||Capítulo 6. El cementerio||
Aquí estoy, de nuevo, sin haberlo podido evitar; tuve que viajar varias horas en taxi para llegar aquí, estoy en la entrada, me decido si seguir mi camino hacia ellos o pedir un taxi nuevamente para devolverme a casa y dejar todo esto en el pasado como debería hacer. Nadie sabe que estoy aquí y eso es lo mejor, así nadie me podrá buscar y podré estar sola con ellos un rato, siento que lo necesito. Sin pensarlo más sigo mi trayecto por el cementerio, el lugar da una vista espeluznante, todo está muy solitario y siento un escalofrío recorrer mi piel, como si ellos supieran que estoy aquí y observaran cada uno de mis movimientos. No debes estar aquí y lo sabes, te hace daño. Ignoro esa vocesita fastidiosa que siempre me dice qué debo hacer y sigo con mi trayecto hasta que encuentro la tumba de Lorenzo, siempre la confundo y me cuesta llegar, caigo de rodillas sobre la tierra que cubre el cemento que sella su
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