bien, cariño, sabes que te amamos y nos preocupamos por ti ―señaló Ivanna conciliadora.―Lo sé, gracias, hermana.―Es cierto, disculpa, solo estaba preocupada ―agregó Gem
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