Sin imaginarlo logré tener una oportunidad más para seguir amándolo una vida nueva, así pasó muchísimo tiempo hasta que el turno de mi alma se volvía a repetir y podía volver a reencarnar. Animada viví mi segunda vida, luego la tercera, cuarta, quinta y etcétera. Una y otra vez durante cientos de años mi vida y la de él Alfa se juntaban, el hilo rojo del destino lograba reencontrarnos y podíamos seguir amándonos. Mi nueva vida siempre era tan distinta a la anterior al principio no importaba, pues mi esencia seguía siendo la misma y volvíamos a enamorarnos pero cada vez nos costaba más reencontrarnos, parecía que debíamos vagar por el mundo para hayarnos y amarnos cada vez costaba más. No obstante nuestras almas siempre se encontraban entre la multitud y de manera inconsciente mi alma gemela y yo al vernos entendíamos que nos deseábamos el uno al otro, hasta ahora hemos logrado vencer los obstáculos. Ya perdí la cuenta de las veces que he pasado por el mundo como una simple humana
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