CraigDesde ayer he intentado descifrar que hacia tan especial a Marcus. Desde que lo vi la primera vez, fue como si mis ojos no pudieran ver a nadie más. Cuando entré al comedor, lo busqué inmediatamente, sabía que estaba por ahí, podía sentirlo. Fue gratificante encontrarlo, y más aún cuando vi como sus mejillas se encendieron al momento en que nuestros ojos se encontraron. Después de eso, tuve la sensación de que no importaba donde estuviera, iba a encontrarlo.Tampoco había podido dejar de pensar en lo de esta mañana. ¿Acaso Marcus me coqueteó? No, eso no era posible. Aunque, si lo pensaba bien, la idea no era tan descabellada, ni desagradable.Iba tan sumido en mis pensamientos, que solo volví a la realidad cuando mi cara choco con la puerta de la entrada.-¡Mierda!—sí, dolió.Entre a las oficinas y
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