Danielle llegó a su casa y fue directo a la habitación tirándose en la cama, no se sacaba de la cabeza lo que tenía que hacer para ayudar a su madre, ella sabía que no sería capaz de darle todos los cuidados que necesitaba si la llevaba con ella a vivir, Isabela ya no se acordaba de su hija, y ella tendría que trabajar para mantener a las dos, para darle alimentos y un techo donde vivir, ¿qué haría Isabela si se quedaba sola y no reconocía el lugar? Podría perderse. Danielle pensó en la oferta que acababa de recibir, era tentadora, pero una gran locura, descartó la idea con una mueca, primero buscaría un trabajo, otro que no fuera ese, ella tenía esperanza de encontrar algo aunque no hubiera terminado sus estudios universitarios, sabía que podía dar para algo más que no fuera pasarse por otra persona y engañar a alguien por la ambición de alguien sin escrúpulos, que además quería faltar al trato que habían hecho, si querían jugar un juego tan sucio que encontrarán a otra persona, el
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