Cristian dividía su tiempo entre Detroit y NY, por lo que la mayor parte de la semana no lo veía, aunque hablábamos cada día. Muy rápidamente quedé absolutamente enamorada de él.Y sabía que él sentía lo mismo por mí. Me lo hacía saber todo el tiempo, con gestos, y con palabras. Siempre estaba pendiente de mí.Unos meses después de comenzar nuestra relación, insistió en que me mudara a su departamento, le preocupaba mi seguridad, y no quería que siguiera viviendo en el motel.Accedí encantada, amaba estar con él. Ya no me sentía sola, y todo comenzaba a mejorar. De a poco fui dejando las drogas, hasta que las saqué por completo de mi vida. Ya no las necesitaba, tenía a Cristian.Como no me dejaba pagar nada de la casa, ni la comida, ni siquiera mis gastos, aproveché para anotarme en una clase. Que
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