Normalmente para Marcus los días cotidianos eran lo peor que le podía pasar. La monotonía lo volvía loco, lo estresaba a niveles que no entendía y desde que había llegado a la base, su rutina era exactamente la misma. Pero esta vez no le molestaba en lo absoluto.
Cuando su entrenamiento se terminaba a las 7 de la noche, corría a prepararse para su hora extra con Craig; entrenaban y al terminar hablaban de cualquier cosa, que por más absurda que fuera a los ojos de alguien más, para ellos solo era un pretexto para quedarse más tiempo juntos. Era bastante monótono. No hubo cambios durante días y jamás eso le molestó.
Adoraba pasar tiempo con Craig; le encantaba la manera en que le contaba cosas sobre él y le aceleraba el corazón la forma en que lo miraba cuando era su turno de hablar. Aunque, puede que la razón de que no le moleste su rutina, es po
Levantó a Marcus para que este volviera a sentarse en sus piernas, le sacó la camisa y lo rodeó con sus brazos por la cintura para no dejar que escapara. Acercó su boca a uno de sus pezones y lo envolvió con su lengua. Marcus echó la cabeza hacia atrás al mismo tiempo que gemía por la sorpresa. Craig le desabrochó el pantalón y le devolvió el favor liberando su también marcada erección. Sus manos lo envolvieron y comenzaron a estimularlo al tiempo que su lengua humedecía sus pezones. El subir y bajar de la mano de Craig por su miembro le estaba provocando un placer mayor al que alguna vez pudo imaginarse sentir. No importaba lo mucho que intentara controlar sus gemidos, Craig se lo hacía imposible.-Craig, ya casi, no pares.-No planeaba hacerlo.No pasó mucho para que Marcus se viniera. Su cuerpo tembló entre los brazos de Craig y se sintió
-Te lo preguntare una vez más: ¿quién eres?Craig y Takeo habían intentado hacer hablar al extraño que atacó a Marcus desde hace dos horas. Como era de esperarse, se negaba a decir palabra alguna y Takeo estaba reconsiderando la idea de Craig para hacerlo hablar a golpes.-Déjame con él a solas unos minutos y te aseguro que va a hablar—gruñó Craig.-Ni lo sueñes. Sigues bastante molesto y no quiero que lo mates.Craig se dio media vuelta y abandonó la habitación. Sabía que tarde o temprano Takeo perdería la paciencia y le daría lo que quería.Llegó a la enfermería donde había hecho que Marcus esperara a ser revisado por Eliza. Afortunadamente no le había pasado nada, solo tenía un ligero rasguño en el brazo derecho que ya había sido atendido.Marcus estaba sent
A la mañana siguiente, realizó la llamada y le dijeron que estarían ahí lo antes posible y mientras eso ocurría, planeaba tener a Marcus cerca, solo que había un pequeño detalle: no encontraba a Marcus.No estuvo en la cafetería a la hora del desayuno ni del almuerzo, no asistió a su entrenamiento de la mañana y no estaba en su habitación. Intentó encontrar a su amigo Owen, pero este también estaba desaparecido y para colmo, Takeo no respondía su estúpido teléfono y la única vez que lo hizo fue para mandarlo al diablo.-Estoy ocupado… Con algo—su voz sonaba rara y parecía estar agitado.-Solo escucha…Y colgó.Planeaba ir a buscarlo para saber cuál era su problema, pero de repente recordó otro lugar en el que podría estar Marcus. La enfermería. Ahí lo había v
Cuando sus cuerpos no pudieron dar más y suplicaban por un descanso, Craig y Marcus se quedaron dormidos.Craig sostenía a Marcus entre sus brazos y ninguno se movió en toda la noche. El cuerpo de Craig envolvía el de Marcus proporcionándole un calor tan confortable que lo hizo pensar que si se quedaba ahí para siempre, nunca volvería a pasar frio.Craig jamás había dormido tan bien en toda su vida. El cuerpo de Marcus entre sus brazos encajaba a la perfección, como si alguien lo hubiera moldeado para que se quedara ahí.Había una tranquilidad en el ambiente que ninguno de los dos había experimentado antes. En ese momento, justo antes de que su mente se suspendiera en un mundo de sueños se prometió así mismo que hablaría con Marcus sobre sus sentimientos. No quería estar un segundo más sin que él estuviera formalmente en su
Marcus.Nunca me había considerado una persona celosa o posesiva, pero ya llevaba diez minutos escuchando hablar a esa tal Ann sobre su matrimonio con Craig.Intenté desayunar tranquilamente hasta que la vi entrar y sentarse en la mesa donde Craig normalmente come con sus amigos. Había estado comenzando a sentarme más cerca de esa mesa para ver mejor a Craig y nunca pensé que me iba a arrepentir de eso.-Marcus, ¿estás bien?La voz de Cameron me sacó de mis pensamientos e intente sonreírle.-Sí, claro. ¿Por qué lo dices?-Bueno, has estado mirando a la nada durante mucho tiempo y no parecía gustarte lo que veías.Mientras planeaba una mentira, Owen apareció en la mesa y afortunadamente todos prestaron su atención en él.-Vaya, no pensé que volvería a verte por aquí.Cam
Craig. Después de que Ann se fue, cerré la puerta y esperé a que mi padre iniciara la conversación. No me gustaba para nada la forma en que me miraba, como si estuviera a punto de corregirme.-Tres cosas. Es lo único que necesito saber.El tono de su voz era seco y firme como siempre. Pero sus ojos reflejaban ira y una vez más yo era el objetivo con el que se desquitaría.-Dime, padre—no supe que otra cosa decir.-Explícame, ¿cómo entró un lobo a tu territorio sin que te dieras cuenta?-Llegó por el bosque—dije—estaba escondido y no tenía aroma.Dio un paso al frente y volvió a preguntar.-¿Por qué no has enviado tus reportes en el tiempo requerido? No recuerdo haberte entrenado para ser un irresponsable. -El entrenamiento se ha intensificado debido a que de alguna manera el enemigo lleva ventaja, es mi deber entrenar a estos chicos y asegurarme de que cuando tengan que ir al campo de batalla no mueran.Parecía que mis explicaciones eran las correctas, si no estaría haciendo más pre
Marcus.Estaba yendo tan rápido como podía hacía la oficina de Craig. Me dijeron que era algo urgente así que me apresuré. ¿Habría hablado ya con Ann? ¿Le habrá contado de nosotros? ¿Iba Craig a pedirme que estuviéramos juntos?Llegué a la puerta y toqué esperando que me dejara entrar pero no se escuchó nada. Volví a tocar después de un rato y una voz débil me dejó pasar.Craig estaba de pie junto a su escritorio y tenía una mirada conflictiva. No parecía tener muchas ganas de verme y eso me estaba preocupando.-Craig, ¿todo está bien?—pregunté intentando mirarlo directamente a los ojos pero solo miraba al suelo— ¿pasó algo malo?Levantó la mirada del suelo y pude notar una mancha rojiza en su pómulo que comenzaba a tener destellos guindas.-Craig, ¿qué te pasó?—me acerqué rápidamente y dejé que mis manos tomaran su cara; sabía que la mía reflejaba la preocupación que sentía al verlo herido, por más mínimo que fuera.Craig colocó sus manos en las mías y las apartó de su cara.-No haga
Los días pasaban como si su propósito fuera ser lentos y tortuosos. La primera semana se sintió como un mes, la segunda como un año. Al principio, Craig pensó que sería suficiente verlo de lejos, pero el aspecto cansado y débil de su rostro lo golpeaba con una culpa inmensa. Notaba que no comía casi nada en todo el día, su negación le dijo que tal vez no le gustaba la comida de la cafetería, así que le pidió a la cocinera que lo cambiara, pero Marcus seguía sin probar bocado. Sabía que él tampoco tenía el mejor aspecto de todos. Unas ojeras bastante prominentes comenzaron a asomarse debajo de sus ojos, casi opacando por completo el azul de sus ojos; se sentía cansado todo el tiempo y sus energías para entrenar o ejercitarse estaban cada vez más cerca de desaparecer. Había planeado hablar con Marcus en cuanto su padre se fuera y no entendía que estaba esperando para hacerlo. Llevaba esas dos semanas detrás de Craig, asegurándose de que hiciera bien su trabajo y de cierta manera funci