Craig.
Mi alarma había sonado como todas las mañanas, normalmente me levantaba a las cuatro de la mañana para ir a correr, pero en el momento en que vi a Marcus entre mis brazos, decidí que no pasaría nada si no corría un día.
Su respiración era tranquila; tenía el cabello alborotado y los labios entre abiertos; su cuerpo estaba lleno de marcas que yo había hecho anoche pero había una más llamativa que tenía mi atención.
Había mordido a Marcus.
De hecho, Marcus me pidió que lo mordiera; aun puedo escuchar su voz jadeante, rogándome que lo hiciera.
Ahora, gracias a esa marca, no había nada ni nadie en el mundo que pudiera alejarlo de mí. Marcus era mío para siempre, al igual que yo le pertenecería toda la vida.
Pero la verdad, es que hay varias cosas que no me dejan tranquilo.
<CraigMarcus y yo estábamos llenando una pequeña mochila con cosas que creíamos podríamos necesitar. Le había contado a Marcus más a detalle sobre los planes de Garret para este día; cuando nos asignaron a esta base, nos dimos a la tarea de conocer a fondo el lugar. Mientras Eliza revisaba los edificios y Takeo y yo los alrededores, Garret salió detrás de un arbusto gritando que había encontrado algo.Resulta que había encontrado un lago a más o menos un kilómetro lejos de la base. A decir verdad, era un lugar muy bonito, Garret había querido ir ahí desde que llegamos pero hemos tenido tanto trabajo que apenas y nuestras reuniones semanales solo podían ser por trabajo.Nos reunimos en el campo de entrenamiento. Le había dicho a Marcus que podía invitar a sus amigos, ya que imaginaba que se sentiría raro al estar sol
Un mes después.El otoño había comenzado, los arboles empezaban a adoptar los colores amarillos y naranjas en señal de su fin al verano, el aire se volvía más frio y las lluvias eran más constantes con cada día que pasaba. Pero dentro de la habitación de Craig, nunca hacia frio.Craig sostenía a Marcus entre sus brazos como todas las noches después de hacer el amor, acariciaba su cabello hasta que se quedaba dormido y después de admirarlo un poco más se unía a él.Esta se había convertido en su rutina y era simplemente maravillosa.-Marcus.-¿Hmm?-Hoy me la pasare en la oficina, así que, ¿nos vemos en la noche?Craig colocó sus manos en la cintura de Marcus y lo acerco más a su cuerpo. Marcus asintió y dejó que Craig lo llenara de besos antes de irse a trabajar.Después de que salió, sonrió pensando que parecían una pareja de casados. Quizás, cuando todo esto terminara, esta se volvería su vida. Sería más formal, más íntimo, serian completamente ellos dos en una vida normal. Su coraz
Marcus.Craig intentó matarme.Estaba acostado en una de las camas de la enfermería y era lo único en lo que podía pensar. El dolor en mi abdomen me lo recordaba en todo momento.-Jamás había visto a un omega curarse tan rápido—dijo Eliza cuando terminó de vendarme.Aunque su voz intentaba sonar entusiasta a mí no me importaba mucho eso. La imagen de Craig seguía en mi cabeza y sin querer despertaba un miedo en todo mi ser que jamás creí que sería posible.-Marcus, sabes que no fue su culpa.Sabía que Eliza tenía razón, en el fondo de mi corazón lo sabía. Pero solo lograba hacer todo más confuso. -Está afuera en este momento—continuo—A estado ahí todo este rato. ¿Quieres que lo haga pasar?Quise gritarle que sí, pero no fui capaz de pronunciar palabra. Solo evité mirarla y después de ver mi reacción ella continuo revisando a los demás heridos.En el momento en que ella salió, Eric apareció.Me miraba con preocupación y parecía dudar en acercarse a mí.-¿Cómo estás?—preguntó.-¿Qué ha
Hace dos semanas que los alfas habían abandonado la base para someterse a una serie de experimentos que determinarían que es lo que pasaba con ellos. Craig, Takeo y Aiden se preguntaban cuando terminarían para volver.Los tres extrañaban a sus respectivas parejas y deseaban con el alma estar de vuelta.Les habían asignado una habitación en donde la mayor parte del tiempo reinaba el silencio. Ninguno tenía nada que contar ya que pasaban todo el día juntos, pero cuando decidían hablar, los mismo nombres salían de sus labios.-¿Qué creen que estén haciendo ahora?—preguntó Aiden.-Son las diez de la noche, así que supongo que estarán dormidos—respondió Takeo. -No—contradijo Craig—Estoy seguro de que Marcus sigue despierto.No necesitaba verlo para saber cómo se sentía. Sabía perfectamente que si él no podía dormir, Marcus tampoco podría. -Estoy seguro de que Owen está durmiendo—comentó Takeo—Probablemente lo que no haga sea comer. Por alguna razón, cuando esta triste o enojado no puede
Un mes.Un mes desde que Craig se había ido.¿Cuánto tiempo más tendría Marcus que esperar para que Craig regresara? Su cuerpo ya no lo soportaba, se celo había pasado hace una semana y se sintió como el mismísimo infierno sin él.Ya era el fin de otro día, el entrenamiento había llegado a su fin. Sus compañeros lo habían invitado a cenar pero él seguía sin poder probar bocado. Era el colmo.-¿A dónde vas? Conocía esa voz demandante. No tenía ganas de discutir con Eric, ni siquiera volteó a verlo cuando pasó por delante de él. Escuchaba sus pasos siguiéndolo así que aumentó la velocidad hasta que vio un carro estacionado al frente de las oficinas de la base. Se notaba que era un auto lujoso, pero no recordaba haberlo visto.Y si… ¿Y si era Craig?Comenzó a correr en dirección a ese lugar hasta que diviso a tres personas. Los conocía: eran Eliza, Garret y Ann.¿Qué estaba haciendo ella ahí?-Déjame pasar. ¡Quiero hablar con Craig!—gritó desesperada.-Ya te dije
Y así, mientras unos se dejaban llevar por el odio y el rencor, Craig y Marcus se amaron sin pausas por las siguientes dos semanas.Los primeros días eran felicidad pura, los demás, se sintieron como el paraíso mismo.Marcus despertó una vez más al lado de Craig, desnudos y abrazados, con un ligero adormecimiento en su zona pélvica, pero inclusive ese “dolor” lo hacía feliz. Craig lo hacía inmensamente feliz.-Buenos días—dijo Marcus como tomas las mañanas.-Buenos días—le respondió Craig apretándolo más a sí mismo. Lo único malo de sus mañanas, era cuando Craig terminaba por levantarse para ir a correr. Pero cuando volvía, lo despertaba con un sinfín de besos por toda su cara. Y si se daba la ocasión de que Craig llegara cuando Marcus tomaba un baño, simplemente se le unía y le daba el mejor mañanero de su vida. Lo curioso, es que Marcus siempre pensaba en ese término, no importaba cuantas mañanas sucediera.Pero ese día en especial, había algo diferente. Mientras Marcus tomaba su b
¿Qué se supone que debía sentir? ¿Miedo? ¿Enojo? ¿Felicidad?Quizás, era un poco de todo.Una parte de su corazón estaba inmensamente feliz, porque tenía que admitirlo, por supuesto que se había imaginado teniendo una familia con Craig. Las fantasías sobre el momento en que decidieran tener hijos habían aparecido en su mente desde que comenzaron a hablar sobre vivir juntos. Pero no era así como quería que pasaran las cosas.Estaban en medio de una guerra, no era el momento para traer hijos al mundo.-Marcus, ¿qué tienes?La voz de Craig lo hizo levantar la vista del libro que supuestamente leía para pasar el tiempo.Estaban en la oficina de Craig, eran alrededor de las once de la noche y Craig seguía trabajando. Marcus había insistido en hacerle compañía y decidió matar un poco el tiempo pretendiendo que leía, pero solo intentaba encontrar las palabras correctas para darle a Craig la noticia de que iba a darle un hijo.-Craig, ¿podemos hablar?Inmediatamente Craig se levantó de su sil
Tres de los siete edificios estaban en llamas, las personas corrían de un lado a otro mientras unas camionetas blindadas llegaban sin parar y hombres uniformados bajaban armados hasta los dientes. El sonido de disparos junto con los gritos llenó el campo y la pelea comenzó. -¿Qué está pasando?—preguntó Marcus alarmado. Craig no contestó, seguía mirando el perímetro buscando una manera de llegar a los vehículos para salir de ahí lo más pronto posible, pero sus posibilidades de huir disminuyeron cuando al menos cinco lobos enormes aparecieron. Los reclutas peleaban y ponían en práctica su entrenamiento. Ambos bandos se enfrentaban con armas, garras y dientes luchando sin parar por sus vidas. Pero un cuarto edificio estalló encendiéndose inmediatamente y Craig supo que así, es como se veía la guerra. -Escúchame bien—dijo llamando la atención de Marcus—Vamos a tener que atravesar todo eso si queremos llegar hasta el estacionamiento para dar la orden de retirada. No importa lo que pase,