Carlos Gabriel volteó el cuerpo de Pau, y besó sus labios, aumentando su ardor, entonces desató el lazo que sostenía el vestido de ella en su cuello, y la prenda cayó al piso. Gabo recorrió con sus ojos la piel desnuda de la chica, y la llevó hasta la cama, la recostó con suavidad sobre el lecho, y contempló su piel blanca y sedosa, emitió un jadeó, entonces se inclinó ante ella, y su lengua empezó a recorrer desde el cuello de Paula María hasta los senos, llegando a su abdomen plano, percibiendo el temblor del cuerpo de Pau, y como su piel se erizó ante su contacto, entonces levantó su mirada hacía los azules ojos de su chica que lo miraban con un brillo especial.— Relájate mi amor, confía en mí —solicitó llevando sus labios hacia su Monte de Venus.La mirada de Paula María se llenó de finos cristales al observar a Carlos Gabriel. Su corazón palpitó con fuerza, reconociendo que por primera vez, se entregaría en cuerpo y alma al hombre que tanto amaba, sin ocultar quién era.Recorrió
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