Inicio / Romántica / El Pecado de Yoli. Libro 2 / Capítulo 1 - Capítulo 10
Todos los capítulos de El Pecado de Yoli. Libro 2: Capítulo 1 - Capítulo 10
33 chapters
Prólogo
Las verdades son lineales. Son buenas, son malas pero van en una misma dirección. La verdad es que no tengo idea de cómo sentirme frente al ser que prácticamente se interpuso entre las balas que iban supongo dirigidas a mí. ¿Cómo podré mirarlo a la cara después que ni siquiera lo recordaba? ¡Cómo podré resistir esa mirada que me envuelve como una noche oscura! Mi cuerpo se rinde a él sin siquiera tocarme, siento su presencia de lejos y caigo en su red, en sus manos que solo al rozarme encienden esa llama que abrasa cada fibra de mi ser. Solo sé que mi cuerpo reacciona y responde a él como si fuera un imán atrayéndome con tanta fuerza que no me queda voluntad para resistirme. Él es mi inquietud y mi sosiego, mi virtud y mi corrupción, es mi ángel y mi demonio. Eso que me
Leer más
1.- Dyron.
Ver sus hermosos ojos llenos de horror frente a mí, hizo que mi estómago quisiera devolver su contenido, no puedo soportar que me tema. Yo deseo que me ame, nunca he querido asustarla. Y verla en los brazos de Harold me revienta como si fuese un detonador para mi mal humor e inestabilidad. ¡Control Dyron, control! Parece mentira pero a raíz del tiroteo me encuentro sensible ante cualquier situación, en definitiva necesito volver a terapia regular. Claudette se encuentra muy nerviosa y todos están tratando de que despierte, mi dulce consorte por supuesto se halla fastidiada por qué cree que Yoli está actuando, suelto su mano y se molesta, lo sé porque se dirige hacia los aseos para no ver que me acerco a ella.  Tanteo su pulso con cuidado en el cuello sin mirar al Rubio que la sostiene en brazos, Aurelia llora junto a Eva y Anton tiene una pregunta t&aacut
Leer más
2.- Dyron.
Thamara se encontraba recostada al marco de la puerta del baño, con una expresión de molestia monumental, asqueada de lo que estaba viendo y llevaba el teléfono en la mano. Si piensa siquiera en chantajearme, no tengo claro lo que haría pero, no sería bonito. — ¡Borra esa foto Thamara, no seas metiche! - sonrió maliciosa y levantó el teléfono. Yoli se mantenía pegada a mi pecho. — ¿Qué pasa amor, le temes a una simple foto? - apreté los dientes y los puños. — ¡Me importa una mierda la maldita foto y tú también! - la señalé, la Pecosa se sobresaltó, tembló a causa del tono fuerte y rudo de mi voz y mi dulce esposa puso los ojos en blanco. — ¡Ya entiendo la urgencia por el divorcio! te quieres revolcar con la zorra marginal - Yoli
Leer más
3.- Dyron.
El jadeo colectivo que se escuchó llenó por completo la sala donde se estaba dando a efecto la reunión. Yo por mi parte me siento liberado y deseo de corazón que me permitan estar con Yoli, aun cuando sé que estando libre y vivo Vladimir Skovat - que es lo que en realidad me preocupa - las cosas se pueden complicar porque no puedo concentrarme en otra cosa que no sea exterminarlo como una maldita cucaracha de la faz de la tierra. Me importa un pito si tengo que llevarme por delante al imbécil de Víctor en el trayecto, ya ni siquiera me importa Thamara porque me traicionó por sus celos y su mala influencia al querer presionarme para no divorciarme. — Dame esa carpeta Dick y en cuanto a ti Dyron espero que esto me convenza - asiento con confianza, él sabe quién es su nieta y lamentablemente ella rompió los principios solo que: yo como ser superior e inteligentemente, pude recopilar
Leer más
4.- Dyron.
Las Vegas es el mejor sitio que existe en este país. Popularmente llamada “La Ciudad del Pecado”, los grandes hoteles y los casinos son puntos emblemáticos en esta bella ciudad de los Estados Unidos, mi estancia aquí será de una semana, siete días de trabajos forzados, pero también una semana de espacio para aclarar las mentes de los que estamos hechos un lío, mi cuerpo se siente tembloroso ante la sucesión de hechos recientes. Salir del quirófano y estar casi un año acostado me hizo apreciar más la vida y que Yoli me… quiera a su lado es todo un deleite. Todavía siento en mis labios la suavidad de los suyos y su sabor en mi boca, el roce de su piel, su aroma y ella… atrevida diciéndome que desea disfrutarme ¡Dios! solo de pensarla mi cuerpo tiembla. Me encuentro escondido en la oficina revisando un montón de papeles y cuentas. Hubo u
Leer más
5.- Dyron.
La cena estuvo estupenda y yo estaba famélico, Yoli devoró también sus platillos y el postre. Fue un buen momento hasta que empezó a quitarse la ropa para meterse a la cama conmigo. Por más que lo deseaba no podía tocarla, al menos no aun con toda la preocupación que llevaba encima por lo del Perro Ruso. Se enfureció conmigo cuando la vestí con un pijama que mandé traer, a la fuerza por cierto. Me golpeó y manoteó como pudo, pero al final me dejó hacer y lloró un rato. Se ve preciosa entre mis sábanas. Me encontraba recostado al el marco de la puerta con un vaso de whisky a medio tomar, debatiéndome entre meterme a la cama con ella o salir huyendo del maldito Pent-house y emborracharme hasta quedar sin sentido para conciliar el maldito sueño. Era una tentación, una provocación, pero también suponía un riesgo para m&ia
Leer más
6.- Yoli.
Vi cuando su camiseta voló por los aires dejándome una fantástica visión de su torso desnudo ¡Dios mío está buenísimo, es perfecto! Tiene una actitud diferente a la de siempre, pero aun así es lo que quiero, él es lo que deseo y en este momento si me lo va a dar, lo aceptaré. Lo único que no entiendo es por qué me pregunta lo del sexo, si él sabe perfectamente que no lo he hecho nunca y que lo deseo a él y solo a él. Intenté tocarlo y se retiró, bajó la cabeza y me miró a los ojos sonriendo de manera extraña y diferente. Este no es Dyron, nunca lo vi de este modo tan… agreste  y mucho menos tratando de hacerme daño. — ¿Me deseas Yoli? – Mi nombre en sus labios se escucha tan… sensual que mi cuerpo tiembla — ¡Háblame Pecosa! – hasta ese apod
Leer más
7.- Dyron.
Su rostro colorado me hace sonreír, sé que soy un cabrón desgraciado, pero es mía y hoy va a suceder. Cuando llegue a Manhattan van a castrarme, pero valdrá la pena; ella lo vale. — ¿Quieres conocerlo? – asiente con el labio inferior mordido. Esto va a ser un espectáculo. — ¡Sácalo por favor! – niego. — ¡Libéralo tu Pecosa! – Beso sus labios deliciosos y agarro el bajo de su camiseta — Yo hago lo mío tú haces lo propio con lo tuyo ¿sí? – sonrío para que confíe en mí aunque soy una mierda. Saco su camiseta y respiro fuerte al mirar sus preciosos senos, redondos, gorditos y con unos pezones tan claros que parecen transparentes. Estoy haciendo todo lo posible para no lanzarme sobre ella a comérmelos ¡p
Leer más
8.- Yoli.
Despierto con un delicioso dolor en el cuerpo y los músculos agarrotados, recuerdo la noche de ayer y puedo calificarla como: rara. Pasar de una pelea casi como gatos al sexo, exactamente mi primera vez… es algo raro para mí. Intento incorporarme y me es imposible ya que un brazo enorme se encuentra reteniéndome por la cintura… Dyron.   Me giro para encontrar su pecho desnudo, cada musculo y su piel es sencillamente perfecta ¡que hermoso es! Subo la vista para encontrarme con sus pestañas largas y espesas, su rostro se ve angelical aunque obviamente no lo es, porque su endemoniado carácter ya lo conozco, anoche lo vi, es… es… odioso y arrogante, aunque ese tipo de actitud no la había visto en él nunca y menos hacia mí. Separa los labios dejando salir un suspiro, aprieta el brazo acercándome más a su cuerpo duro y suave al tacto, estoy desnuda y eso hace que mi cuerpo tiemble ante lo firme y despierta que se encuentra su hombría, mi sexo duele de nuevo, pero no p
Leer más
9.- Dyron.
— ¡No me salgas con esa mierda Anton! – rujo ante las palabras de mi amigo frente a su cara en la video llamada. Yoli aún se encuentra profundamente dormida, espero que no haya escuchado el grito, ya basta de sustos por ahora. No quiero que piense de mí lo peor. — ¡No lo pagues conmigo Dyron, papá cambió de parecer! – resopla una risa ante mi rostro colorado —. Cálmate o no le servirás de mucho a la pequeña Princesa infartado – el muy idiota se carcajea. — Descuida, no me infartaré y puedes decirle a John ¡que se vaya a la mierda! – su rostro serio me hace reír. — Dudo que a mi padre le agraden tus palabras amigo mío – alza las cejas. El maldito viejo se encuentra a su lado, puedo presentirlo aun a través de la cámara de
Leer más