-Craig—gimió Marcus.-Hazlo otra vez—suplicó Craig—Dilo. Di mi nombre.-Craig, no pares.
El cuerpo de Marcus se estremeció ante el tacto de Craig, su cuerpo delgado y frágil se sentía tan bien bajo su cuerpo fornido. Sus labios rojos estaba hinchados por tantos besos y de sus ojos brotaban lágrimas de placer.
Pero algo estaba mal. Aunque Craig se sentía perdido entre el placer y la lujuria algo lo inquietaba.
Un sonido.
Alguien o algo hacia ruido cerca de su habitación y arruinaba su atmosfera caliente, hasta que llegó a un punto de no poder soportarlo más. Abrió sus ojos y se encontró solo en su cama y con un enorme problema en su entrepierna.
Otra vez había soñado con Marcus.
Otra vez fantaseaba con tenerlo.Otra vez ansiaba hacerlo suyo.¿Qué demonios le pasaba? Él no era as
Hace exactamente un mes que el entrenamiento de ciento cincuenta chicos había comenzado; Craig y Takeo se habían hecho cargo de entrenarlos a todos, los nuevos generales se habían encargado de hacerlos sudar, ejercitarlos hasta que les dolieran los huesos y derramar una que otra lagrima.Los chicos habían decidido adelantar el combate cuerpo a cuerpo, no les explicaron por qué a sus reclutas ya que si se enteraban de que las posibilidades de perder esta guerra habían aumentado se desataría el caos.Pero había una duda flotando en el ambiente. Se supone que todos estaban recibiendo el mismo entrenamiento, entonces, ¿cómo es que nuestro omega Marcus ha podido derribar a tres de sus compañeros en combate?En teoría los omegas son menos fuertes que todos los demás, lentos incluso. ¿Por qué Marcus no representaba nada de eso? Obviamente porque nadie sab&iacu
Normalmente para Marcus los días cotidianos eran lo peor que le podía pasar. La monotonía lo volvía loco, lo estresaba a niveles que no entendía y desde que había llegado a la base, su rutina era exactamente la misma. Pero esta vez no le molestaba en lo absoluto.Cuando su entrenamiento se terminaba a las 7 de la noche, corría a prepararse para su hora extra con Craig; entrenaban y al terminar hablaban de cualquier cosa, que por más absurda que fuera a los ojos de alguien más, para ellos solo era un pretexto para quedarse más tiempo juntos. Era bastante monótono. No hubo cambios durante días y jamás eso le molestó.Adoraba pasar tiempo con Craig; le encantaba la manera en que le contaba cosas sobre él y le aceleraba el corazón la forma en que lo miraba cuando era su turno de hablar. Aunque, puede que la razón de que no le moleste su rutina, es po
Levantó a Marcus para que este volviera a sentarse en sus piernas, le sacó la camisa y lo rodeó con sus brazos por la cintura para no dejar que escapara. Acercó su boca a uno de sus pezones y lo envolvió con su lengua. Marcus echó la cabeza hacia atrás al mismo tiempo que gemía por la sorpresa. Craig le desabrochó el pantalón y le devolvió el favor liberando su también marcada erección. Sus manos lo envolvieron y comenzaron a estimularlo al tiempo que su lengua humedecía sus pezones. El subir y bajar de la mano de Craig por su miembro le estaba provocando un placer mayor al que alguna vez pudo imaginarse sentir. No importaba lo mucho que intentara controlar sus gemidos, Craig se lo hacía imposible.-Craig, ya casi, no pares.-No planeaba hacerlo.No pasó mucho para que Marcus se viniera. Su cuerpo tembló entre los brazos de Craig y se sintió
-Te lo preguntare una vez más: ¿quién eres?Craig y Takeo habían intentado hacer hablar al extraño que atacó a Marcus desde hace dos horas. Como era de esperarse, se negaba a decir palabra alguna y Takeo estaba reconsiderando la idea de Craig para hacerlo hablar a golpes.-Déjame con él a solas unos minutos y te aseguro que va a hablar—gruñó Craig.-Ni lo sueñes. Sigues bastante molesto y no quiero que lo mates.Craig se dio media vuelta y abandonó la habitación. Sabía que tarde o temprano Takeo perdería la paciencia y le daría lo que quería.Llegó a la enfermería donde había hecho que Marcus esperara a ser revisado por Eliza. Afortunadamente no le había pasado nada, solo tenía un ligero rasguño en el brazo derecho que ya había sido atendido.Marcus estaba sent
A la mañana siguiente, realizó la llamada y le dijeron que estarían ahí lo antes posible y mientras eso ocurría, planeaba tener a Marcus cerca, solo que había un pequeño detalle: no encontraba a Marcus.No estuvo en la cafetería a la hora del desayuno ni del almuerzo, no asistió a su entrenamiento de la mañana y no estaba en su habitación. Intentó encontrar a su amigo Owen, pero este también estaba desaparecido y para colmo, Takeo no respondía su estúpido teléfono y la única vez que lo hizo fue para mandarlo al diablo.-Estoy ocupado… Con algo—su voz sonaba rara y parecía estar agitado.-Solo escucha…Y colgó.Planeaba ir a buscarlo para saber cuál era su problema, pero de repente recordó otro lugar en el que podría estar Marcus. La enfermería. Ahí lo había v
Cuando sus cuerpos no pudieron dar más y suplicaban por un descanso, Craig y Marcus se quedaron dormidos.Craig sostenía a Marcus entre sus brazos y ninguno se movió en toda la noche. El cuerpo de Craig envolvía el de Marcus proporcionándole un calor tan confortable que lo hizo pensar que si se quedaba ahí para siempre, nunca volvería a pasar frio.Craig jamás había dormido tan bien en toda su vida. El cuerpo de Marcus entre sus brazos encajaba a la perfección, como si alguien lo hubiera moldeado para que se quedara ahí.Había una tranquilidad en el ambiente que ninguno de los dos había experimentado antes. En ese momento, justo antes de que su mente se suspendiera en un mundo de sueños se prometió así mismo que hablaría con Marcus sobre sus sentimientos. No quería estar un segundo más sin que él estuviera formalmente en su
Marcus.Nunca me había considerado una persona celosa o posesiva, pero ya llevaba diez minutos escuchando hablar a esa tal Ann sobre su matrimonio con Craig.Intenté desayunar tranquilamente hasta que la vi entrar y sentarse en la mesa donde Craig normalmente come con sus amigos. Había estado comenzando a sentarme más cerca de esa mesa para ver mejor a Craig y nunca pensé que me iba a arrepentir de eso.-Marcus, ¿estás bien?La voz de Cameron me sacó de mis pensamientos e intente sonreírle.-Sí, claro. ¿Por qué lo dices?-Bueno, has estado mirando a la nada durante mucho tiempo y no parecía gustarte lo que veías.Mientras planeaba una mentira, Owen apareció en la mesa y afortunadamente todos prestaron su atención en él.-Vaya, no pensé que volvería a verte por aquí.Cam
Craig. Después de que Ann se fue, cerré la puerta y esperé a que mi padre iniciara la conversación. No me gustaba para nada la forma en que me miraba, como si estuviera a punto de corregirme.-Tres cosas. Es lo único que necesito saber.El tono de su voz era seco y firme como siempre. Pero sus ojos reflejaban ira y una vez más yo era el objetivo con el que se desquitaría.-Dime, padre—no supe que otra cosa decir.-Explícame, ¿cómo entró un lobo a tu territorio sin que te dieras cuenta?-Llegó por el bosque—dije—estaba escondido y no tenía aroma.Dio un paso al frente y volvió a preguntar.-¿Por qué no has enviado tus reportes en el tiempo requerido? No recuerdo haberte entrenado para ser un irresponsable. -El entrenamiento se ha intensificado debido a que de alguna manera el enemigo lleva ventaja, es mi deber entrenar a estos chicos y asegurarme de que cuando tengan que ir al campo de batalla no mueran.Parecía que mis explicaciones eran las correctas, si no estaría haciendo más pre